Venganza Mutua

XXI

-¿Y saben quién es o dejaron de investigar?- dijo rodeandome con sus brazos

Apoyé mi cabeza en su hombro. La impotencia estaba subiendo y bajando por mi cuerpo como fuego quemandome.

-Hemos investigado por nuestra propia cuenta... Pero ya no quiero hablar de eso. Quiero hablar de nosotros- dije tensa

-Está bien. ¿Qué pasa con nosotros?- dijo besando mi cabeza

-Muchas gracias por apoyarnos en todo esto. Mi padre y yo no estamos muy bien por lo que te dije. Tú tratas de hacerme sentir bien, me demuestras que me quieres- dije con voz dulce

Por dentro mi estómago se revolvía de las asquerosas palabras que sacaba de mi boca.

-Oh, nunca dudes de que te quiero... Y no agradezcas por esto, lo hago por qué me importas tú y tu padre- dijo abrazándome con más fuerza

Iba a acabar destrozado y tenía que disfrutar de lo ingenuo que era. Nunca sospecharia de que yo podría ser capaz de matarlo a sangre fría.

-Mi padre dijo que yo te necesito más que nunca en estos momentos ¿crees que es cierto?- dije despegandome de él

-No lo sé, supongo que sí. Sino no estarías aquí conmigo ahora- dijo sonriendo con arrogancia

-Gracias por distraerme un poco, me desahogue como me pediste- dije levantandome de la banca

-Te invito a comer a mi casa. A sí te distraes un poco más- dijo de golpe

Créeme, podía ser cualquier cosa menos distracción ver la cara de la esposa del asesino de mi madre.

-Está bien.

Subimos al auto y fuimos a su casa más pronto de lo que pensé. Mi mente estaba en otro lado, ni siquiera tenía ganas de averiguar algo hoy. Lo iba a tomar como un día libre.

-Hola, Anne. Qué gusto verte, Simón no tarda en llegar para comer algo aunque después se irá a trabajar- dijo cuando entramos a la casa

A los pocos minutos llegó Simón, se sorprendió de verme ahí pero me saludo con cordialidad como siempre. Cuando nos sentamos a comer hablaban de cosas sin importancia con tal de hacerme reír. Ellos ya sabían la situación de mi padre así que quería que me sintiera mejor. Todo resultaba normal pero la mirada de Simón era más penetrante que de costumbre, como si quisiera leer mis pensamientos. Lo ignoré por completo pero la incomodidad no se iba. Después de terminar de comer Esther y yo lavamos los trastes, Matt subió al baño y Simón había recibido una llamada así que salió al jardín al lado de la cocina. Esther había quebrado un vaso y se cortó el dedo pulgar así que fue al baño para curarse. Me quedé sola y sólo escuchaba murmullos de Simón en el teléfono. Me acerqué curiosa a la pared que nos separaba.

-Bonita, iré el fin de semana. Sólo falta un día para vernos. Tranquila, todo está bien. No morirás, tu lucharas por esto- dijo muy romántico

Alcé ambas cejas. Era obvio que le podía ser infiel a Esther.

-Iremos mi esposa y yo, lo sabes. A ella le encanta la fundación pero a mí me encantas tú-

El estómago se me revolvió. Me dio asco y me aparte. Mi teoría era cierta, él era posible que fuera amante de aquella mujer que murió el año pasado y ahora era amante de otra mujer de esa misma fundación. Era un maldito enfermo. Seguí lavando los trastes hasta que llegó Esther con una vendita en el dedo.

Me despedí de ellos antes de irme.

-Salúdame a Andrew, le deseo salud- dijo cerrando la puerta

La cólera subió a mi garganta. No dije nada y me subí al auto. Llegamos al hospital. Las cosas parecían estables con papá. Estuve todo lo que restaba de la tarde con él hasta que me dijeron que me retirará. Pedí un taxi y me fui a casa. El doctor había dicho que podía volver a casa mi papá mañana en la noche. Me pidió que le pusiera más atención en cuanto a su salud.

Me acosté en la cama, respiré profundamente y cerré los ojos. No tenía ganas de cambiarme la ropa. Los pensamientos era como un mar.

Recordé las palabras de mi padre "llorar no es malo" "necesitas a Matt en estos momentos" luego recordé las de Matt "deberías desahogarte" "me importas tú y tu padre".

Respiraba con dificultad y me movía de un lado a otro. Unas horas después pude dormir.

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-Me alegra que estés mejor, en serio hacías falta en casa. Estaba muy sola aquí- dije sonriendo

-Yo también me alegro hija, ahora sólo quiero dormir en mi cama- dijo subiendo lentamente las escaleras

-Yo también, merecemos un buen descanso- dije detrás de él

Me despedí de él antes de ir a mi habitación. Recibí un mensaje del móvil.

Matt: ¿si podremos salir el fin de semana?

Anne: por supuesto que sí

Matt: oh qué bien, entonces él sábado te recojo en tú casa ;)

Me acosté un poco más tranquila, las cosas se estaban acomodando de nuevo. Afirmaba casi que Simón era el asesino de mi madre, sabía el tipo de persona que podía ser él, sabía que él la había amenazado con algo que aún no tenía muy claro el por qué. Matt estaba cada vez más enamorado de mí. Sólo faltaba averiguar si alguna de las cartas que cayeron aquella día alrededor de Matt eran para mi madre. Y de ahí el sufrimiento venía para Matt Thompson y su familia.

El final ya está cerca.