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Entonces era Mattew Donovan con quien había soñado todo ese tiempo. Pero ¿por qué? ¿Acaso iba a ser importante en mi vida? ¿Iba a cambiar algo?; después de unas clases llegó el receso y decidí acercarme a él solo para saber más de él. También él era parte del plan de Klaus, Nik había dicho que el niño bonito, inteligente Matt era el ex de Elena y que todavía no la superaba. Tal vez así podía acercarme a ellos.
Sentí su energía y caminé hasta el campo de fútbol donde lo hallé sentado solo practicando algunos movimientos.
- si sigues así nadie podrá taclearte- bromee y él se sobresaltó y me miró sonriendo -Jess, ¿no?- yo asentí- lo siento Jess pero yo a ti te he visto. No se en donde. ¿Seguro eres nueva en el pueblo? Una cara como la tuya no podría olvidarse -no, jamás había venido, estoy acá con mis tíos- mentí- y gracias- me reí -¿te asignaron ya un tutor?- preguntó mientras caminábamos hacia la cafetería -no ¿podrías ser tu? Es que eres la primera amable que he visto y estoy atrasada. Es mitad de curso, por favor- chille y él sonrió -está bien. Nos veremos después de clases mañana. Ahora tengo que irme. Nos vemos Jess- yo solo le sonreí y él siguió su camino.
...
Llegué a la gran mansión encontrándome con Nik quien empezó a hacerme miles de preguntas. Me había visto con Matt y no le había gustado.
-solo fue una coincidencia- expliqué-¿puedes calmarte Klaus? Además, seguro fuiste a ver a Caroline, yo a ti no te importo -¿como puedes decir eso? Cada día me enamoro más de ti. Pero también necesito que hagas bien el trabajo que tienes -jamás vas a cambiar Niklaus Mikaelson, ni siquiera se por qué siento lo que siento por ti. Es como un síndrome de Estocolmo. No debería ni siquiera hablarte -el amor en nuestro mundo es diferente, y se que sientes lo mismo, siento el pulso que llevas, los latidos de tu corazón cuando hago esto- yo suspiré mientras él me tomaba de la cintura y juntaba sus labios con los míos. Me llevó un tiempo reaccionar pero le correspondí, mis manos viajaron hasta su cuello jalando algunos cabellos que le caían por ahí. Me cargo y me dejó sobre la mesa, ahora sus besos eran más rápidos y podía sentir él hambre de mi, también quería, pero era mi primera vez.
-Klaus no- dije y el se detuvo -¿qué pasa amor? ¿Te lastimé?- yo negué con la cabeza - es solo que... soy virgen- dije avergonzada - no tiene por qué darte pena. Creo que eso te hace aún más maravillosa y toda para mi - no puedes dejar de ser egoísta ni por un momento ¿cierto?- coloque mis brazos alrededor de su cuello y lo atraje hasta a mi chocando nuestros labios y luego disponerme a hacer mis deberes mientras él iba en busca de Katherina Petrova. No había preguntado por qué no quería estar involucrada.
...
Dicen que cuando uno está enamorado hace lo que sea y sentía que este amor me estaba llevando al extremo. Esto iba a costarle la vida a una inocente muchacha, como yo. Que no sabe de las atrocidades del mundo en el que vive. Que solo llora la pérdida de sus padres. Pero pensaba en Klaus y en lo mucho que lo quería y no podía dejarlo, ni siquiera sabía por qué. Por qué todo acerca de eso estaba mal.
Estaba acostada junto a Klaus. Lo veía dormir y admiraba su lindo cabello rubio, su barba de 3 días y la perfección de su nariz. Entonces me pregunté cómo podía ser tan hermoso pero siniestro al mismo tiempo y darme seguridad y miedo a la vez. Estaba a su lado por qué no podía dormir y necesitaba verlo, él sabía que estaba a su lado, pero me dejó apreciarlo por un momento.
-¿qué hace esta señorita a esta hora en los aposentos de un caballero? -no puedo dormir- hice un puchero y él se corrió para dejarme espacio. Me acosté y me quedé dormida escuchando la historia de Katherina. Dophleganger, no funcionó con ella lo de la maldición así que tenía que funcionar con Elena.
Al parecer Elijah se había enamorado perdidamente de ella y esto causó problemas entre ellos dos. Elijah no quería que Klaus la lastimara pero a él no le importo. Al final Katherina se escapó y la ha buscado siempre. Pero el la perseguirá a muerte. Típico de Klaus.
Al día siguiente volví a la escuela, esta vez me senté con una chica llamada Taylor Salvatore, sobrina de Stefan, el novio vampiro de Elena. Nueva en la escuela, sorprendida e ignorante de todo. Pobre. Tenía 17 años y era muy hermosa. Además, la última descendiente de la familia Salvatore.
-¿por qué te transfirieron aquí?- me preguntó -mi lugar de origen. Ya sabes, cosas así- ella asintió. También tenía secretos. Y a penas la conocía no iba a contarle nada.
Pero ese era el comienzo de una muy buena y tóxica amistad.
