XXIII

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Estuve considerando que esto de enamorar al ingenuo de Matt era algo desgastante para mí

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Estuve considerando que esto de enamorar al ingenuo de Matt era algo desgastante para mí. Nunca había sido cursi con nadie, ni siquiera había besado a alguien con tanta intensidad en mi vida. Pero lo sentía necesario en aquel momento que vi su rostro lleno de felicidad, no quería volver a pensar en que él no era culpable de que su padre fuera un asesino aunque fuera cierto. Si aceptara ese pensamiento dudaría un poco en la manera del plan. Ahora estaba en mi habitación arriba de la cama sentada haciendo tarea por los días que había faltado, no iba a descuidar mis estudios después de todo. No arruinaría mi futuro de esa manera.

La venganza estaba apunto de acabar, había terminado las tres etapas y ahora sólo quedaba la más importante y dolorosa... Su muerte. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido del móvil. La pantalla brilló con el nombre de Matt en él. No contesté, era la quinta vez que llamaba en el día. Tenía que dejar de ser amable con él, comenzaría la tortura. Habían pasado tres días después de la dichosa cita y él estaba mucho más enamorado de mí que antes y eso me comenzaba a enfadar demasiado. Por esa razón no le contesté las llamadas ni mensajes.

Terminé la tarea y me fui a dormir.

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Al entrar a la escuela procuré no encontrarme con Matt. Miraba para todos lados, podía aparecer en cualquier parte. Escuché una risa detrás de mí. Volteé a verlo.

-¿De quién huyes?

-Cállate Jack- dije rodando los ojos

-Te puedo ayudar a escapar de clase, yo tampoco quiero entrar- dijo sonriendo

-No seas estúpido, no escapo de eso y mejor ya vete si no quieres entrar a clase, los maestros están por entrar a los salones y pueden verte.

Comencé a caminar sin espera de una respuesta. Entré al salón y media clase estuvo preguntando que como estaba mi padre, al parecer todos se habían enterado por parte de los maestros. Acabé harta al acabar las clases. Con suerte no me había encontrado con Matt. Salí al estacionamiento y lo ví posado en mi bicicleta con los brazos cruzados. Farfullé, sus facciones estaban tensas. Él aún no me veía así que me escondí atrás de un arbusto. Tannia se dirigió hacía él con una sonrisa. Lo saludo de beso y él lo recibió con gusto, fruncí el ceño y tensé la mandíbula. No se de que tanto hablaban pero Tannia intentaba coquetear con él, eso era seguro. Ya los había visto antes coqueteando así que lo sabía. Salí de mi escondite y fui hacia ellos. Tomé del brazo a Tannia y la aventé lejos de Matt. Aquella se fue corriendo al verme el rostro, lo de siempre. Miré a Matt quién reía levemente.

-¿Alguien estaba celosa?- dijo acercándose a mí

-Era obvio que trataba de coquetear contigo- dije cruzandome de brazos

-Lo tomaré como un sí, estoy celosa. Pero es raro sabes- subí a la bicicleta -no me respondes por todo un día y ahora te importa que se acerquen a mí- dijo con la voz cada vez más grave

-No me importa si se te acercan, sólo quiero que nadie más te haga daño- solté de golpe

-¿A qué te refieres con que nadie más me haga daño?- sostuvo el manubrio

-Sólo olvídalo y déjame en paz- escupí en su mano y este la alejó

Aproveché aquella acción y comencé a pedalear hasta irme lejos de él. Fui lo más rápido que pude a casa. Papá había estado buscando trabajo los últimos días entonces me encontraba sola en la casa. Esto se podía salir de control si no controlaba mis impulsos extraños de celos. Por alguna razón me había convertido en esa chica que quiere que alguien esté con ella y no con nadie más mientras ella puede andar de puta. Me odie por un momento.

-¿Qué diablos te sucede Anne? Tú no eres así- dije sirviéndome un vaso de agua

Tenía que acelerar las cosas antes de que me volviera loca. Recordé que probablemente la casa de Matt estaba sola. Él trabajaba hasta tarde, Simón regresaba en la noche y Esther siempre iba al supermercado y regresaba a las 3 de la tarde. Miré el reloj 1:23, tomé las llaves de la casa y mi mochila y salí apresurada. Tomé un taxi, trataba de cubrirme el rostro para que no me viera el conductor. No quería que alguien tuviera evidencias de lo que haría.

Bajé del taxi y pagué. Cuando lo vi alejarse fui atrás de la casa, había una ventana que daba a la habitación de Matt, siempre había una manguera y una escalera atrás de la casa así que no fue problema y la utilicé. La ventana estaba cerrada, maldije por lo bajo. El móvil sonó, era mi padre. No respondí. La desesperación comenzó con aquella llamada, todos los recuerdos viendo sufrir a mi padre en aquel hospital por culpa de Simón, imaginar cómo había sufrido mi madre también. Cogí una piedra y sin pensarlo la lancé a la ventana de Matt, el sonido podía escandalizar en cualquier momento así que entre apresurada a la habitación y aventé la escalera al suelo del pasto. Mi respiración era agitada, mis manos estaban sudadas. No pensaba con claridad, sólo quería sacar todas las malditas cartas y esa dichosa carpeta e irme. Corrí hacia la habitación de sus padres y saqué la cobija que me había dado Matt, salieron disparadas las cartas de un costal encima de la cobija. Las junte todas y vi cuales tenían aquel sello. Poco a poco me di cuenta de que la mitad eran iguales pero con diferentes fechas. Sentí un nudo en la garganta. Puse todas con las manos temblorosas en la mochila, dejando la otra mitad en el costal. Acomodé la cobija en el armario y lo cerré rápidamente. Fui directo al estudio, la cabeza me empezaba a doler pero no me importó en ese momento. El móvil volvió sonar. Era mi padre, grité de frustración. Mi cabeza ya no pensaba bien en ese momento.

Holaaaaa. Vamos, voten mis lectores fantasmas por favor :'c y cometen...

Quería aclarar que la historia continúa. Ya faltan algunos capítulos para llegar al final. No sé preocupen por qué vaya abandonar la historia.

Venganza Mutua Donde viven las historias. Descúbrelo ahora