Sweet Hell I [Camren] [Terminada]

Capítulo 40

Hooooola de nuevo lindxs, el SÍ ha ganado por goleada... así que, ¡Aquí estoy! 😊😊😊

¿Acaso pensaban que les iba a dejar sin CAMREN? 

4/7 para el final: ¡¡DISFRUTEN Y COMENTEN MUUUUUCHO!! Les adoro 🌹🌹🌹

Narrador omnisciente durante toda la historia

En cuanto aquel angelical tono de voz inundó sus oídos, Lauren de veras creyó que estaba soñando. Todas las fibras nerviosas de su organismo se tensaron y sintió su corazón detenerse. ¿Sería otra de sus infinitas alucinaciones? ¿Estaría su subconsciente retumbando aquel sonido en su cabeza con el fin de torturarla? No contó con más tiempo para planteárselo, porque su hermana pequeña tiró con fuerza de su brazo llamando su atención. Lauren por fin volvió en sí. Se dio la vuelta muy lentamente, temerosa de tener que vivir otra de las muchas decepciones que experimentó a lo largo de los meses cuando caía desplomada en su sillón, tras un par de copas de más, y despertaba desorientada creyendo que Camila yacía junto a ella. Pero no. No era un puñetero sueño. La latina permanecía inmóvil sobre la escalera, con unos leggins casuales ajustados a sus piernas, suéter color vino y vans negras. Su piel se encontraba más pálida de lo que Lauren recordaba, sin embargo, su despampanante físico sin duda estaba intacto. Su cabello castaño envuelto en una coleta despreocupada, y su habitual tic nervioso en forma de pequeños golpecitos con el pie en el suelo. "Increíblemente hermosa" pensaba ella. Y entonces, por fin, Lauren elevó la vista para toparse con aquellas pupilas color café tan intensas observándola expectantes. Sintió sus piernas flaquear, y por un momento quiso dar media vuelta y correr sin mirar atrás. No estaba preparada.

- Reacciona – se oyó a su lado.

Lauren desvió la mirada para toparse con una Amelie con aspecto confuso. Le hacía muecas extrañas con su rostro, y la incitaba a avanzar:

- Pareces un jodido flan, Lauren – susurró muy bajo – por dios... muévete.

La ex directora sacudió físicamente la cabeza y volvió a clavar sus pupilas verdes en Camila. Quien, aun sobre las escaleras, sentía que el aire había decidido abandonar sus pulmones desde el minuto uno en que aquellas palabras escaparon de sus labios. ¿Por qué era tan bocazas? ¿Qué se supone que iba a hacer ahora? "Piensa imbécil, piensa" se decía a sí misma. Entonces ojeó como Amelie empujaba, literalmente, a su hermana mayor para que se moviese de una vez. Parecían crías en un patio de colegio. Camila experimentó cómo todas sus tripas se retorcieron al ver a Lauren con intenciones de acercarse a ella. "Estúpida, ¿por qué tenías que comerte esa magdalena? Estás a punto de vomitar" bufó en alto. "Sí, y estás hablando sola... oh mierda, está viniendo, ¡Está viniendo! ¡Has algo de una maldita vez!"

"MIERDA. Ya está aquí, actúa normal"

- Bonito pantalón – escupió de pronto.

Oh por dios, ¿en serio? Camila arrugó la expresión acto seguido y se maldijo a sí misma por parecer una niña de cinco años. Sus mejillas se volvieron tan rojas, que podrían compararse con el fuego. Quería enterrarse viva... madre mía, ni siquiera era capaz de mirarla a los ojos. Hasta que de pronto, como el soplo de aire más bonito que había escuchado en su vida, una sutil carcajada llenó el ambiente. Camila sintió su corazón encogerse y elevó la vista para toparse por fin con aquellas pupilas verdes observándola de cerca. Lauren la recibió con una media sonrisa asomando en la comisura de los labios, se encogió de hombros de la forma más tierna que pudo (al menos a los ojos de la latina) y balbuceó un par de palabras:

- También me gusta tu pantalón – susurró.

Camila juraba que se había meado encima ante aquel tono de voz ronco. ¿Cómo había podido olvidar lo que unas simples palabras causaban en ella? Le recorrieron el cuerpo como un puñetero escalofrío. Aquella mujer contaba con el don de volver su vida patas arriba con una mísera sílaba. La latina se dio cuenta entonces de que tardaba más de la cuenta en responder, una vez más, así que carraspeó tratando de parecer seria: