Capítulo 34

73.7K 4.2K 498
                                    

(Casandra)


Había pasado los dos últimos días en casa de Paulo, no me había atrevido a salir de la casa. Me sentía asustada cada vez que me acercaba a la puerta, el solo pensamiento de cruzarla hacia que me temblaban las piernas.

-¿Quieres ir a casa? –pregunto Paulo apareciendo a mi lado.

Lo mire dudando por unos segundos antes de contestar.

-No me siento segura yendo a esa casa yo sola –dije sincerándome con él.

-Ya lo sé.

-¿Cómo? –pregunte sorprendida.

-Me lo imagine al no irte de mi casa cuando se te paso el susto. Pero no tienes que temer ya le he dado una solución.

-¿Cuál? –estaba confusa, no sabía que intentaba decirme.

-Me he comprado la casa de al lado.

-No sé si esa es la solución...

-¿Cuál es el problema entonces?

-Tengo miedo de poner un pie fuera, no puedo ver ni la calle desde la ventana... Aunque viva en la casa de Hugo..., bueno en mi casa, no creo que pudiera salir de allí. No quiero vivir con miedo a salir a la calle.

-Esto es más de lo que pensaba –dijo pensativo- ¿Qué quieres hacer entonces?

-No lo sé.

-Mira para cambiar de aires ¿Quieres ir a ver mi casa nueva? –pregunto.

-Sí, quiero ir a verla.

-Vale, vamos –dijo sonriendo.

Me paso un brazo por los hombros, para infundirme valor antes de abrir la puerta. Me quede parada, como si mis piernas se hubieran convertido en piedra. Mire a la gente que pasaba por la calle, imaginando que me estaban mirando esperando el mejor momento para correr a mí y llevarme a saber dónde.

-Tranquila, son solo cinco pasos hasta el coche –dijo Paulo para tranquilizarme- ¿Preparada?

-No, pero vamos.

Paulo me dio un pequeño empujoncito lo suficiente como para que empiece a andar. Empecé a poner un pie detrás de otro. Y tal como Paulo había dicho en cinco pasos había llegado al coche.

Entre en el coche y Paulo se puso en el asiento del piloto. Condujo hasta su casa.

-¿Y qué tal con Troy? –pregunto por el camino.

-¿A qué te refieres? –pregunte mirándole.

-No te hagas la tonta. Ha estado contigo todo el tiempo que ha podido. Incluso paso la primera noche contigo, en la misma habitación. Que me he dado cuenta. ¿Tenéis una relación seria?

No me había preguntado eso nunca. No sabía en qué punto estábamos. Troy no me ha pedido salir de manera formal pero por sus palabras es como si ya fuéramos novios.

Novios. Palabra importante es este momento. No sabría qué decir. ¿Estamos en una relación? Si lo estuviéramos significaría que Troy está enamorado de mí o por lo menos le gusto de esa manera. Espera... ¿Troy me quiere? No podía ser.

-¿Se te a comida la lengua el gato? –pregunto con humor al ver que no respondía.

-No somos novios.

Decidí decir eso ya que formalmente no me lo había pedido Troy ni yo a él.

-¿No? Pues no quiero que... -se interrumpió él solo antes de seguir- perdón iba a decir una frase de padre.

-Siendo justos, eres mi única familia, y aunque me cuesta aun asumirlo, entiendo que quieras preocuparte por mí y quieras dar consejos de padre. ¿Que ibas a decir?

-Que no quiero que te precipites a una relación. Y si por una casualidad se da el caso de llegar a una situación... íntima, quiero que te protejas.

-¿Me estás hablando de...? Por favor, no hables de eso conmigo –dije escandalizada.

-Es algo que se tiene que hablar o tú ya sabes del tema...

-Tengo internet, si quiero información ya la buscare –dije para dejar el tema.

-Vale –dijo con humor- Pero quiero que me digas si Troy se porta bien contigo, sino es así le atare a un árbol, desnudo, y lo partiré en dos.

Lo mire horrorizada por la escena que me acababa de plantear.

-¿Qué dices?

-Es broma. Pero si te hace algo que te duela no lo dejare ir tan fácilmente –esta vez sí que parecía serio.

-No te preocupes. Troy es muy dulce conmigo –se me escapo.

-¡Oooh! Entiendo –dijo divertido.

-Pero no te hagas ideas raras. No ha hemos hecho nada –aclare rápidamente.

-Yo no he dicho nada –dice riendo- Bueno ya hemos llegado.

Aparco el coche y rodeo el coche para abrirme la puerta.

-Bienvenida a mi hogar.

Salí del coche y fui hasta la entrada sin mirar a mí alrededor para no ponerme nerviosa.

En cuanto entramos pude notar que la distribución de la casa era igual a la mía. Solo que esta estaba fría, quiero decir, sin decoración. Como si nadie viviera allí.

En la que Hugo me dejo podías notar el sentimiento de un hogar nada más entrar. En la de Paulo se notaba que no le había dado tiempo a hacer nada.

-¿Qué te parece?

-Es muy bonita.

-Sí, bueno si quieres ayudarme a decorarla tu misma. Yo soy un negado para eso. Estos temas de decoración se le daban mejor a Hugo.

-Pero es tu casa ¿Cómo me voy a meter en tu casa, a decorarla, yendo y viniendo a mis anchas?

-Tu misma lo has dicho antes. Somos familia, confió en tu buen gusto para decorarla.

-¿Cómo sabes que tengo buen gusto?

-Recuerda que te he estado buscado desde hace mucho tiempo y se tus aficiones. Las fotografías que he podido ver tuyas son espectaculares, me encantaron en cuanto las vi.

-No sabía que fueras un fan –dije bromeando.

-Soy tu fan desde que naciste –dijo siguiendo la broma.

Me hizo un breve tour por la casa y fuimos hablando de cosas sin importancia, sobre el uso que le quería dar a cada habitación y que podríamos poner como decoración.

-¿Y cómo va lo del libro o diario de mi hermano? –pregunto mientras tomábamos un café.

-Lo deje parado porque quería leerlo contigo.

-A cierto, ahora que viviremos más juntos puedes venir o llamar a que vaya yo.

-Si supongo que sí. ¿Me acompañarías a casa luego? –pregunte.

No me veía capaz de dar los pocos pasos de distancia entre nuestras puertas.

-Sí, claro. Por supuesto –dijo sonriendo con comprensión.

VendidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora