Sweet Hell I [Camren] [Terminada]

Capítulo 7

¡Hola, hola! Ya es lunes... y con él empieza la odiosa semana. ¿Pero qué mejor forma de comenzar que con una dosis de camren?

Este capítulo es un poco de relleno, pero ya iréis viendo lo importante que es en la historia. 

Kisses y a disfrutar!!

Narrador omnisciente durante toda la historia

Los transportistas se movían de un lado a otro desplazando cajas sin permitirse ni un solo segundo para respirar. Podía notarse sin lugar a duda bajo las órdenes de quién obedecían. Camila permanecía en mitad de la sala, mordiéndose el labio y soltando exasperantes suspiros a causa del estrés. Le dolía la espalda tan solo de imaginarse a ella misma realizando aquel trabajo. Pero claro, su encantadora prometida se encargó de todo, como bien dijo, la mudanza se llevó a cabo a la mañana siguiente. Sin embargo, la joven latina se encargó personalmente de que algunos objetos fuesen resguardados únicamente por ella. Quién sabe qué ocurriría si Lauren los encontrase...

- Qué – se detuvo – coño – otra vez – es – y la última – esto.

Su voz resonó como un tornado en el eco de la habitación casi vacía. Camila apretó la expresión antes de darse la vuelta. Por supuesto imaginaba algún tipo de intervención, y los ojos fuera de órbita de su amiga lo confirmaban. Dinah señalaba con el dedo una revista en su mano derecha y esperaba expectante una respuesta junto a la puerta de entrada. La otra tan solo pudo limitarse a sonreír de manera forzada intentando quitarle hierro al asunto, aunque fuese en vano:

- Hola a ti también – susurró despreocupada.

- Oh no... - por fin dio un par de pasos hacia ella – no trates de hacer eso conmigo.

- ¿Hacer qué?

- Eso – y enfatizó con su mano – eso que le haces a la gente para parecer ingenua. Vas a explicarme ahora mismo de qué va todo esto.

- No sé de qué me hablas.

Dinah cogió aire, parecía exaltada.

- ¿Ah no? – preguntó irónica – te refresco la memoria – carraspeó y enfocó sus pupilas en la portada leyendo en alto – Camila Cabello, la secretaria sexy que consigue sacar a Lauren Jauregui del mercado. Bodorrio a la vista – y se la lanzó en un acto rápido.

¿Secretaria sexy? ¿En serio? ¿No se les ocurrió nada mejor? Camila se pasó la mañana entera intentando evitar conocer alguna opinión pública acerca de su supuesto compromiso. Incluso, se tapó la cara al pasear junto a la gran manzana para tratar de pasar desapercibida, aunque ahí se columpió un poco... no era tan famosa. Pero claro, su teléfono no paró de sonar desde que despertó, y ciertamente el miedo de enfrentar a sus más allegados le corría por las venas sin permitirle respirar con normalidad. Sobre todo, a uno de ellos.

- Lo siento... no quería que te enteraras así – dijo lo más segura que pudo.

- ¿Estás de coña? – sonrió – odiabas a esa mujer, ¿y ahora os vais a casar? ¿Con avioneta en la pedida de mano incluida? ¿Hablas en serio?

- Ha sido... - mierda, es que le costaba mentirle – inesperado – se le ocurrió – pasó de repente, ¿qué querías que hiciera?

- ¿De repente? Vete a la mierda, lo mínimo que podrías haber hecho es contarle a tu mejor amiga que llevas saliendo con nuestra jefa cuatro meses, ¿no crees? A lo mejor así hubiera evitado al menos insultarla a cada ocasión que se me presentaba.

Espera, ¿cuatro meses? Demasiada información para una mísera noticia.

- ¿Cómo sabes eso?

- Oh – y mostró sus dientes de nuevo, maldita perra sarcástica - ¿no te ha contado tu noviecita su rueda de prensa esta mañana? Ha proclamado a los cuatro vientos su amor por ti, y ha anunciado una boda dentro de dos meses. ¡Dos meses Camila! ¡Por dios!