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Toda mi vida supe que mis padres me venderían, lo veía en mis visiones. Veía a klaus, veía Nueva Orleans y veía Mystic Falls. Mara Simons y Richard Bennet eran mis padres, una híbrido y un brujo sin poderes. ¿Por qué nunca me quisieron? Un misterio que jamás resolví por qué en verdad, jamás quise hacerlo; sabía que me iba por eso no hice lazos con nadie.
-ya llegamos Jessica- la voz de Klaus me sacó del trance y abrí los ojos para admirar al ciudad. Dios, era tan hermosa. Esas calles eran tan coloridas, pero tenían una energía tan oscura- lo sé, es hermosa. Por cierto, ¿conoces a Bonnie? -¿Bonnie?- fruncí el ceño- jamás he oído de ella -tu prima, hija del hermano de tu papá. Que está muerto -¿vive aquí? -no se me anticipe señorita y no. Vive en mystic falls, pero allá iremos después.
Entonces todo en mi cabeza encajó. El porqué soñaba con mystic falls. Claro, iríamos allá. Pero ¿conocía yo a Bonnie Bennet? ¿Estaba del lado de Klaus? Tenía tantas preguntas, quería tanto a alguien en quien confiar.
Me bajé del auto en cuanto Klaus estacionó en su garage. La casa era hermosa, con un toque sombrío pero hermosa. Podía percibir, muerte y tragedia. Ninguna de las dos me gustaba. No quería vivir ahí.
-no te preocupes, no te quedarás aquí por mucho tiempo-dijo detrás de mi- esperemos a mis hermanos,creo que te caerá muy bien mi hermana -ninguno de ustedes me caerá bien nunca- me puse frente a frente con él- así que no actúes con gentileza cuando ya yo se que eres un monstruo -wow! Pero qué inteligente y solo tienes 17 años- rodé los ojos y me senté en una pequeña silla.
Pronto aparecieron 2 vampiros más. Elijah y Rebekah, ya sabía quienes eran pero jamás había visto sus caras. Rebekah era hermosa, tenía la cara como una porcelana y un cuerpo de muerte con esos ojos penetrantes. Elijah siempre formal, con el cabello a un lado y una sonrisa tranquilizante pero no para mi.
-vaya vaya- habló Rebekah- pero si te has conseguido una belleza, es una Bennet diferente. Mira tus ojos, eres tan bonita -gracias- dije incómoda y ella trató de tocarme pero tenía verbena en todo el cuerpo así que la lastime -¿sabes por qué estás aquí?- yo me encogí de hombros y miré a Klaus - solo se que Klaus hizo un trato con mi familia - bueno... esto consiste en que mi querido hermano Klaus quiere crear una raza como la de tu madre- sonrió- pero eso solo lo podemos conseguir con tu ayuda, además. De que necesitamos a un dophleganger -Elena-dije sin pensar. Siempre se me venían nombres a la cabeza -exacto- habló Rebekah- te vas a hacer su amiga y no la vas a traer. Es fácil, luego hacemos el hechizo y ya. Eres libre. ¿Puedes hacer eso? -son unos malditos- dije y subí las escaleras a lo que suponía que era mi habitación por qué en la puerta tenía "Jessica" en letra cursiva. Mis maletas ya estaban ahí así que cerré la puerta y me tiré en la cama a llorar.
Mis padres, no dudaron ni un segundo en venderme, jamás me quisieron. Jamás se preocuparon por mi. Me sentía tan utilizada, sentía que no servía para nada. Que solo estaba para que me dieran órdenes.
...
Salí de la maldita casa donde estaba a dar un paseo hasta que entré a un bar donde pedí una hamburguesa y una botella de vodka. Tenía un poco de dinero así que lo gasté. Estuve teniendo visiones toda la noche con un chico rubio, de ojos azules. Cuerpo fornido y una mirada adorable. No era Klaus, era alguien más. Jamás lo había visto y no podía descifrar su nombre. Llevaba una chaqueta de preparatoria. Roja con blanco, no sabía que era o quién era. O por qué veía eso. Pero sin duda ese sería el chico de mis sueños.
Caminé hasta chocarme con un chico moreno, podía estar en sus 30 pero era vampiro. Marcel, había sido amigo de Klaus, amante de Rebekah y ahora su peor enemigo.
-asi que tú eres el nuevo juguete de Klaus- dijo y me miró de pies a cabeza -Marcel- acomodé mi chaleco y lo examiné. Era muy terco y egocentrico. Una paliza no le iba a sentar nada mal -pobre niña, ¿crees que si estás de su lado no morirás?- gritó y trató de agarrarme por el cuello. Actúe más rápido y empecé a causarle una aneurisma que lo desmayó así que corrí hasta la casa. Toque muchas veces y al final rompí la cerradura. Estaba tan asustada pero Marcel me había alcanzado. Klaus apareció y lo tomó del cuello.
-ella es intocable, que te quede claro- su voz se hizo más graves y las venas se notaron en su cara a lo que yo grité. Jamás había visto a un vampiro así. Marcel se marchó y el se acercó a mi- ¿estás bien? -si- carraspee- no sabía que él era así - con el tiempo te darás cuenta, al final. No estaremos tanto tiempo aquí- acarició mi espalda y me ardió cuando tocó una herida que me había dejado Marcel, me había mordido. Todavía tenía la verbena sobre mi cuerpo, pero a Klaus no le afectaba-¿por qué no me quema? -por que confío en ti- me alejé de él y volví a mi cuarto donde me curé.
