Capítulo 36

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Hoooola lindxs, ¿Cómo están? Hoy en donde vivo ha hecho un día espléndido y he podido desconectar e ir a la playa. Esto me ha traído inspiración, y vine lo más rápido que pude 😊😊

¿Entonces qué? Últimamente están más callados, con lo que me gusta leerles... 😭 ¡Hacedme un poquito feliz y comentad todo lo que se os ocurra! ¿Tenéis miedo porque dije que estamos en la recta final? Porque yo sí, estoy cagadita 😂

Ya les dejo en paz... ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN!! Les adoro 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

La calidez de la bebida ardía por su esófago. Y no, no se trataba de un té recién salido del fuego, ni café recién hecho, más bien su habitual vaso de Whisky tambaleándose entre sus dedos. Se levantó del asiento, y observó el ventanal frente a ella. El tráfico era concurrido, y podía notarse que el aire frío estaba presente en el ambiente. Ella se relamió los labios, saboreando el alcohol entre su lengua. Se declaraba fan incondicional de aquella jodida bebida. A la mierda el champán del caro al que estaba acostumbrada, nada como un buen trago en llamas quemando su garganta.

El sonido del Iphone le provocó darse la vuelta. Observó el nombre en la pantalla, y se lo pensó un par de veces. Al final se dio por vencida, y maldita la hora...

- ¿Sí?

No se oía nada más que silencio. Podía intuir una respiración al otro lado, pero no era capaz de darse cuenta de la magnitud de la situación. Deslizó la pantalla para verificar la llamada entrante, y volvió a posicionarlo en su oído.

- ¿Amelie? – preguntó - ¿Es esto una especie de broma? Porque no estoy de humor.

Más silencio. Lauren comenzaba a desesperarse. Y cuando estaba a punto de colgar, una tenue voz se oyó:

- Lauren... - parecía sollozar – lo siento, de veras.

- ¿Por qué lo sientes?

- Me ha obligado.

La directora enarcó ambas cejas, confundida. ¿De qué cojones estaba hablando? Sin embargo, no tuvo oportunidad de cuestionárselo durante más tiempo, porque el sonido rápidamente cambió a una respiración más profunda. La voz de su hermana pequeña se oía a lo lejos, como si tratase de arrebatarle el teléfono a quien fuera que se encontraba ahora mismo al otro lado de la línea.

- ¿Quién eres? – preguntó, esta vez temerosa.

- Qué alegría oír tu voz por fin.

Lauren se tensó de inmediato. Podía reconocer la gravedad de aquel tono en cualquier parte del mundo. Ni mil, ni doscientos mil kilómetros cambiarían el hecho de que aquel sonido le erizase la piel en cuanto lo escuchaba. Había jugado sus mejores cartas tratando de permanecer oculta. Aunque... claro, debía esperar que su padre era un hombre con demasiada perspicacia.

- Papá – dijo por fin.

Casi le sintió sonreír al otro lado, con su habitual mueca arrogante. Llevaba sin hablar con él alrededor de dos meses y medio. Ni con él, ni con nadie cercano a su antigua vida y su familia. A excepción de Amelie y Normani.

- Lauren – susurró serio - ¿pensabas que ibas a esconderte siempre?

- Era mi intención – respondió burlona.

Últimamente Lauren se dejaba llevar. Desde que abandonó Nueva York, se prometió a sí misma ser la persona que siempre quiso ser. Y llevarle la contraria a su padre, o incluso, tratar de bromear con algo que sin duda a él, no le hacía ni pizca de gracia, para ella en cambio, se había convertido en un completo manjar. Pudo escuchar un gruñido salir de sus labios.

Sweet Hell I [Camren] [Terminada]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon