Tentation (Michaentina) TERMINADA

Capítulo 10

- Mmm... ¿Hola? ¿Michael?

- ¿Cómo conseguiste mi número?

- No lo sé... de pronto lo tenía guardado en mis contactos. - sonrió ella. Él también se rió en el teléfono. A sido el mismo quien apunto su número en los contactos de Valentina mientras dormía, y el hizo lo mismo con el número de ella. - Y... ¿qué haces? - le pregunto ella.

- Nada... ¿vos?

- Termino de bañarme.

- Eso suena bien... - le dijo. Una voz sensual. Valentina se estremeció por completo.

- Tonto...

- ¿Te fue bien hoy?

- ¡Si! - le dijo ella, contenta. - Recupere mi trabajo... ¿puedes creerlo? Me llamó la secretaria de David y me dijo que estoy de vuelta mañana. Y... ¿adivina? También me devolvió el departamento.

Ambos se quedan callados. Por la cabeza de Michael, pasaron millones de escenas calientes que podía estar haciendo ahora mismo con ella. Escenas que quería practicar con ella y nada más con ella. Se excitó de solo pensarlo. Lo que no sabía, era que Valentina no estaba pensando en algo diferente tampoco.

- Eso es genial. - le dijo. Esbozo una sonrisa al otro lado de la línea.

- ¿No quieres venir?

Michael se alejó el teléfono unos segundos. Solo quería sonreír.

- Me encantaría.

- Entonces ven...

La voz de Valentina hizo que se caliente aún más. De solo imaginarsela... mojada, con esas pequeñas gotitas de agua iluminandole el cuerpo, despeinada, desnuda... caliente.... goteando por el... se le hizo agua la boca. Los músculos se le tensaron, y ni siquiera la tenía ahí para demostrarselo.

- Iba a ducharme...

- Oh, entonces tomate tu tiempo...

- No... no lo dije por eso. Es solo que... no dejaré de pensar en ti mientras lo hago.

Valentina se mordió un labio. Sintió como todo su cuerpo se estremecía completamente. Una fuerte oleada de deseo se paseó por su vientre.

- Ven ahora mismo. - le susurro ella. Había sido un pensamiento, que se había transportado desde su cabeza hasta sus labios.

- Quiero... te juro que quiero... pero tengo que hacer unas cosas antes. - ella cerró los ojos instintivamente. Se moría de ganas por hacerlo con él una vez más. No tenía una pequeña de cuánto lo deseaba. - Espérame... ¿si? No tardaré... - le dijo, mientras por otro lado... trazaba una línea más en el plano del banco de Washington, estudiándolo totalmente. Tenía tarea, robarían ahí la próxima semana. Se colocó el celular entre el hombro y el oído. - Me tendrás ahí en una hora, bonita... te lo prometo.