Sweet Hell I [Camren] [Terminada]

Capítulo 11

Bueno, pues como me encanta escribir les regalo este último capítulo por hoy.

Algunos me habéis preguntado por privado si actualizaré siempre en este rato... y sí, más o menos por la tarde noche (en horario español) que es cuando estoy libre.

Este capítulo se lo dedico nuevamente a @MayolchVermisseDich por su espera, y también a @camrenjaureguiiii , que además, se llama como yo (al menos hasta que cambió el usuario) <3

**** Aviso de que a continuación hay SMUT con lenguaje explícito. Queda a vuestra responsabilidad ****

Ahora sí... ¡A disfrutar!

Narrador omnisciente durante toda la historia

Los minutos pasaban lento, hasta tal punto, que Camila creía que llevaba allí más de tres horas. Suspiraba mientras la gente a su alrededor alardeaba de nuevas joyas y pretenciosa compañía. Ella tan solo se limitaba a balancear la copa de champán entre sus dedos y desear que todo acabase cuanto antes. Una vez más, se encontraba en un gran evento de la compañía. Lauren consiguió expandir horizontes y abrir nuevas conexiones con Europa, y decidió que la mejor manera de celebrarlo era invitando a sus empleados a emborracharse con alcohol del caro. Camila llevaba dos días sin cruzar palabra con ella, desde su visita a casa del ex comisario Parker. Las insinuaciones del hombre se clavaron como estacas en su mente, y no podía parar de cuestionarse qué era real, y qué no. Ni siquiera alcanzaba a entender por qué le dolía tanto el hecho de que su prometida pudiese estar al tanto de las circunstancias, a fin de cuentas, tan solo compartían un contrato que podía romper a la mitad en cuanto se le viniera en gana. Espera, ¿podía?

- Buenas noches Camila – sonó de pronto.

Aquella voz... aquella voz podía reconocerla. Elevó la vista de su copa para toparse con unas pupilas azul cielo escaneándola. Aquella noche la latina lucía un vestido blanco con escote en picado, dejando a la vista sus hombros y clavícula; unos tacones de un rosado muy frágil, y unas contorneadas piernas morenas al aire. Se había decidido también por el pelo enredado en una trenza, con algún que otro mechón escapando y una pizca muy ligera de maquillaje en sus mejillas y ojos. El chico sonrió al volver en sí, tras haber estudiado el sensual cuerpo de su compañera de trabajo con total minucia:

- ¿No vas a decir nada?

Camila aún no salía de su asombro. No solía verle por los pasillos, sus tareas se encontraban divididas por infinidad de pisos. Y fuera de la compañía, lo cierto es que no contó con la desgracia de toparse con él, no desde hace ya casi cinco meses.

- Iván – dijo por fin a modo de saludo.

- ¿Cómo has estado? No he sabido nada de ti.

Él continuaba saboreando su zumo de uva entre sus finos labios. Lo cierto, es que su exnovio era realmente apuesto: moreno de piel y cabello, ojos desorbitantemente azules, cuerpo atlético y definido, facciones marcadas, sonrisa de infarto, y un esmoquin de Prada a juego con sus zapatos. Carraspeó al darse cuenta de que no le prestaba atención:

- Bueno – añadió entonces – en realidad sí que he oído de ti, eres la nueva figura favorita de las portadas de revista.

Camila se sonrojó acto seguido. Mierda, ¿ahora la iban a reconocer por aquello? La prensa dedicó los últimos días a rebuscar detalles profundos sobre su vida y plasmarlos en las páginas. Además de elogiarla por su increíble y despampanante físico. No podrían esperar menos de la futura esposa de la hija mediana de los Jauregui. Debía estar a la altura. Qué asco.

- ¿Se me permite decir algo?

- ¿No vas a decirlo de todas formas? – respondió despreocupada.

- Estás preciosa esta noche Camila.