En menos de un mes habíamos planeado una simple boda con un juez del estado y un pacto de sangre, no quería casarme de esa manera y menos condenar a Matt a algo que él odiaba.
-buenos días- me saludo mientras yo arreglaba algunas flores en el bar -hola, amor- le di un beso y él apretó mi cintura -hoy nos casamos- dijo sobre mis labios -lo se- suspiré-¿estas seguro de esto? -totalmente- me besó de nuevo y luego se fue con Damon, Stefan y todos los chicos y yo me quedé con Elena y Bonnie.
-tu segunda boda- bromeó Elena, quien estaba embarazada, de gemelos. Algo que yo nunca tendría -esperemos que en esta nadie muera- yo reí y Bonnie me abrazó -siento que tenga que ser tan rápido, te mereces una boda a lo grande -pues...-suspiré- no se, el destino lo quiere así. Solo no quiero que Matt lo haga sabiendo que puede convertirse en lo que más odia -Matt te ama Jess, él te ama de verdad y tú también a él, era cuestión de tiempo para que se casaran- yo sonreí y una lágrima salió -Matt es mi amor épico- dije- ademas, de que mi vida depende literalmente de esto, de todo lo que haremos -Matt te ama y lo digo en serio, jamás había amado a alguien así, ni a Elena- Bonnie habló y Elena sonrió.
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Me miré al espejo y toqué mi cintura admirando mi vestido, me veía hermosa, era un vestido sencillo, pero me encantaba, me sentía triste por que estaba condenando a Matt a su peor pesadilla, solo por su amor hacia a mi; la ceremonia fue hermosa, no dijimos votos ni nada de eso, solo el hasta que la muerte los separe y listo, pasamos a la fiesta. Matt estaba borrachisimo y se veía feliz, charlaba con Klaus de manera jocosa y aunque no lo entendía estaba feliz; por fin, mis dos personas favoritas en el mundo se llevaban bien, aunque una de ellas no me tuviera. Klaus estaba siendo el mejor hombre.
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-hola, esposa- Matt me tomó de la cintura y me dió un beso -hola querido esposo- sonreí y le di otro beso-estas muy feliz -feliz por que me casé con la mujer perfecta, con mi amor épico- me abrazó y esta vez nos dimos un beso más largo. Amaba a Matt, de eso estaba segura y de pronto esto iba a salir muy bien ¿quien sabe?, debía intentarlo. Matt se fue con los chicos y Klaus se acercó a mi y de su brazo tenía a una chica rubia, Camille. Pude leer su vida, se conocieron en Nueva Orleans y ya llevaban algunos meses juntos, la odiaba, no podía aceptar que Klaus tuviera a otra persona.
-hola- me saludó y ella me sonrió -hola Klaus- trate de ocultar mis celos -ella es Camille y está conmigo- yo sonreí y le di un abrazo hipócrita -encantada de conocerte...Camille- dije -iré al baño, ahora vuelvo- noté su incomodidad -luces espléndida- dijo- creó que cualquier cosa te queda bien- yo reí -entonces...- tomé un sorbo de mi champán- Camille -es mi distracción -de que-fruncí el ceño -ja!- me miró a los ojos- mientras te espero Jessica- yo negué con la cabeza mientras me reía -te libero Klaus- dije y una lagrima salió de mis ojos- creo que es hora de que salgas de mi vida y yo de la tuya. Te amo y tal vez siempre lo haga, pero escogí a Matt y tú ya tienes a alguien- sollocé y él me abrazó. Me separé de él y corrí hasta Matt para empezar a bailar.
Me mudé con Matt de nuevo a Mystic Falls, ahora él era el sheriff ya que la madre de Caroline murió y ella no había vuelto después de la muerte de Alex. Matt seguía siendo humano pero ya empezaba a tener pesadillas con su muerte y yo no quería eso para su vida. Klaus cumplió el trato, se fue de mi vida, no me llamaba, y no lo vi más. Pero no podía negar que extrañaba su amistad incondicional.
Elena y Damon eran felices, pero Damon ya estaba muriendo, sus días de humano se habían acabado así que iríamos a despedirlo; me levanté de la cama y busqué un vestido negro, la muerte de Damon me dolía, había cambiado mucho y tuvo su final feliz- cuando estuve lista salí de la casa y me encontré con Matt en la mansión Salvatore.
-hola- le sonreí y él me abrazó -hola cariño- besó mis labios-¿estas bien?- asentí -¿qué tal las pesadillas?- le pregunté -pues...no tengo que decírtelo, te meterás en mi mente y sabrás que te miento- ambos reímos y entramos de la mano a despedir a Damon. Matt y él nunca se llevaron bien, pero se apreciaban, Matt lo perdonó, igual que todos, Bonnie se veía igual de afectada que Elena y eso me partió el corazón, habían tenido dos niños hermosos, algo que yo jamás podría tener.
-se lo que estás pensando- dijo Matt a mi oído mientras envolvía sus brazos por detrás de mi cintura -esta bien- susurré -no, solo quiero que sepas que esta bien, que aunque no tengamos hijos, te amo -lo se- sonreí y lo besé- vámonos a casa- el asintió y después de despedirnos de todos nos marchamos.
Volvimos a casa y me tumbé en la cama, tratando de no sentirme mal, había condenado a Matt a una vida infeliz.
-qué pasa- dijo mientras se quitaba el uniforme -no lo se Matt, dime tú- lo miré- dime la verdad -¿qué verdad? -qué no eres feliz- grité y él soltó una carcajada- qué no quieres esta vida -tienes razón...no soy feliz, pero tú tampoco.