Venganza Mutua

XX

Quería decirle sobre la carta que encontré pero en verdad ya no quería alterarlo. Sentía un nudo en la garganta pero no iba a llorar, no quería preocuparlo más.

-Hija... Quisiera hablar contigo- dijo susurrando

-No te esfuerces, tienes que estar tranquilo. Mira, si es por lo de ayer, olvídalo. Yo tuve la culpa, no tenía razón para enojarme. Sólo quiero que estés bien en tu estado de salud- dije con la voz entrecortada

-No fue tu culpa, tienes razón en todo lo que dijiste ayer. Yo... No me he preocupado por como te sientes respecto a todo esto. Esto también es muy fuerte para ti, no sólo para mí. Me he olvidado que tengo una hija- mis ojos se cristalizaron -todo por esta venganza que nos está acabando- dijo tomando mi mano

Contuve las lágrimas.

-¿Quieres saber por qué tomé todas esas píldoras?- dijo mirándome con amor paternal

-Se que fue por mamá- mis ojos lo miraban dulcemente

Sus manos estaban frías, mi corazón seguía latiendo con fuerza como la noche anterior. El nudo estaba atacando mi garganta haciéndola arder.

-No sólo fue eso- rió levemente -tambien fue por ti- lo miré confusa -Aquella noche gritaste aterrada mientras dormías, pero nunca te diste cuenta. Me di cuenta del daño que podía causarte todo esto, pero mi error fue que no quise aceptarlo- dijo tomando mis manos con más fuerza

Una lágrima salió de sus ojos a gran velocidad hasta llegar al cuello. No dije nada.

-Perdóname- dijo abrazándome mientras sollozaba

Al principio no reaccioné a su acción, pero poco a poco acepté su abrazo e hice lo mismo. Nos quedamos así sin decir nada por varios minutos, una lágrima salió de mis ojos. Me separé de inmediato de él y la limpié. Mi blusa estaba llena de lágrimas de papá.

-Llorar no es malo- dijo sonriendo

Sonreí levemente mientras negaba con la cabeza. Respiré profundamente y tragué saliva. Tocaron la puerta y se abrió lentamente. Era Matt con la comida de papá en una mesita.

-¿Matt que haces aquí?- dije tratando de que no me viera con los ojos llorosos

-Vengo a traerle la comida al señor Evans y a verlos también. Me tenían preocupados desde ayer- dijo poniéndole la mesita en las piernas a mi padre

Miré fijamente a Matt. Estaba ayudando a los que planeaban matarlo y herir a su familia. Era algo casi asqueroso de imaginar, muy repugnante en los ojos de alguien más. Sacudí la cabeza para borrar ese pensamiento.

-Gracias- titubeó mi papá mientras me veía con los ojos llenos de pena

-No agradezca, quiero que se reponga lo más pronto- dijo sonriendo

Nos quedamos en silencio por un momento, era muy incómodo ahora. De alguna forma las cosas habían cambiado, la venganza ya no se veía con rabia y seguridad, si no con duda e inseguridad.

-Deberías ir a distraerte un poco- dijo mirándonos papá

-No es necesario- dije dudosa

-Por favor, hazlo por mí- dijo sonriendo levemente

Ahora sentía que sus palabras eran hacia mí no hacia la venganza.

-Está bien- titube

-Te espero afuera, espero y se mejore Señor Simón- dijo saliendo de la habitación

Me acerqué a él.

-¿Por qué quieres que esté con él?- dije para asegurar que no habla del plan

-No lo hago por la venganza, quiero que enserio te distraigas. Sé que fuera de todo esto necesitas a Matt en estos momentos- dijo tomandome por sorpresa

-Yo no...- dije antes de que me apresurara a ir

Salí de la habitación aún sin procesar lo que mi padre había dicho. No era verdad, o eso creía.

-¿Quieres volver a mi casa? Aunque mis padres están ahí- dijo rodeando mis hombros con su brazo

-No, quiero llevarte a un lugar lejos de aquí- dije tomando su mano

Subimos a su auto y le di instrucciones de cómo ir al parque que había descubierto aquella vez que lo conocí. Un lugar solitario y abandonado era lo que necesitaba en estos momentos. Cuando llegamos miró todo con detenimiento, parecía asombrado pero a la vez aterrado por el ambiente.

-Bienvenido a mi lugar preferido- dije caminando hasta llegar a la banca

Se sentó al lado de mí sin dejar de ver su alrededor.

-Esto si que nunca lo había visto, es tenebroso ¿no te da miedo?- dijo frunciendo el ceño

-A mí nada me da miedo- dije riendo levemente

Me sentí segura de lo que decía por un momento, pero poco a poco comencé a dudar. Mi rostro se tensó a lo que él no se dió cuenta ya que seguía observando todo.

-¿En serio nada te da miedo? Debe haber algo- dijo sonriendome

-Emm... No lo sé. Quizá me de miedo algo pero aún no me doy cuenta- dije seria

Me miró fijamente.

-Deberías desahogarte aunque sea una vez en tu vida con alguien, no tiene nada de malo- dijo con una voz más grave

Me miró para que dijera algo. Abrí la boca para decirle que no pero dije otra cosa.

-Mi padre y yo pasamos por una etapa difícil. Ya casi se acerca la fecha en la que... Sucedió el accidente de mamá.

-¿Cómo murió?- preguntó dudoso de si era lo correcto en ese momento

-¿Quieres la verdad?- lo miré fijamente con frieldad

-Supongo- dijo frunciendo el ceño

-Ella fue asesinada, asesinada por alguien que nunca sabremos quién es.

El aire frío golpeaba con fuerza nuestros rostros.

-Lo lamento, no pensé que fuera tan trágico- hizo una pausa -¿pero por qué no investigaron para hacer justicia?

Reí socarrona.

-Lo hicimos o por lo menos lo hizo mi padre.

-¿Entonces qué pasó?- dijo acercándose más a mí como si pensara que en cualquier momento me iba a derrumbar

-Se equivocaron de persona los policías, ellos desde siempre han dicho que tomaron al correcto. Obviamente no les convenía decir que se equivocaron- dije contemplando su rostro

Quería saber si él sabía algo, pero parecía muy sorprendido con lo que decía. En verdad él no sabía cómo era en realidad su padre.

-¿Por qué piensan que se equivocaron?

-Porque mi padre sospecho de alguien cercana a ella en aquella época-