Capitulo 31

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"Subo a unirme contigo, pedirte perdón, no sabes lo preciosa que eres. Tenía que encontrarte, decirte que te necesito, decirte que te has separado de mí [...] Nadie dijo que sería fácil, es una gran lastima al separarnos así. Nadie dijo que sería fácil, nadie dijo jamás que sería así de duro. Oh... llévame de vuelta al principio." - The Scientist/Coldplay.

Ahora no sabe cómo es que ha tenido fuerzas para llegar a casa de nuevo. No le apetece irse a ninguna fiesta. Luego le explicará a Karol porque es que no ha podido ir a su reunión. Eso ya no tiene importancia. No ahora, que parece que todo se ha puesto de cabeza. Qué todo parece ponerse en su contra. Cerro la puerta de su departamento, pegándose a ella. Lentamente intento darse fuerzas a sí misma. ¿Pero como? ¿Cómo es que han pasado estas cosas? ¿Por qué le ha mentido de esa manera? ¿Por qué? No lo va a perdonar. Esto no se lo va a perdonar nunca. Ya muchas veces se han burlado de ella. Muchas veces le han mentido. Cerró los ojos y dejó escapar muchas lágrimas reprimidas. Sintió que le faltaba el aire. Qué no podía más. Qué no puede... le duele el corazón, el alma, le duele él...

(...)

Michael levantó la mirada. Encontrándose con muchísimas fotos pegadas en su pared. El robo habia sido un éxito más. Nunca fallaba. Siempre infalible. Tragó saliva y endureció los pómulos. Ya nada de eso le importaba. Todo eso podía irse al mismísimo infierno y estaría bien.

Apretó los puños y pensó en ella. En Valentina. Su Valentina. Lo único que necesitaba y había perdido. Así que se abalanzó hacia aquella pared y arrancó todas todas y cada una de las fotos y datos que tenía pegados. Los rompió cada uno. Mientras lloraba y recordaba cada segundo que había pasado con ella. Desesperado corrió hasta el escritorio. Tomó aquel mapa y los despedazó sin importarle absolutamente nada. Subió la mirada. Su vida era un desastre. Él lo era. Su mundo estaba en el suelo, no había nada que lo sostuviera ahora.

(...)

Y recordó... cuántas veces había besado sus labios. Cuántas veces había sentido su aliento pegado al suyo. Su piel, en contacto con la suya. Las veces en las que habian hecho el amor...

Su cuerpo cayó de a poco pegado a esa puerta. Lentamente hundida en muchos recuerdos. Sus lágrimas eran lo único que podía acompañarla en ese momento. Sus lágrimas y muchas palabras que rondaban en su cabeza justo en ese momento. Cubrió su rostro. Y lloro. Lloro más. Mucho más. Más de lo que uno podría llorar por una simple persona o por una simple relación concluida. Lloro más de lo que una simple chica lloraría por un noviazgo de una semana. Lloro mucho. Lloro por lo que Michael significa ahora en su vida. Lloro por el hecho de lo que sentía en el alma, justo pegado a su corazón, doliendole muchísimo, hiriendola, quebrandola, haciéndola débil, porque estaba enamorada de él y nada... nada haría que eso cambiará...

- ¿Valentina? - un par de golpes se escucharon en la puerta. Ella apretó los ojos con fuerza y se abrazó las rodillas con los brazos.

- ¡Vete! - grito ella, a la defensiva. - Vete, por favor... - rogó a quien quiera que estuviera tras su puerta.

- Soy Marcos, por favor, abre. - le pidió él desde el otro lado.

- No puedo ahora. Por favor Marcos, por favor te lo pido solo vete... - le pidió entre sollozos. No podía controlarse. No podía detener todo lo que estaba sintiendo en ese momento.

- Quiero ayudarte... - le dijo él, pegando su oído a la puerta de ella. - Valentina, no voy a hacerte daño, solo déjame ayudarte.

Ella tragó saliva. Junto esas pequeñas fuerzas que tenía y logró colocarse de pie. Respiro hondo y se limpió las lágrimas. Pero ni siquiera así pudo fingir su estado.

- ¿Qué? - le pregunto y abrió ligeramente la puerta de su departamento. La luz del pasillo hizo notar sus lágrimas. Pudo divisar el rostro de Marcos, adornado por un gran moretón que le cubría los pómulos y algunas cicatrices en la nariz y en las mejillas. Obra de Michael.

- ¿ Estas bien?

- Estoy cansada, solo déjame.

- Yo... Valentina, sobre lo que pasó con nosotros...

- Marcos. - le interrumpió ella. La verdad, es que con todo esto, hasta se había olvidado de aquello. - Ya pasó. Olvídalo y por favor... vete ¿okay?

- Te escuché llorar desde el pasillo Valentina...

Ella negó con la cabeza. Mordió su labio inferior e intento no llorar frente a él.

- Estoy bien. - susurró. Y sentía que si seguía hablando su voz terminaría por quebrarse. Bajo la mirada y la sostuvo por varios segundos.

Pensando en muchas cosas. Pensando en ese imbécil que la había hecho sufrir. Pensando en Michael. En Michael. En él y solo él. Cuando levantó la mirada, sus lágrimas habían cubierto sus mejillas de nuevo.

- ¿Puedo pasar? - le pregunto Marcos amablemente. Le dedicó una bonita sonrisa al notar que ella había estirado su mano, haciéndolo pasar.

Una vez adentro los dos, Valentina cerró la puerta.

- ¿Por qué no estás en la fies...

- ¿Qué te ha hecho? - inquirió Marcos, directamente. Valentina abrió un poco más los ojos, cayendo en cuenta de que Marcos sabía perfectamente porque lloraba.

- ¿Quién?

- Michael. Tu lindo y nada salvaje... novio.

Ella respiro dificultosamente. Quiso mirar a Marcos y decirle que se equivocaba. Quiso con todas sus fuerzas decirselo, pero en aquella ocasión, no sería la verdad. Bajo la mirada y jugó con sus manos un largo tiempo...

- Terminamos. - le dijo sin subir la mirada.

- ¿Por qué?

Otro sollozo. Mierda. Le dolía. Le dolía muchísimo cada palabra.

Levantó la mirada y se abalanzó ante Marcos. Muchas lágrimas. Y él, que acariciaba su cabello lentamente pidiéndole que no llorara por un tipo como Michael. Qué no valía la pena. Qué ella era mucho mejor y que él no tenía ni una puta idea de lo que se estaba perdiendo. Y de lo que había perdido. Y más palabras. Pero Valentina no escuchaba nada. No lo hacía... porque de alguna manera necesitaba desahogarse. Contar todo. Hablar. Decir. Ser ella quien le contara a alguien más lo que le estaba pasando. Pero jamás pensó, que sería Marcos la persona equivocada.

- Michael me engañó... - le dijo ella, aún abrazándolo. Las palabras salieron solas. Viajaron desde su atormentada en mente hasta sus finos labios. - Marcos, Michael... Michael fue quien robo el banco hace unas semanas... - un silencio muy grande. Valentina soltó otro sollozo. Su inocencia era grandísima. No sabía qué pecado estaba cometiendo esa noche por sólo tratar de desahogarse. - Michael es un ladrón.

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Con 6% acabe de escribir este capítulo! Espero les haya gustado, aunque sé que los hice sufrir un poco pero lamento decirles que viene algo peor!!😭💔

Los quiero!💕

Tentation (Michaentina) TERMINADAWhere stories live. Discover now