Sweet Hell I [Camren] [Terminada]

Capítulo 5

Aquí estoy de nuevo. La cosa se va a poner interesante...

¡A disfrutar!

Narrador omnisciente durante toda la historia

Camila centraba su total atención en lo que ocurría alrededor. Las modelos aparecían y desaparecían rápidamente, posando junto a una pared de mármol blanca, dedicando sus mejores facetas a la cámara. Ella permanecía con un par de papeles en su mano derecha anotando lo que el director de modelaje le comunicaba. Se trataba de un casting para la nueva temporada de primavera, y como buena secretaria, le hacía el trabajo sucio a su jefa. Sin embargo, para su sorpresa, unos tacones resonaron al fondo del pasillo de la sala provocando innumerables miradas a su paso. Lauren apareció con un vestido blanco Lous Vuitton hasta un poco más abajo de las rodillas. Era de asillas, ajustado y débilmente suelto al pasar su cintura. Lucía reluciente, como de costumbre, con sus labios pintados con un rosa pálido, y las pupilas más grisáceas de lo normal. Camila siempre se preguntó por qué razón le cambiarían tanto los ojos de un día para otro. Pasó por su lado y le dedicó una medio sonrisa:

-          Buenos días – dijo con un tono serio.

La otra solo se limitó a asentir. ¿Qué estaba haciendo ella allí de todos modos? No solía mezclarse con la plebe muy a menudo. Pero antes de que pudiera siquiera planteárselo, la directora de la compañía asumió su puesto dando el visto bueno a las modelos que aún desfilaban por la puesta en escena, mordiendo el bolígrafo entre sus labios y con los ojos entrecerrados. Camila la observó durante un rato. Su prepotencia se veía derribada cuando trabajaba. Las revistas podrían relatar lo que quisieran, pero Lauren Jauregui era una gran profesional.

Su móvil vibró en el bolsillo trasero, y ella se alejó un poco para no interrumpir:

-          ¿Diga?

Unos ligeros sollozos la recibieron al otro lado. Camila rápidamente se tensó y ojeó el nombre en la pantalla para verificar lo que creía:

-          ¿Dinah? ¿Estás bien?

-          Yo...

-          Respira – añadió, nerviosa - ¿dónde estás?

-          En mi apartamento.

-          No te muevas, voy para allá.

Y olvidándose por completo de que se trataba de su jornada laboral, lanzó literalmente todo lo que tenía sobre una mesa a su derecha y cogió su bolso dispuesta a salir corriendo. Una mano la detuvo:

-          ¿Está todo bien?

Camila se encontró con sus pupilas, y no tenía tiempo para lidiar con una dosis de arrogancia en aquel preciso momento.

-          Señorita Jauregui, lo siento mucho, pero tengo una emergencia.

-          ¿Necesitas ayuda?

Pudo creer por un segundo incluso, que se preocupaba por ella. Pero Lauren nunca realizaba un solo movimiento sin una segunda intención. Así que decidió tragar saliva y obviarlo.

-          No, solo tengo que irme.

-          Está bien – miró alrededor – no te preocupes.

Camila tomó aquello como un sí rotundo y salió pitando de allí lo más rápido que pudo. Su corazón latía a mil por hora, siempre se imaginó vivir una situación como aquella. No necesitaba que su amiga le dijera lo que ocurría, ella podía hacerse una idea, y no era nada bueno. Corrió lo que su chatarra de vehículo le permitió por toda la ciudad, hasta llegar al barrio de Harlem y aparcar, literalmente, en el primer hueco que encontró. Le importaba una mierda si al volver su coche no estaba, a lo mejor así le darían un empujón para por fin sustituirlo por uno que no la dejase tirada cada semana.