Capítulo 21

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(Casandra)


Estaba tan asustada de que me hubieran descubierto que no me salían las palabras.

-¿Cómo la has encontrado? –pregunto Ducado.

-Usando las cámaras de seguridad de las naves. Lo que no se es porque se ha metido en nuestro coche. ¿Qué pretendías? –me pregunto.

-Em... Yo...

-Déjala. Buen trabajo, Hank.

-¿Aviso a Troy de que esta aquí?

-No, dejémosle un rato. Así no pensara en Spencer ni en Adam. Y me dará tiempo a hablar con ella –dijo mirándome a través del espejo retrovisor.

¿Qué quería decir eso? ¿Se me había acabado el tiempo y para que no hable se desharían de mí? ¿Me torturarían? ¿De qué quiere hablar Ducado conmigo? Yo no quiero hablar con él.

-Puedes estar tranquila, no te vamos a hacer daño –dijo Hank sonriéndome- No sabes las ganas que tenia de conocerte. Lo habría pedido por el chat sino me diera tanta vergüenza. Pero desde que supe que Bam-Cass era la Casandra de Troy me pico la curiosidad de ver como eras.

-Yo no sé qué decir.

-Lo sé, lo sé. Te imaginabas que era un chico que se pasa la vida delante de la pantalla de un ordenador pero ahora que sabes que estoy en una banda lo has flipado y no sabes que decir. Yo también te imaginaba más... bueno menos... digamos que eres más guapa de lo que imaginaba. Y ahora que te tengo delante y te puedo preguntar ¿Qué era lo que buscabas en la BDG? Sí que te ayudaba pero aunque podría haber visto que buscabas no lo hice para que tuvieras intimidad.

-¿Qué tal si responde a todo eso cuando volvamos a la casa? Ahora tiene demasiado en que pensar y necesita un respiro –le corto Ducado.

Acabamos en camino en silencio. Podía notar las miradas de curiosidad de Hank y alguna mirada furtiva de Ducado por el retrovisor. Yo solo miraba hacia la ventana rezando para que no acabara enterrada en medio del bosque.

-Espero que no tengamos que salir corriendo detrás de ti –dijo Ducado abriéndome la puerta.

Salí del coche en silencio y me quede al lado de Ducado, dejando más de medio metro de distancia entre nosotros.

-Vamos dentro –dijo Hank caminando delante de nosotros.

La casa de Ducado no era muy distinta a la de Troy. Diferente decoración pero igual de grande y llena de gente armada.

Entonces vi como dos hombres entraban arrastrando a mi padre, atado y golpeado.

-Papa –lo llame por impulso.

Me quise acercar al ver que me miraba pero Ducado me agarro del brazo. Mi padre sonrió pero no de felicidad.

-Cariño. Dile al señor que me suelte –dijo antes de escupir en el suelo.

-Llevároslo –ordeno Ducado.

Antes de que me diera tiempo a decir nada los hombres siguieron su camino. Yo intente seguirles pero Ducado no me soltaba y me impedía caminar.

-¿Dónde lo lleváis? –Dije a punto de las lágrimas- ¿Qué le vais a hacer?

-Por fin hablas –dijo sonriendo- primero déjame contarte una historia en mi despacho y luego te dejare ver a tu padre ¿de acuerdo?

-Pero...

-Puedes estar tranquila, no estaremos solos Hank estará presente.

-Eso no me tranquiliza.

-Te prometo que no te haremos nada y nosotros nunca incumplimos nuestra palabra.

-Venga, vamos. Estoy muerto de curiosidad –dijo cogiéndome del otro brazo y tirando de mí, sin hacerme daño ni dejándome contestar.

Me guio hasta un despacho, el de Ducado. Me hicieron entrar y me ofrecieron asiento en un sofá. Ellos se sentaron frente a mí.

-Me gustaría saber que sabes de mi –dijo Ducado- viendo tu rigidez sé que sabes de mí, pero que no me lo contaras.

¿Cómo pretendía que estuviera estando delante de un asesino? No podía estar más nerviosa que en toda mi vida.

-Sé que mataste a mi madre –dije entre dientes intentando no llorar.

-¿Qué? ¿Has matado a una mujer? –pregunto Hank sorprendido, como si no se lo creyese.

-Cuando os cuente la historia entenderéis lo que paso. ¿Algo más que sepas?

-No, no se mucho más –admití.

-Voy a comenzar diciendo que conocía a tu padre desde antes de que tus padres se juntaran. Lo conocía... bueno estaba enganchado al juego, como ahora. Y se asoció, de alguna manera, a mi banda para poder conseguir dinero rápido por hacer de recadero.

-Yo no lo recuerdo –comento Hank.

-Tú llegaste más tarde.

-Entiendo. Sigue.

No tenía nada que decir. Sabía que a mi padre le gustaba apostar, aunque no sabía que podía llegar a ser ludópata. Por ahora no ha dicho nada que no pueda ser verdad.

-Como trabajaba para mi empezó a conocer a mucha gente y conoció a tu madre, se hicieron novios y, aunque, le dijo la verdad sobre la banda no dijo nada del juego. Nos la presento y al principio todo bien. Era una mujer encantadora. No quería saber nada de la banda pero nos trataba como amigos.

No sabía cómo era mi madre ya que no la llegue a conocer, saber que era buena persona me hacía sentir alivio. Aunque no sabía si podía creer lo que Ducado dijera.

-El caso es que tu madre se enamoró de mi hermano y al principio eran miradas, que creían que nadie las notaban, luego coqueteaban de manera verbal pero cuando Spencer no estaba. Y como todo, una cosa llevo a la otra y le puso los cuernos a Spencer con mi hermano.

-¿Qué? –pregunte inconscientemente.

-Siento ser yo él que te lo diga pero... él que tú conocías como padre no lo es. Tu verdadero padre es mi hermano –dijo sacando una foto del bolsillo y pasándomela.

Hank pasó a sentarse a mi lado para poder ver la foto junto a mí.

Se parecía mucho a Ducado y aparecía al lado de mi madre. Tuve que taparme la boca para no sollozar delante de ellos. ¿Había estado viviendo una mentira toda mi vida? ¿Este señor es mi padre? ¿Dónde ha estado todos estos años? ¿Es verdad lo que dice Ducado?

-¿Cómo se yo que eso es verdad? –pregunte levantado la mirada para mirarle fijamente a los ojos.

VendidaWhere stories live. Discover now