Capítulo 10

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Capítulo dedicado a Yury_9403

Somos labios, boca y lenguas saboreando el libido mutuo, manos, dedos y cabellos sintiendo el placer y éxtasis. El deseo voraz nubla mi mente, se escurre a través de mi torrente sanguíneo, llegando así a cada parte de mí, el hambre incontenido de tenerlo dentro de mí. Sus manos tocan cada parte de mi cuerpo, cada centímetro de piel.

Su aliento choca contra la cara interna de mis muslos, sus manos aferradas a mi trasero y mis piernas descansando sobre sus hombros. Sus ojos no abandonan los míos si no es para perderse entre mis piernas, el brillo en sus ojos está repleto de deseo, deseo y pasión retenidos hace mucho tiempo. Esos azulados ojos clavados en los míos producen una reacción ajena a mí, alborota mis sentidos y no me permite formular palabra alguna, mucho menos una oración.

Lo siguiente que siento es la tibieza de su lengua acariciar mis labios vaginales, elevo un poco mi cabeza de la almohada para verlo, pero no veo más allá de un matorral de cabello, fundirse en la tenue luz de la habitación. Mi clítoris comienza a palpitar en el momento en que sus labios lo toman con una suave presión, y lo siguiente, lo siguiente es mi susurrado gemido, mis manos enterrarse en la tela de las sabanas y el arqueo de mi espalda al sentir como tira de él, como lo aprieta fuerte pero delicadamente a la vez, sus dientes raspan pero acarician mi hinchado clítoris al ir liberándolo de su agarre poco, a poco.

Dos de sus dedos se escabullen dentro de mi vagina, su lengua no abandona el exquisito trabajo de lamer y chupar. Sus dedos se mueven en mi interior, entrando y saliendo; la yema de sus dedos roza mi interior. Suspiros y gimo intentado apretar, inconscientemente mis piernas a lo que él con sus hombros me lo impide.

-Ahhhh...- un apenado mitad suspiro y mitad gemido se me escapa.

-Shhh...- Me advierte a no hacer ruido, por lo que cierro mis ojos con fuerza y muerdo la cara interna de mis mejillas.

Siento mis paredes contraerse alrededor de sus dedos, muerdo mi labio inferior y comienzo a mover inconscientemente mi cadera, ayudando a su trabajo. Sus dedos en mi interior producen el estremecimiento más puro en mí, mi piel erizaba recorre desde mis pies hasta mis brazos, puedo notar la humedad, que cada vez incrementa más, en mi vagina gracias a las maravillas en conjunto de su lengua y dedos.

Niego con la cabeza, intentando espabilar la sensación que embarga mi sistema, ese que se siente en tus piernas, ese que produce que estas tiemblen y lo siguiente es dejarte ser. Trato de no hacer ruido, por lo que mis dientes no dejan de hacer presión sobre mi labio inferior. Sentí como mi vagina palpitaba mucho más, mis paredes volvieron a contraerse alrededor de sus manos, pude sentir la presión que ejerció, mis piernas se abrieron un poco más, dejando que él siguiera con lo suyo por no sé cuantos minutos más.

Entonces, suspire y sin poder contenerlo más me deje liberar, al tiempo que con mis manos tapaba mi boca para así, impedirme gritar y llamar la atención. Me es enteramente imposible tratar de controlar mi respiración debido al reciente orgasmo, una sonrisa de satisfacción y alegría se dibuja en mis labios, dejando mostrar mis dientes en una sonrisa de par en par.

Pero entonces, así como la alegría llega se va volando, el mundo se me viene encima, la realidad me cae sobre la cabeza como si de un baldazo de agua fría, repleta de hielos se tratara. Mi pulso se detiene por un doloroso segundo, para luego volver a retomar su ritmo, en uno altamente acelerado, mi cuerpo entero se siente pesado y, es que el rostro que se asomó entre mis piernas produjo en mí, una parálisis cerebral, no puedo conectar el cerebro con el cuerpo, las palabras bailan y saltan en la punta de mi lengua pero ninguna logra salir.

-Emir...- mi voz sale tenue, apagada y débil.

Su sonrisa arrogante aparece inmediatamente en sus labios, al tiempo que con el dorso de su mano limpia los restos de mis fluidos en su rostro. Cómo pude no reconocer que esos azulados ojos, no eran los mismos que se clavaban en mi cada vez que en sus brazos me pierdo dejándome ser. Un grito desgarrador sale arañando mi garganta, siento ganas de abofetearlo, de saltar, correr y llorar, mil sentimientos colisionan dentro de mí, haciendo esto inhumano, poseer tantas sensaciones dentro de una misma persona suena loco; pesar, dolor, tristeza y conmoción afloran por todos mis poros haciendo que me sea imposible retenerlo, mis ojos comienzan a picar, mi vista se nubla y mis pestañas se humedecen. Una torturada lágrima dibuja un camino en mi mejilla.

Entre Cuatro ParedesWhere stories live. Discover now