capítulo 16

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(Troy)


Como desde que esta Casandra en casa me cuelo en su habitación por la noche, esta no una excepción. Abrí mi armario me metí y pase al suyo.

Estaba dormida así que fui sigiloso a poner de nuevo el mueble en su sitio. No sé qué mosca le había picado para tener que moverlo todas las noches.

Me disponía a ir a la esquina para verla un rato antes de volver a mi habitación cuando vi que tenía la camiseta subida y su cuerpo me tentó. ¿Cuándo no me tienta? El único momento en el que no me tentó fue cuando no la conocía.

Me fui a tumbar a su lado. Solo iba a ser un minuto me prometí a mí mismo.

Pero cuando estaba a un paso de la cama Casandra se levantó y pude distinguir un destello plateado en su mano antes de que me lo clavara en el muslo.

-¡AAAAAAAAAA! –grite de dolor.

En seguida abrieron la puerta y encendieron la luz. Casandra gritaba de pánico y yo de dolor. En cuanto puede mirarla estaba atacando a mis hombres con un cuchillo, dándome la espalda.

-Parad y ayudarme –ordene intentando moverme hacia la cama.

Mis chicos en seguida dejaron a Casandra y vinieron a atenderme.

-¿Estas bien? ¿Qué ha pasado? –preguntaron.

Pude ver como Casandra aprovechaba para salir por patas.

-Que uno vaya a por la chica, que me la traiga aquí y el otro que vaya a por las cosas para curarme y llame a Rose.

Enseguida se pusieron en marcha.

-Cabrones... Podríais haberme levantado antes de iros –murmure a la nada ya que me encontraba solo.

Me levante tragándome el dolor y me senté en la cama. Me había dado una buena puñalada.

Enseguida apareció Rose nerviosa, seguida por el chico que había ido a por las cosas.

-¿Qué ha pasado? ¿Y esa sangre? –pregunto señalando mi pierna y acercándose a mirar.

-Un accidente, tranquila. Ahora ayúdame a que deje de sangrar.

-Yo sé de armas, no de curas, Troy. ¿Cómo quieres que te ayude si no se? ¿O es que has enloquecido de repente?

-Calla ya –dije intentando bajar mis pantalones.

-Definitivamente estás loco ¿Para qué te desvistes? No quiero ver esa parte de ti –dijo sonriendo.

-Lástima que me da.

Acabe de quitarme los pantalones con su ayuda y empezó a limpiar la herida en total silencio. Para poder fijarme en lo que ella hacía, ya que no es médico ni nada pero la han herido tanto que ella misma ha aprendido a curarse sola.

-Se provocar heridas, no curarlas. Te voy a dejar una cicatriz irreparable –murmuraba sin mirarme.

-No me preocupa una cicatriz más –dije.

-Pues ya está –dijo Rose levantándose cuando acabo de poner la gasa- ¿Necesitas algo para el dolor?

-Estoy bien –luego me gire hacia el chico- ¿Dónde está Casandra?

Se encogió de hombros, mientras negaba con la cabeza. Le ordene que fuera a por ella y la trajera.

-¿Ha sido Casandra? –pregunto Rose enfadada.

-Sí, con un cuchillo.

-La voy a matar –dijo cogiendo la pistola que tenía escondida en el cinturón e hizo el amago de salir.

-Espera –le ordene.

Se dio media vuelta antes de llegar al umbral de la puerta. Podía notar su enfado y su ira en su mirada.

Los dos chicos no tardaron en llegar uno herido y el otro ayudándole a caminar. Obviamente sin Casandra.

-¿Dónde está? ¿Qué ha pasado? –pregunte sin rodeos.

-Me ha herido cuando la atrape y se me escapo. Solo sé que no ha salido de la casa. He dicho a los chicos que vigilen las salidas.

Por lo menos esta vez no tendría que irme muy lejos para volverla a tener entre las manos. Ahora empezaba la caza del conejillo.

-Ayúdale –le dije a Rose mientras me levantaba con dificultad.

-Pero... -empezó Rose.

-De ella me encargo yo –la interrumpí.

Salí de la habitación y recorrí el camino más corto a la salida. Que sería la opción que Casandra habría tomado.

Me pasee por el piso de abajo pensando en algún lugar donde se pudiera esconder. Me ganaba miradas de los chicos gracias que caminaba cojeando.


(Casandra)


En cuanto salí corriendo de la habitación baje las escaleras dirección a la puerta, pero unos brazos me rodearon y volví a hacer uso del cuchillo y lo clave en el brazo. Conseguí estar libre de vuelta pero la puerta de la entrada no se abrió y decidí buscar otra salida.

Al final me encontré frente a la puerta que prohibía el paso a los que no estaban autorizados. Abrí poco a poco y todo estaba a oscuras. Entre y tranque la puerta con la pesada mesa y un par de sillas y busque otra puerta pero no había.

Una vez a salvo me di cuenta que lo que había hecho era una tontería me acabarían encontrando y tendría que salir porque aquí no hay nada más que ordenadores. Que si cortan la luz no podría usar.

Lo único que se me ocurría era contactar con la policía por internet pero... tampoco podía hacer eso ¿Cómo explico que mi padre me vendió? También acabaría el en la cárcel.

Me senté derrotada en la silla. Mire de reojo la pantalla del ordenador que tenía más cercano. La pantalla parpadeo. Estaban en problemas, alguien estaba aprovechando que no había nadie para intentar colarse en el sistema.

Entonces se me ocurrió.

Me puse manos a la obra. Abrí un programa de chat que comunica con el móvil de Troy, Rose y Marc.

Yo: Quiero hacer un trato.

Rápidamente obtuve respuestas.

T: ¿Quién eres?

M: ¿?

Yo: Soy Casandra. Os están intentando invadir el sistema.

En menos de un minuto los tenía a los dos aporreando la puerta gritándome para que abriera.

-No pienso abrir. Antes quiero un trato.

-¿Qué trato? –pregunto Troy.

-Yo resuelvo el problema que tenéis, incluso intento localizar de donde viene y quien es y vosotros me dejáis en paz -parecía que se lo pensaban demasiado así que añadí- Os quedan diez segundos para que se os metan en el sistema.

-De acuerdo.

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