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Ha pasado un montón de tiempo, y lo único que pienso es sobre las buenas ganancias que debe tener la instalación para tener un piso de madera oscuro tan lujoso como ese. Cambio de parecer cuando se abre la puerta, finalmente. El especialista se adentra en la habitación disculpándose por la demora mientras se encamina al escritorio yacido frente a mí. Tras haberse sentado, revela dos carpetas y un sobre de cobertura beige en sus manos.
—Muy bien, Honey. La secretaria me facilitó tu expediente médico antes de venir al consultorio —dice el doctor, y no me obstaculizo a asentir—. Sin embargo, me gustaría que me dieras varios segundos para terminar de analizarlo.
—Está bien, no hay problema.
No pierde el tiempo, sus ojos recorren una lámina delgada que comprende la fractura que obtuve por el accidente. Momentos después, él añade—: Según lo que veo, sufriste un golpe en el cráneo que ocasionó daño en el hipocampo. Esa es una de las estructuras cerebrales, y se sitúa dentro de los lóbulos temporales. Cabe destacar que una lesión allí, puede provocar que la información almacenada no pueda ser transmitida a otras regiones logrando la tan mencionada amnesia retrógrada que se informa en el expediente.
Empaño la mirada abrupta. Las palabras del hombre se han manifestado en mis pensamientos con cero pizcas de claridad, puesto que el ambiente se absorbe en una charla momentáneamente extraña. Anhelo la confusión cuando prolongo a cuestionarme sobre la idea de querer anotar detalles importantes que me puedan ayudar en algún futuro. A pesar de que mi mano está aferrada en el plumón tratando de reseñar una pequeña conclusión, el vacío carcoma mi mente porque este se dispone a ser blanca, igual que la hoja.
—Lo siento, ¿puede repetir lo que dijo? —pregunto.
—Seré sincero contigo —Él me observa un tanto cauteloso como si estuviese a punto de soltar una bomba de forma verbal—. Ha pasado varios meses desde que tuviste el accidente, y me sorprende que esta sea la primera vez que te consultas con un especialista. Nosotros no somos malos, nosotros ayudamos a las personas que necesitan de nuestros conocimientos, ¿entiendes lo que trato de decir?
—Si.
—Aparte, he de admitir que eres una paciente especial en esta ocasión, y no lo digo para que me malinterpretes por lo que he dicho antes. Lo digo porque la secretaria me comentó que venías sola a esta consulta; usualmente las personas que sufren de amnesia vienen con frecuencia acompañados de familiares u otros amigos. Y esta situación hace que también sea importante tu bienestar mental como el social porque necesitamos a un paciente lleno de positividad para que lo negativo no interfiera en este proceso.
Decido quedarme muda porque es más que coherente lo que ha dicho si algún día trato de sincerarme conmigo misma.
El especialista saca de un archivador, una serie de papeles que desliza por el escritorio de madera oscura—. Te haré una ronda de preguntas básicas, ¿crees estar capacitada para responder?
