Capítulo 31

70.2K 4.2K 222
                                    

(Troy)


Ayer tuve que volver a casa de Ducado porque me llamo para verme antes de la hora de la cena. Solamente quería encargarme un pedido que acepte antes de irme a la casa, para que nadie sospechara que había ido a ver a Cass.

Incluso pregunte a mi gente si había localizado a Cass, obviamente me habían dicho que no sabían nada.

Ahora tenía que volver a ir a casa de Ducado para hablar con Adam. La verdad era que en este momento era lo último que me apetecía. Pero era algo que no podíamos retrasar más.

Así que pille la moto y fui para allí.

-Te estaba esperando –dijo Ducado en cuanto aparecí.

-¿Tantas ganas tenías de verme? ¿O es que me echabas de menos? –pregunte con humor.

-Sera eso. Anda vamos que ya tengo a Adam preparado.

Nos dirigimos a Adam para ir a interrogarle. Aunque sabía que o sacaríamos mucho. Sabíamos de sobras que solo quería jodernos para estar sobre nosotros por pura envidia.

En cuanto entramos vi que Ducado tenía a Adam atado a una silla. Él muy cabron sonreía. Chalado.

-¿Ya es mi turno? –pregunto mirándonos.

-Eso parece –conteste.

-¿Así vas a tratar a un viejo amigo?

-¿Cuándo fuimos amigos?

-Dejar esta conversación de chiquillos –interrumpió Ducado- Vayamos al grano.

-¿Qué te propones con Spencer? –pregunte.

-A juzgar por el tiempo que habéis tardado en venir, seguro que ya no veré a Spencer. Que lastima –dijo fingiendo estar triste.

-Déjate de rollo. Contesta –dije serio.

-¿Queréis que os diga que lo siento mucho? No sois tontos, sabéis de sobra que ni lo siento y que esto no acabara aquí aunque me matéis.

-¿Por qué no va a acabar aquí si tu no vas a salir?

-Porque igual que vosotros tengo gente muy fiel a mí.

-Por eso estas aquí y nadie te está salvando.

-¿Qué te traías con Spencer? –interrumpió Ducado.

Le mire y podía ver que estaba cansado de escuchar las tonterías y no quería seguirle el juego a Adam, como yo.

-Él quería a la chica y yo sabía que eso os jodería, porque sabía que os estaba ayudando. No hay que ser tonto para saberlo.

-¿Cómo sabias que nos estaba ayudando? –pregunte suspicaz.

Nadie a parte de mi gente y Ducado sabía que Cass nos está ayudando con el tema de la seguridad.

-Es que soy muy listo –dijo haciéndose el tonto.

-¿Le puedo pegar ya? –pregunte a Ducado.

-Pero no te pases.

Le di un puñetazo en la mandíbula sin ningún preámbulo haciéndole girar la cara. Escupió sangre al suelo.

-¿Te estas ablandando? ¿O es que ya no le damos tanto al gimnasio?

Le gire la cara hacia el otro lado, con otro puñetazo, esta vez algo más fuerte.

-¿Cómo sabias que nos estaba ayudando? –pregunte otra vez.

-Tengo ojos en todas partes –dijo antes de volver a escupir.

-¿Qué quieres decir?

-Que quizás no todos los que piensas que están de tu lado en verdad lo estén y a lo mejor lo estén de mi lado.

-¿Qué hay gente infiltrada entre mi gente? –pregunte sin poderme creer lo que acababa de insinuar Adam.

Ducado y yo decidimos dejar a Adam por ahora para hablar sobre lo que nos había dicho.

-Espera un momento –dijo Ducado cogiendo el teléfono para llamar a alguien.

Estábamos en su despacho, así que me senté a esperar que acabara su llamada.

-Hey... ¿Cómo va? ¿No tendríais que estar ya por aquí? –Decía Ducado- ¿No os abre? Espera le llamo.

Colgó y volvió a marcar, pero nadie pareció cogérselo. Por lo que tuvo que llamar de vuelta a la persona que había llamado primero.

-No logro que me coja el teléfono... -se quedó callado pensando antes de colgar.

Salió del despacho como si hubiera visto al diablo y le estuviera persiguiendo. Me levante y corrí tras él. Fue directo de vuelta donde estaba Adam. En cuanto entre Ducado ya tenía a Adam en el suelo, aun atado a la silla, cogiéndole de las solapas de la camisa, tirado a su lado pero sin pegarle.

-¿Qué le has hecho, hijo de puta? –le preguntaba.

-¿Qué pasa Ducado? –pregunte al tiempo que lo intentaba separar.

-No sé de qué me hablas –contestaba Adam sonriendo.

Era obvio que mentía. Ducado le dio un golpe contra en suelo.

-Que digas que le has hecho –exigió.

-¿Qué pasa has perdido algo importante? –se burlaba Adam.

-¿De qué estáis hablando? –interrumpí.

-Este hijo de puta tiene a Casandra –dijo Ducado lleno de ira entre dientes.

Me quede durante un segundo tan quieto como una estatua procesando lo que acaba de soltar Ducado.

-¡¿Qué?! –Pregunte alterado- Es imposible yo ayer...

Me interrumpí antes de confesar que había ido a casa de Cass.

-Sé que fuiste a verla ayer, no soy tonto. Pero esta mañana se la han llevado.

-¿Cómo lo sabes?

-Porque le había prometido que enviaría a alguien a buscarla para traerla y cuando los chicos han ido a buscarla ya no estaba. Este cabron tenía a alguien infiltrado que ha aprovechado a mandar a secuestrar a Casandra –dijo al tiempo que zarandeaba a Adam- Dime donde la tienes, hijo de puta.

Adam solo se río.

-¿Dónde está? –pregunte a modo de exigencia.

Estaba que echaba chispas. Tenía unas ganas de matar a Adam que me sorprendería de mí mismo si no estuviera tan cabreado. Ducado igualaba mi nivel de ira. Pero el no poder matarlo ni saber dónde o como estaba Cass nos estaba frustrando demasiado.

-Está en el mejor lugar del mundo –soltó entre risas Adam.

Por algún motivo recordaba esa frase. Era de cuando Adam estaba con nosotros. De cuando teníamos tiempo libre y nos íbamos por ahí. A nuestro lugar secreto... Ahí debe de estar. Pensé acordándome de nuestro lugar favorito.

-Se dónde está –dije.

-¿Y si es una trampa? –pregunto Ducado sin dejar de mirar a Adam, que se estaba riendo como un loco.

-Es lo único que tenemos –conteste- si no hacemos algo puede ser que sea demasiado tarde.

VendidaWhere stories live. Discover now