Capitulo 16

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Ese es. Es el departamento de Michael. Se sabe su número, el 303. Ha ido ahí para sorprenderlo y ser ella quien lo visite esta vez. Toco un par de veces la puerta del departamento, y en otro abrieron la puerta. Era un tipo de más de treinta, un par de tatuajes en los brazos, y sin camisa, tomando una bolsa de basura que había tirado a su espalda. Miró a Valentina, comiendosela con la mirada.

- ¿Que haces por aquí, guapa? - le dijo al cerrar la puerta de su departamento. Valentina tragó saliva y trató de ignorarlo. - ¿Te perdiste? - se rió solo, fijándose en la bonita falda que Valentina traía debido al uniforme de su trabajo. - No quieres... - se le acercó un poco, Valentina apartó la mirada sin discreción. - ¿compañía?

- ¿Quieres algo con ella, Jose? - Michael abrió la puerta de su departamento. - Alejate, ¿si?

José soltó una risa ahogada, sin dejar de mirar a Valentina como el plato favorito. Le asintió a Michael y siguió su camino. De pronto se fijó en Valentina. ¿Pero que demonios hacia ahí? ¿Que no sabía que terreno estaba pisando? No podía llegar así, de un momento a otro sin avisar. Mierda... pero que inocente era... y eso lo podía percibir totalmente al mirarle los ojos... era preciosa. Inocente. Pura. ¿Cómo? ¿Cómo es que había llegado a estar entre los brazos de ese hombre? El fuego, ella agua... distintos.

- ¿Que haces aquí? - le pregunto él. Y parte de su enojo ahora, era por ella. Por la descabellada idea de aparecerse ahí sin antes avisarle.

- Quise venir a verte, salí antes, así que...

- ¿Por qué no me avisaste?

- No pensé que te molestaría.

- Me molesta. - le dijo frío. Valentina sintió una oleada fina de inquietud en su interior. - No me gusta que aparezcas sin antes haberme avisado.

Ella puso los ojos en blanco.

- ¿Por qué? - lo reto, levantando una ceja. Michael endureció los pómulos. Que dulce e insoportable podía ser cuando se lo proponia. - Vos apareces en mi casa sin decírmelo entes, pero yo no puedo.

- Porque no. Y no quiero que vuelvas a hacerlo. Pueden hacerte de todo ahí afuera, este lugar es peligroso.

- No importa. - se le acercó lentamente. Las distancias se acortaron. Ahora estaban juntos y Valentina podía percibir su olor una vez más. Jugueteó con los bordes de su camiseta y levantó la mirada para así poder encontrarse con los bonitos ojos de Michael.

- Sí importa.

- ¿Estas molesto?

- No quiero que vuelvas a entrar a mi casa de esa forma.

Ella volvió a blanquear los ojos, esta vez rendida. ¿Pero que le pasaba a Michael?

- Si es por el tema de tu calle, yo se defenderme muy bien sola.

Michael se rió por dentro.

- Es por otra cosa.

- Tus amigos ¿cierto? Está bien... no quieres que te vean conmigo.

- ¿Te has puesto a pensar en lo que dices? Se les caería la polla si me ven junto a junto a ti. No de lo creerían.

A Valentina se le subieron los colores. Sintió la mirada de Michael por toda su anatomía al bajar la mirada.

- ¿Entonces?

- No me gusta que vengas, solo... solo eso.

- Está bien, entonces vos tampoco te aparezcas por mi ventana nunca más.

- Tu no entiendes mis razones.

- ¿En serio? - ella se rió sarcásticamente. - Pues no quiero saberlas. - cerró los ojos con fuerza y al abrirlos se encontró con los de Michael. Estúpido Michael. Lograba sacarla de quicio rapidísimo. - No me aparezco más por tu casa. Y perdoname, seguro estabas follando con otra mujer entes de que llegara. No quise interrumpirlos. - Valentina trato de irse, caminando en dirrección a las escaleras.

- Oye... - Michael la jalo del brazo. No quería que las cosas terminarán mal una vez más. - ¿Molesta otra vez?

- Soltame. - soltó su brazo de entre sus dedos. - Ya tengo suficiente con lo que me has dicho.

Michael respiro hondo, sin saber que hacer con ella. ¿Pero que se hacía en este tipo de situaciones? ¿Se iba tras ella? ¿O la dejaba ir? Mierda, que poca experiencia tenía en estas cosas.

La observó caminar hasta las escaleras y bajar de ellas rápidamente tratando de huir de su alcance. Al notar que se había ido, golpeó una de las paredes más cercanas que tenía a su alrededor. Y otra más. Valentina haría que poco a poco perdiera la cabeza. La estaba perdiendo. La había perdido. Soltó aire por la nariz, refunfuñando por dentro. Odiaba que cada cosa que hiciera le afectara de una manera grandísima. Le jodía que cada cosa que Valentina demostrara, el la podía sentir el doble. Odiaba con todo su ser sentirse de esa forma. ¿Que era esto? ¿Y por qué sentía que estaba creciendo cada vez más y más dentro de él? Cerró los ojos con fuerza. Ahora que lo recordaba... la estaba dejando ir sola por las calles más peligrosas de New York, aquellas donde él vivía. Se adentro a su departamento para sacar las llaves de su Mustang y así poder alcanzarla.

Tentation (Michaentina) TERMINADAWhere stories live. Discover now