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Habían pasado algunos meses desde que me había quedado atrapada con Klaus en el mundo prisión y era insoportable, cada día lo soportaba menos y no sabía cómo había sobrevivido sin una gota de sangre y aún permanecer intacto.
-sabes..- apareció frente a mi mientras yo leía un libro de hechizos -¿qué?- rodé los ojos -no sé qué tanto te hice, para que me odies de esta manera -Klaus...yo no te odio, y esa es una pregunta estúpida. ¡Mataste a Taylor! ¿Te parece poco? -¿Taylor Salvatore? ¿Yo? No, en serio no- este soltó una risa -¿sabes? Me vale-me levanté del sofá- no quiero oírte Klaus -¿en serio?- se acercó a mi acortando nuestra distancia, estábamos muy cerca...demasiado- se que jamás me has olvidado, yo tampoco lo hice Jessi, jamás por qué te amo -Klaus...yo estoy con alguien mas- iba a alejarme pero antes de poder moverme sus labios ya estaban sobre los míos y yo no paré. Había extrañado tanto ese sentimiento, a quien quería mentirle, lo amaba, nunca había dejado de hacerlo. Sus manos me recorrieron y caminamos hasta la habitación donde nos tiramos en la cama y rompimos todas nuestras ropas. Klaus me hacía sentir viva y había extrañado esa sensación. Sus labios me devoraban como si en serio me hubiese extrañado.
Me desperté y ya era de noche, otra vez. Estaba desnuda al lado de Klaus quien dormía y susurraba el nombre de Hope una y otra vez. No me preocupaba, Klaus y yo no éramos nada. Él podía soñar con quien quisiera. Me levanté y hice un poco de comida para mi y dejé un poco para él, lo que había pasado no había cambiado nada. Klaus me había abandonado y eso no lo podía compensar . Me envolví en la sabana y me senté en un columpio en el picaporte de la casa donde estábamos, a ver la belleza y la soledad donde nos encontrábamos. Me estaba volviendo loca, extrañaba mucho a todos. Pero en parte estaba feliz, Klaus estaba de nuevo conmigo y eso me hacía explotar el corazón de felicidad.
-buenas noches- su voz estaba ronca, todavía tenía sueño -buenas noches Nik- le sonreí a medias -supongo que quieres saber quien es Hope -si estás saliendo con alguien no es mi problema Klaus...yo también tengo una relación -no...- se rió- Hope es mi hija -¿tienes una hija? ¿De quien? -cuando me fui de Mystic Falls llegamos primero a un pequeño pueblo, no recuerdo su nombre y ahí conocí a una mujer lobo. Haley -no esperaste ni un mes ¿ah? Maldito -no es así, estaba mal sin ti...y pues lo hicimos y en realidad no se como quedó embarazada -ella es lobo y tú eres mitad lobo, claro que pueden reproducirse-rodé los ojos -bueno el caso es que llevamos a Haley y a Hope a un lugar seguro. Y ahora yo estoy atrapado aquí contigo y estoy feliz, por qué pude recuperarte -cuando volvamos, las cosas volverán a la normalidad- lo miré a los ojos- Matt me ama Klaus, Matt es humano, normal. Puede darme una vida tranquila -pero tú no lo amas Jess. Lo quieres, pero no lo amas, no lo amas como a mi -tal vez jamás ame a nadie como te amo a ti- lo besé- pero tengo que hacer el intento -entonces...mientras estemos aquí hagamos el amor- susurró en mi oído antes de cargarme y llevarme adentro.
Matt.
Habían pasado exactamente 6 meses desde que Jess se había ido, no habíamos encontrado manera de sacarla, Bonnie no estaba y ahora luchábamos contra la madre de los Salvatore quien destruyó el pueblo con sus herejes malditos. Elena era un vampiro por mi culpa, había perdido su humanidad y casi me matan para que la devolviera. Todo era un caos y solo mi novia podía arreglarlo, y estaba atrapada con su ex, con alguien que ella amaba mucho.
Jess.
Jamás pensé que podía volver a Klaus Mikaelson y jamás pensé que podíamos estar juntos, no después de tanto, de tanto dolor. Pero no me arrepentía de nada, me había enamorado de dos hombres maravillosos tan diferentes, pero maravillosos. Solo quería pensar que ellos estaban haciendo un esfuerzo por sacarme, por qué sino. Los iba a matar a todos.
-¿qué piensas?- apareció Klaus y me abrazó por detrás -en si alguna vez podremos salir de aquí- suspiré- estoy aburrida, ni siquiera hay nada, todo esta dañado, no hay nada de mi época -saldremos de aquí, solo debemos tener paciencia, amor- susurró en mi oído y eso encendió mi piel-solo disfrutemos que estamos juntos y que ojalá cuando salgamos sigamos juntos- sus manos apretaron mis glúteos y yo lo besé. Me iba a cargar pero le dije que no, quería que me hiciera suya ahí. Sus manos se metieron debajo de mi horrible vestido y lo despedazó, Klaus estaba matándome con la espera, lo quería dentro de mi rápido.
