El Juego de la inspiración

[1#] Canciones inspiradoras, 8

Esta escena ha sido escrita por: MrsLevine92

La canción que he elegido se titula: “The Chevalier”. La frase escogida ha sido: “I take a look into my past full of wrongs, full of rights“, que significa: “Miro en mi pasado lleno de errores, lleno de aciertos.”

Miro en mi pasado lleno de errores, lleno de aciertos, y me doy cuenta de que hay más errores que aciertos. Dicen que los errores nos hacen humanos, pero en mi caso no es así. Hace ya mucho tiempo que dejé de ser humana, y ahora no soy más que este monstruo que en su día vio su oportunidad de seguir viviendo. Pero no fue culpa mía, ¿sabes? En ningún momento decidí convertirme en una bestia chupa sangre. De hecho, hubiera elegido ser cualquier cosa antes que obtener una inmortalidad inmerecida. Estarás preguntándote por qué sigo con esto, pero ni yo misma lo sé. No puedo amar, ni comer, ni dormir como cualquier humano normal. Mi corazón no late, mi piel es fría y mis ojos más oscuros que la noche. Al menos eso es lo que me han dicho, porque yo no puedo mirarme a un espejo. Y no es por el famoso mito de que los vampiros no encuentran su reflejo en los espejos, sino porque tampoco me atrevo a mirar con mis propios ojos la bestia en la que me he convertido a lo largo de estos años.

Al menos, cuando tenía a Dante, todo era diferente. Tenía a alguien que me comprendía, que podía dedicarme palabras de ánimo. Ahora ya no tengo nada. Ni mejor amigo. Ni mentor. Ni siquiera a mi marido. A veces la sed es tan jodidamente seductora que los vampiros no podemos resistirnos a su llamado. Da igual si tenemos ante nosotros a un hermano, a un amigo o a un marido. La sed se intensifica y nos deja la garganta seca. Muchas veces he intentado resistirme, pero cuando llevas un tiempo sin alimentarte es difícil que la resistencia gane a la sed. Muy difícil.

Siempre llevaré en mi consciencia su muerte. Era la primera vez que hacía el amor con un hombre, al menos, la primera vez que recuerdo. Fue en nuestra noche de bodas. Antes de que me propusiera aquel disparate, no había día que me resistiera a sus encantos, que intentara no sentir algo por él. Y no sé si fue por su sangre, tan llamativa a mi olfato, o si fueron sus palabras y gestos tan llenos de amor, pero al final decidí responderle con un rotundo sí. Pero a medida que se iba acercando el gran día, más miedo sentía. ¿Y si al final no podía hacerlo? ¿Y si terminaba fallándole? En algún momento de aquellos días, alejé mis miedos para dar paso a mis ilusiones. Ilusiones vagas que nunca creí que debería enterrar. ¿Acaso un vampiro no tiene derecho a enamorarse y a ilusionarse? Yo pensaba que sí. Pero por aquel entonces la sangre era mi debilidad. Y no cualquiera, sino la suya. Por eso, la noche en la que yacimos juntos todo fue muy bonito, pero horripilante a la vez. No recuerdo en qué momento su sangre me atrajo más que otras veces y, al estar desnudos piel con piel, no pude evitar clavar mis colmillos sobre la fina piel de su cuello. Sus gritos de dolor me despertaron de aquella ensoñación, pero ya era demasiado tarde. Había probado su sangre y ya no podía parar. Lágrimas de sangre resbalaron por mis mejillas mientras sentía que su vida se iba consumiendo lentamente.

Abandoné la pequeña ciudad esa misma noche. No me importaba dejar las huellas de mi existencia por toda la casa. Ni siquiera me importó viajar con su sangre impregnada en mi rostro. Era una forma macabra de llevarle conmigo tras su muerte, pero era la única manera que en ese momento se me ocurrió. Mi amor por él había sido verdadero, en ningún momento fingí ninguna de las cosas que sentí. Y ya no lo volvería a ver más. Juré solemnemente que nunca le olvidaría, y nunca le olvidé.

Yo creo que  si a alguien aquí no le gustaban demasiado los vampiros o lo de leerlos le parecía un royo ( que no es mi caso, con mis libros de crepúsculo en la estantería) ahora no ha podido evitar leer. Me ha encantado, de verdad. Sigue así, escribes increíble :D