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Habían pasado alrededor de unos 6 meses de empezar a vivir con los vampiros originales. Y había empezado a acostumbrarme a ellos, aunque no quisiera. Ya podía hablar con Niklaus sin tener una pelea o indirectas de por medio y Elijah y Bekah ya eran de mi entera confianza. Con Klaus me pasaba diferente, me sentía tan rara alrededor de él.
-Marcel cree que va a ganar esto. Jamás- entro Klaus enojado y tiró una de las mesas- podrá reunir todas las brujas del mundo, jamás tendrán tanto poder como el de Jessica -¿de que hablan?-miré a Elijah y el me dedicó una mirada de tranquilidad -Marcel planea atacarnos hoy, tiene a todas las brujas de Nueva Orleans reunidas-me respondió -entonces vámonos a mystic falls- sugerí -no vamos a ningún lado, vamos a pelear. Aunque no creas, tengo un ejército. Y te tengo a ti, podemos ganarles- habló Klaus- necesito que hagas un hechizo protector de la casa.no podemos permitirnos que vengan aquí.
Después de hacer el hechizo subí a la habitación de Bekah, no la había visto en todo el día.
-oye rubia, ¿donde estás?- entré en su habitación y estaba tirada en la cama llorando-¿qué te pasó? -soy tan estúpida, estoy hecha un desastre -no eres estúpida. Cuéntame, ¿qué pasó? -fui yo quien le dio la idea a Marcel de atacarnos hoy, le dije que Klaus estaba débil -¿por qué hiciste eso? -por que estoy enamorada de él- me abrazó y la verbena la quemó un poco, pero luego se desvaneció -entiendo- la verdad no lo entendía. Jamás había amado a alguien, ni siquiera a mis padres-no le diré a nadie, pelearemos. Pelearé, te defenderé -¿por qué eres tan buena? -por que son lo más cercano a una familia que tengo. Además de que tú y Elijah se han portado muy bien conmigo- acaricie su cabello y ella me sonrió-¿ por qué Klaus esta débil? -por que se está enamorando de ti- yo solté una carcajada y ella frunció el ceño- es enserio ¿acaso no lo ves? Acechándote, no puede dejar de hablar de ti. No se como no te das cuenta -creo que es por qué me necesita para hacer el hechizo, solo eso -mi hermano se enamora de maneras diferentes -jamás he estado enamorada. Ni siquiera he dado mi primero beso-ella se burló y me dio un abrazo -¿sudas agua bendita?- yo entrecerré los ojos y le causé aneurisma.
Volví a mi habitación y apareció una visión frente a mi. Era el chico rubio, estaba tirado en el suelo lleno de sangre. Sentí como si apuñalaran mi pecho a lo que caí al suelo y empecé a gritar. Klaus subió de inmediato y me cargó.
-esas son las malditas brujas de Marcel- dijo sentado a mi lado mientras yo me recuperaba- es mejor si no vas hoy -¿estás loco?- me reincorporé y quedé mirando sus ojos -no, te pueden hacer daño y no quiero eso -me necesitas Klaus. Lo sabes- sus ojos se conectaron con los míos y sentí la necesidad de abrazarlo -claro, te necesito para hacer el hechizo. Me sirves viva, no muerta- dijo y todo aire de amabilidad se había ido -largate- grité y sacudí la habitación- ¡te odio!
Comencé a leer un manuscrito de alguno de ellos, de Klaus. Lo había encontrado en el patio así que fui a mi habitación y empecé a leerlo, había escrito esa misma mañana.
" he tratado de omitir mis sentimientos por ella, pero no puedo. Sus ojos me traen loco y es tan fuerte, no se si pueda resistirme. No se si quiero resistirme. Podría ser todo lo que necesito, pero si me dejo llevar podría dañar todos mis planes".
Entonces Klaus si tenía sentimientos, y tenía sentimientos por mi. Pero aún así no pensaba echar su plan para atrás. No iba a cambiar. Yo no sabía cómo me sentía respecto a él. Jamás había sentido ese sentimiento. Empecé a sentirme mal de nuevo, me tiré al piso al sentir como mi corazón dejaba de latir y no podía respirar. Empecé a gritar y de inmediato Klaus apareció cargándome y me sentí mejor. Me tiró en la cama ya que la verbena en mi cuerpo se había activado.
-¿estás mejor?-tocó mi frente -te vas a quemar- susurré pero a él no le importo y acarició mi rostro con una mueca de dolor en el suyo -ya estás mejor, eso es lo que importa- me sonrió -¿por qué te importa tanto?- sonreí -si te mueres, no hay hechizo- mi sonrisa y mi felicidad se convirtieron en odio así que prendí fuego sus prendas -Te odio Niklaus Mikaelson- lo eché y me acosté de nuevo para recobrar fuerzas.
Klaus era malo, todo sentimiento bueno que tenía, empezó a desvanecerse y no entendía por qué me dolía. Me di una ducha me vestí como de costumbre, de negro.
-vamos- dije mientras bajaba las escaleras -no, tú no vas- me agarro de las muñecas Klaus -¿por qué?- me solté de su agarre- tu no me mandas, tu solo cuídame la espalda y ya - no sabes pelear contra un vampiro- gritó y yo con mi pierna lo rodeé por el cuello y lo desplomé -toda mi vida he estado preparada para esto. Así que voy- Bekah me sonrió y ambas salimos tomadas de las manos.
Caminamos unas calles para encontrar a el ejército de Marcel y detrás de nosotros apareció el de Klaus. No tenía miedo, de hecho, estaba emocionada. Active el hechizo protector protegiendo a los 3 hermanos y a mi, entonces, la pelea comenzó. Habían tantas personas muertas que empezó a darme miedo. Escuché a Klaus gritar.
- es Nik- me dijo Bekah- 3 brujas los tienen- yo asentí y corrí hasta donde escuché las maté tirándolas hacia un pavimento. Me tiré al suelo cuando sentí dos colmillos en mi cuello. Estaba succionando mi sangre pero Klaus le arrancó la cabeza. Me cargó en sus brazos y me dejó de pie frente a una bodega.
- ganamos Marcel, la ciudad siempre será mía- me miró y tomó mi rostro con sus manos-¿estás bien? -si- le sonreí- ¿ estás bien?- acaricié su cabello - te arriesgaste por mi hoy Jess, pudiste morir -no puede importarme menos- el sonrió y acercó su rostro al mío -a mi si- y sin preguntar pegó sus labios a los míos.
Empezó con movimientos lentos y yo no supe cómo hacerlo pero luego me adapté al rico sabor de sus besos.
