XX. Por sorpresa

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ChanYeol evitaba mirar su reflejo, mientras la costurera de la tienda ponía alfileres por todo el traje. El músico dudaba que pudiera hacer más arreglos que el de las mangas, pero ella era la profesional, así que no la cuestionaría. Para hacer su situación aún más incómoda, SeHun salió del vestidor, luciendo impecable. La costurera detuvo su labor para mirarlo con la boca un poco abierta. El músico rodó los ojos y negó con la cabeza.

—¡Me veo guapísimo! —dijo el empresario, posando justo al lado de ChanYeol. Él no tenía empacho en mirarse al espejo, mientras se acomodaba las mangas de su traje negro.

—Disculpe... —ChanYeol movió una mano frente al rostro de la costurera—. ¿Ya va a terminar? Tengo que irme.

La mujer pareció salir de su trance y se disculpó, agachando la cabeza. Continúo poniendo alfileres, aunque sus ojos se escapaban de la tela, para mirar a SeHun de vez en cuando.

—¿Tienes que irte tan pronto? Esperaba que nos acompañaras a cenar. BaekHyun tiene antojo de pizza.

—Yo... tengo un compromiso —ChanYeol no quería verse a sí mismo, pero no pudo evitar mirar a SeHun. Se veía ridículamente guapo, lo cual golpeó su autoestima como un puñetazo.

—Oye... Tú y yo, nos vemos muy guapos. Podríamos casarnos justo ahora —SeHun tomó el brazo de su amigo y lo entrelazó con el suyo. Miró su reflejo en el espejo con una gran sonrisa—. Como ahora eres un poco gay, ya no hay impedimentos para nuestra unión. Debo confesar que siempre estuve enamorado de ti, Channie.

SeHun se inclinó para besar la sonrosada mejilla del músico, después se echó a reír como un niño pequeño.

—¡Aish! Eres un idiota, SeHun —ChanYeol se soltó de su agarre con molestia y se limpió la mejilla. El cariñoso apodo sonaba horrible en los labios de su amigo. Ya se había acostumbrado a escucharlo con la dulce voz de BaekHyun.

—¡Dios! Pensé que el amor te quitaría lo amargado, Chan —SeHun dejó de reír y se concentró en su reflejo por última vez—. Entones, ¿no vendrás con nosotros?... Anda, llama a tu domador y tengamos una cita doble.

ChanYeol quería salir corriendo con todo y alfileres, pero los ojos de borrego de SeHun, eran demasiado. Sintió el peso del brazalete en su muñeca. Suspiró. Quizá, era lo mejor, presentar a DoYoung como su novio, lo haría más real.

—Está bien. Lo llamaré.

SeHun sonrió triunfante, antes de perderse en el vestidor. La costurera terminó con los alfileres y le pidió al músico que se cambiara. Todo comenzó a parecerle irreal otra vez. Mientras se ponía sus rotos pantalones de mezclilla, ChanYeol sopesó de nuevo la idea de huir. No, no era un cobarde. Un idiota, tal vez, pero no un cobarde.

Para su buena o mala suerte, DoYoung estaba disponible y feliz de ir a la cita doble. ChanYeol no supo cómo, pero se vio sentado en una mesa, junto a DoYoung, frente a SeHun, que conversaba con el chico amenamente, haciéndole mil preguntas. Y frente a BaekHyun, cuyos ojos se paseaban de DoYoung a él, con un brillo extraño que el músico no supo descifrar.

—Entonces, ¿desde cuándo trabajas en esa agencia de viajes? —SeHun tomó una rebanada de la pizza de champiñones, que el mesero acababa de llevar a la mesa.

—Tres años... Prácticamente, desde que me gradué —el chico imitó la acción del empresario, y tomó una rebanada también—. No es lo que quiero hacer con mi vida, pero paga las cuentas.

—¡Oh! Justo como ChanYeol... Él no quiere ser maestro, ¿lo sabías? —SeHun mordió la suave masa de la pizza—. En realidad, él quiere ser una estrella de rock que gana Grammys.

Im/possible Where stories live. Discover now