Capitulo 19

2.1K 122 0
                                    

Su lengua chocó con la de Valentina. Sorprendiendola. Tocó sus caderas lentamente a la misma vez que se acomodaba sobre ella en los asientos traseros de su Mustang.

- Quiero hacerlo aquí... - le susurró el. Enredo sus piernas con las de Valentina para que el espacio no sé hiciera tan reducido. Su aliento tocó la piel de ella. Lento. Suave. Delicioso. Valentina le apretó la espalda. - me da tanto morbo saber que voy a hacertelo aquí, en mi auto. - le sonrió. Ella enarco una ceja.

- Seguro lo has hecho aquí con todas. - bufó.

- Contigo. Eres todas.

- Mentiroso.

- Te lo juro. Mi auto es sagrado. Si voy a hacerlo, tiene que ser una mujer como tú.

Valentina tragó saliva. Las palabras de Michael no hacían más que calentarla más y más. Sintió los dedos de él pasearse por su abdomen. Cerró los ojos sigilosamente. Y soltó un gemido. La erección de Michael creció más, chocando así con el vientre de ella. No podía evitarlo. Estaban tan juntos que apenas habia espacio para poder hablarse. Desabrocho y bajó la cremallera de los shorts de ella.

- Ento... entonces... - Valentina soltó un gemido. - s... soy... ¿la primera? - logro decirle.

- Y vas a tener que recompensarme por eso. - la beso de nuevo. Está vez apretando su cuerpo contra el suyo. Su erección chocó contra el sexo húmedo de Valentina. Al mismo tiempo que su lengua se abría paso en la boca de ella. - Vas a sentir mi lengua... en otro lado...

Ella se dejó hacer por el. Cerró los ojos. Estaba en sus manos lo que pasara luego. Y sintió sus dedos una vez más tocándole las braguitas y bajándoselas.

- Quiero que te sientes, gatita. - le pidió él. Valentina asintió de inmediato, completamente hinoptizada por el. Tomó asiento normalmente en los asientos traseros... - Abre las piernas... - le susurró el. Y ella las separó lentamente. A Michael se le nubló la vista esta vez. Joder. No había nada que superara ese sentimiento. Esas ganas inmensas por tocar su húmedo coño con la lengua. Esas ganas por escucharla gemir. Retorcerse del placer. Por esas ganas de escucharla pedir más... y oírla gritar su nombre desesperada. De verla transpirar por la agonía. De verla despeinada y jadeante... y saber... que todo eso ha sido gracias a él. - lo bueno de estar aquí... - comento él. Tomó los muslos de Valentina con las dos manos y se incorporó poco a poco. - es que estamos solos, y nadie... - levantó la mirada. Valentina tragó saliva. - nadie escucha lo que hacemos.

Valentina cerró los ojos fuertemente. La respiración de Michael chocaba con su clítoris. La estaba inspecciónando. Y aunque ella había creido que eso había sido todo... se había equivocado. La lengua de Michael se introdujo en su dulce coño con desesperación. Ella hizo la cabeza para atrás y levantó las caderas con ganas de que Michael aumentará su ritmo. Este le cargo los muslos y los colocó sobre sus hombros.

Una vez más. Su lengua tocaba ese pequeño y generoso punto débil.

- ¡Ah...! - grito sin miedo a ser escuchada. - ¡Más! - le ordenó. Apretó la nuca de Michael, despeinandole el cabello. Él mordió suavemente uno de sus labios vaginales. - Dios mío... - jadeo ella.

- Esto es exquisito. - le dijo él. Probando sus deliciosos jugos. Valentina había llegado a correrse antes de que el lo haya previsto. Se entretuvo besándole el monte de Venus completamente depilado. Era deliciosa... relamió sus labios probando una vez el elixir de ella. Despacio, fue soltando sus muslos.

- No te vayas...

- No me voy...

- ¿Entonces porque has dejado de...

- Me gusta ver la cara que pones cuando quieres mas . - sonrió en medio de muchísimo lujuria. Valentina puso los ojos en blanco.

- Ven... - le llamo ella. - házmelo. Soy tuya Michael. Solo tuya.

Y esas palabras hicieron que su erección subiera de nivel.

- Me tienes tan duro, nena...

- Lo puedo ver. - Valentina bajo la mirada, observando ese enorme bulto que yacía en los pantalones de Michael.

- Todo esto es tuyo. - le aseguró él.

- Mío y de much...

- No, no. - se acostó sobre ella de nuevo. - Solo tuyo. - hablaba demasiado en serio para ser Michael Ronda. Sentía demasiado en serio para ser Michael Ronda. Ni siquiera él mismo podía tragarse o creerse lo que acababa de decir. Se le hacía difícil hacer conciencia de sus propias palabras.

Busco una pequeña cajita dentro de los bolsillos de su pantalón. Encontró el preservativo y se bajó los pantalones y al mismo tiempo el boxer. Valentina observó todo desde su sitio. Sus labios eran mordidos por sus propios dientes. Sus ojos se habían nublado. Y solo podía verlo a él. Sentirlo a él. Quererlo a él. Necesitarlo a él. Entreabrió los labios... el tamaño de aquella polla le sorprendia más cada vez. Deseo muchísimo ser ella misma quién le pusiera ese preservativo...

Y poco a poco... volvieron a estar juntos de nuevo... volvieron a tocarse... a enloquecerse con el tacto de la piel del otro.

- Me gusta tanto esto...

- ¿El que? - logro preguntar Valentina.

- Cuando nuestros cuerpos... - bajo la mirada. Tenía el pene a la misma altura que Valentina tenía el vientre. - se juntan.

Y la besó una vez más. Mordiéndole un labio. Juntando el sabor de lo que su lengua había probado hace unos minutos, con el caliente aliento de Valentina. Esta levantó las caderas y a Michael solo le faltó levantarlas un poco para volver a penetrarla de nuevo. Ella se apartó... soltó un leve gemido casi inaudible... aquello había sido suave. El pene de Michael salió de ella y entro con brutalidad una vez más. Esta vez Valentina no aguanto las ganas de gritar. Y lo hizo. Y apretó la espalda de Michael. Y le pidio más. Y el ritmo aumentaba. Un poco más. Y más. Las caderas de Michael se movían en circulos, de un lado para otro, de arriba hacia abajo. Y Valentina que apretaba sus nalgas y había que la bombeara aún más intensamente. Y Michael... que había dejado de moverse... se estaba corriendo... y le hubiera encantado correrse con ella. Mojarla. Mojarla de el y de todo lo que sentía cada vez que se metía en su precioso cuerpo. Cada vez que lo apretaba tanto entre sus entrañas. Entre su coño. Nunca se había corrido de esa forma... y tan rápido.

Era maravilloso. Cada sentimiento. Cada cosa. Todo... se estaba volviendo estúpidamente especial.

Tentation (Michaentina) TERMINADAWhere stories live. Discover now