Capitulo 2

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-¡Abajo todos!-grita uno. Las pocas personas que se encontraban a esa hora de la mañana se tiran sobre el suelo, sin reclamar. Una mujer grita, el tipo enmascarado coloca el arma sobre la cabeza de esta. -O dejas de gritar, o te la pasas mal.-la amenaza.

-Dame el dinero.- uno de los tres, se encontraba dialogando con otra cajera del lugar. -¡Que me lo des!- grita.

La cajera se asusta y tira todo el dinero hacia la bolsa del tipo. El dinero cae, el tipo enmascarado sigue avanzando hasta llegar a la caja de Ana.

-Ayúdame.- me susurra ella.

-Ayúdame tú.- le digo yo. De un momento a otro, ella no entiende nada. Esta confundida y me lo hace notar. Vuelvo a mirarla, ha reconocido mis ojos y sabe perfectamente lo que voy a decirle. Y eso mismo hago, Agustín me lanza un bonito revolver. Lo atrapo. Ana me mira. Esta apunto de ponerse a llorar. -Lo siento mucho, en serio.- me coloco una máscara también. Solo ella sabe quién soy.

Le apuntó la cabeza, mientras Agustín se encarga de desvalijar cada espacio de las cajas fuertes. Pero aún falta la mayor. La que está detrás de las cajas menores.

-Dime la clave.- le digo aún estando tranquilo.

-Yo...yo no la sé...te lo juro.- dice con dificultad.

No miente.

Su voz está temblando y sus ojos están a punto de llorar. Me quejo por dentro, ¡es ella quien debería saber las combinaciones! ¡Nada debería estar fallando! La tiro contra el suelo y vuelvo a apuntarla sin temor alguno.

-¿Quién sabe las combinaciones?- le pregunto gritando. Ella se asusta aún mas, niega con la cabeza mientras sus lágrimas empiezan a caer descontroladamente. -¡Dímelo!- grito una vez más.

-Yo...

Una voz detrás de mí hace que volteé en el acto sin dejar de apuntarle a Ana.

Es una mujer, está tendida sobre el suelo con las manos amarradas sobre la espalda. Levanta la mirada. No puede verme, estoy cubierto. Pero yo sí a ella. Es diferente. Me fijo en sus ojos. En su boca. En su piel. Trago saliva. Ella no está en mis planes...no la he estudiado ni nada. Algo falla.

¿Es nueva?

Mojo mis labios. Maldición, es preciosa.

-Levantate.- le ordeno, pero tengo que ayudarla. Tomó su brazo bruscamente y ella se levanta con dificultad. La he tocado. Hago que se acerque a mi a propósito, empujándola con la fuerza de mis brazos. Ella no puede verme. Pero trata de buscar mis ojos. Los encuentra. Nos estamos mirándo. Giro su cuerpo rápidamente y bajo la mirada para fijarme en su culo envuelto en esa falda que todas las cajeras de ahí utilizan. La aprieto. Estoy oliendo su cabello. Frutas. Es delicioso. Me encanta. -Ayúdame con esto, y no te pasará nada.- logro decirle. Ella cierra los ojos con fuerza, sus manos están temblando. Me doy cuenta que todos (Ruggero, Agustín y Jorge) me están mirándo, todo depende de mí y de las combinaciones que ella sabe para abrir la caja fuerte.

Caminamos juntos, ella pegada a mi cuerpo y sin despegarse. Llegamos a la gran caja fuerte sin problemas. Agustín le grita a un par de personas que no dejan de llorar. Los demás se dedican a amenazar y a calcular el tiempo que tenemos para salir de ahí antes de que la policía llegue.

Entonces...se pone a llorar.

-No puedo.- susurra, baja la mirada y deja que sus lágrimas caigan. Esta nerviosa.

-Puedes. Haz que está tarea sea sencilla para mi, no quiero hacerte daño.- tomó su mano derecha, junto a la mía, se quedan unidas por un buen tiempo. Siento su calor. La coloco contra el resalte de la caja fuerte. Esta temblando. Pero logra poner la combinación y el pestillo se desbloquea. La puerta se abre. Ruggero y Agustín entran de inmediato, toman lo que pueden y salen.

Hay una puerta trasera. Justo como lo estudie. Jorge la abre y los demás salen a una velocidad máxima. Y yo...yo la suelto, la dejo ir, a pesar de que está llorando. La tumbo sobre el suelo. La miró una vez más...ella no puede verme...no puede saber quién soy...me está mirando...lo extraño es que ninguno de los dos imaginó que después de ese día, de ese momento, las cosas cambiarían para siempre.

Tentation (Michaentina) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora