Capítulo 37 Final

111K 6.3K 2.3K
                                    

(Troy)


Había pasado un mes desde que me colé en casa de Cass por la noche. Ahora habíamos pasado de dormir junto unas noches sueltas a estar prácticamente viviendo en su casa. Habíamos avanzado mucho con su miedo, ya podía salir sin miedo si estaba acompañada, sola solo se atrevía a lugares cercanos.

Ducado y yo nos lanzábamos pullitas, cariñosas, había cogido casi el papel de padre de Cass y casi mi suegro. Hace menos de un año no me podría imaginar esta escena ni soñando.

Cass había recuperado su hobby de la fotografía y con la ayuda de Hank y Ducado ahora puede ganar algo de dinero con ello. Quiere hacerse hueco poco a poco en ese mundo.

Con respecto a Adam acabo confesando que solo tenía a los dos hombres que secuestraron a Cass, los que habíamos matado. Por lo que lo acabamos matando, después de torturarle un rato.

Ahora me encontraba en mi despacho con el papeleo. Cuando mi móvil sonó con un mensaje de Cass.

Me había enviado una imagen de mi dormido en el sofá, sin camiseta y agarrado a una almohada. Recuerdo que me la saco cuando se levantó y puso esa almohada para que yo no notara que se había ido de entre mis brazos.

Yo a cambio le mandé otra que le hice mientras cocinaba con una de mis camisetas y sin pantalones. En la fotografía aparecía medio agachada donde podías ver algo de sus bragas.

No sé en qué momento empezó la guerra de fotografías. Pero ahí estábamos.

Cass: ¡BORRALA YA!

Yo: La tengo de fondo de pantalla.

Me contesto poniendo un emoticono de una carita enfadada, me hizo sonreír. Me gustaba picarla.

También habíamos cogido la costumbre de reunirnos, las dos bandas y nosotros todos los domingos para una barbacoa. Así podíamos conocernos todos mejor. Ahora empezábamos a ser más familia que antes.

Por cierto, desde que quite la norma de nada de relaciones entre la banda, viendo que eso no servía de nada ya que los que estaban enamorados se veían a mis espaldas, Marc y Rose se habían convertido en una pareja formal. Llevaban año saliendo a mis espaldas, ellos creían que no lo sabía.

Al cabo de cinco minutos picaron a mi puerta.

-Adelante -dije sin levantar los ojos de los papeles.

-Oye Troy. Tienes una visita -dijo Marc entrando.

-¿Visita? Imposible, no he quedado con nadie.

-Lo sé. Ha venido por su cuenta.

-¿De quién hablas? -pregunte levantando la vista.

Encontrándome con la cara divertida de Marc y tras él a Cass con los brazos cruzados, molesta.

-Creo que os voy a dejar a solas -dijo huyendo y cerrando la puerta.

-Traidor -murmure.

Me levante de la silla y rodee la mesa para acercarme a Cass.

-¿Cómo has venido? ¿Te ha traído Ducado?

-No, he venido sola.

Nos quedamos en silencio ya que nos sorprendió a los dos el hecho de haber salido sola y tan lejos.

-Muy bien -dije ilusionado porque lo había conseguido y por si se olvidaba de su enfado- ¿Has venido bien?

-He venido sola -dijo casi sin creérselo- no he pensado en nada más que llegar a aquí.

-No sabes lo contento que estoy.

La acerque a mí y la bese. Ella contesto al beso, hasta que no nos dimos cuenta de que habíamos perdido el control y la tenía sentada en la mesa con sus piernas rodeándome la cintura.

Cass se tiró hacia atrás, tumbándose en la mesa y yo me incline para estar sobre ella. Le estaba besando el cuello cuando note como extendía su mano para poder llegar a mi móvil. Le cogí la mano y la puse sobre mi torso.

-Tramposa -dije entre beso y beso sonriendo.

-La tienes que borrar.

-¿Has venido por eso?

-Si -dijo gimiendo cuando noto mi mano acercándose al botón de su pantalón.

-Necesitas un castigo.

Dejándonos llevar por la pasión acabamos tirados en la alfombra del suelo, desnudos, sudorosos, abrazados y sin poder apartar las manos uno del otro. Había sido la primera vez que habíamos estado juntos a este nivel. Yo había planeado hacerlo de otra manera, más dulce pero no hemos sido capaces de aguantar más.

-¿Estas bien? -pregunte.

-Si.

En ese momento volvieron a picar a la puerta.

-Estoy reunido, iros -grite a la puerta.

-Esto... ¿Estáis de obras?

Eso hizo que Cass se pusiera roja de vergüenza al darse cuenta de que nos habían podido escuchar durante todo este tiempo. A mí personalmente me daba igual que me escucharan, mientras no me interrumpieran.

-Si, después iremos a reorganizar tu cara.

-Voy a abrir -ese era Ducado.

-¡No! -grito Cass.

La puerta se abrió al tiempo que nos cubrí a los dos con la alfombra.

-¿Estás loco? -pregunte- Te voy a matar.

-¿Pero que hacéis? -pregunto Ducado alterado al ver el panorama en el que os encontrábamos.

-¿A ti que te parece? ¡Salid! -ordene.

Salieron. Cass se había escondido totalmente bajo la alfombra.

-Ya puedes salir.

-Pásame mi ropa.

-Solo estoy yo puedes salir, yo ya he visto todo.

-Imbécil.... Pásame mi ropa.

Me levanté sin importar mi desnudez y me puse mi boxers y los pantalones antes de pasarle la ropa, menos la ropa interior que seguía sosteniéndola en mi mano.

-Dámela toda.

-Siempre que quieras.

-¿Qué?

-Nada -dije riéndome y pasándole la ropa- toma.

Se vistió haciendo malabarismos bajo la alfombra y cuando ya estuvo se quitó la alfombra de encima.

-Ponte la camiseta antes de abrir la puerta -me dijo cuando vio que iba a abrir.

-Que más dará, ya me han visto sin camiseta más de una vez.

-Pues a partir de ahora no. O pensaran mal cada vez que te vean así.

-Como me gustas -dije al tiempo que me acercaba y le besaba- ¿Qué te parece ir al cine esta tarde?

-¡No podéis, es domingo! -gritaron más de dos voces tras la puerta.

-Las marujas a sus casa -dije yo de vuelta.

Se escucharon risas tras la puerta.

Esa es la vida que nos esperaba a partir de ahora y por muy raro que suene me gustaba y que Cass estuviera a mi lado me gustaba incluso más.

VendidaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ