Capítulo 3

116K 6.1K 3.5K
                                    

(Troy)


-Señor su visita ya ha llegado.

-Hágala pasar –dije sin levantar la vista de los papeles que tenía en frente.

Al rato se escuchó como picaban a la puerta de mi despacho.

-Adelante.

La puerta se abrió, dejándome ver a un señor moreno, flaco, y bastante nervioso. Sabía quién era, Spencer White, una persona que me debe mucho, pero que mucho dinero, y lo único que recibo de él son excusas baratas que ya me tenían harto.

-Pero mira a quien tenemos aquí –dije mirándolo fríamente aunque mi tono pareciera de humor, mientras se sentaba frente a mí.

-Tirano, yo quería pedirte...

Tirano es el nombre por el cual se me conoce, soy lo que la gente común llama mafioso, por dedicarme a la venta de drogas y quitar la vida a aquellos que lo merecen, pero a mí no me gusta ponerme etiquetas.

-¿No crees que ya me has pedido muchas cosas? –pregunto interrumpiéndole.

-Lo sé, pero le aseguro que en un mes yo...

-El mes pasado me viniste con el mismo cuento, quiero mi dinero ya –volví a interrumpirle.

-No lo tengo ahora mismo –dijo bajando la cabeza.

-¿Y qué podemos hacer? –digo pensativo mientras apoyaba los codos en la mesa y unía la manos entrelazando los dedos.

-Trabajare para ti, pero no me hagas nada –suplico.

-No me interesa un enclenque como tú, seguro que te pillarían enseguida en cualquier misión que te pida.

-Te doy a mi hija –dijo tartamudeando de los nervios.

-¿Cómo? –Pregunte confuso.

-Te doy a mi hija a cambio de saldar mi deuda contigo.

Me lo quede mirando un rato, ya que es la primera vez que me ofrecen a alguien a cambio de saldar una deuda. No me lo podía creer.

Parecía una oferta real, ya que no se retractaba de sus palabras. Eso hacia preguntarme qué clase de persona es Spencer.

-¿Me das a tu hija? –pregunte para asegurarme que había escuchado bien.

-Sí, Tirano –dijo convencido.

-¿Y que se supone que hago yo con ella?

-Lo que quieras.

Sonó interesante, se me ocurrían un par de ideas sobre que podría hacer con ella.

-Acepto, ¿Trato entonces?

-Si –dijo alargando su mano.

-Pero hasta que la tenga en mi poder tú te quedas aquí –dije estrechando su mano.

Mande a Spencer a una habitación custodiada por dos de mis hombres. Luego ordene llamar a mis dos hombres más fieles, Marc y Rose.

Marc es mi amigo desde que nos quitamos los pañales y Rose se nos unió cuando cumplimos los diez años, diría que es el toque femenino del grupo, aunque pega hostias como si de un boxeador profesional se tratase.

-Señor –dijeron al unísono en cuanto los tuve delante.

-Quiero que busquéis a una persona por mí y me la traigáis, sin llamar la atención.

-¿Quién? –pregunto seria Rose.

-La hija de Spencer.

-¿Tenemos alguna información?

VendidaWhere stories live. Discover now