[2#] Una Sola Palabra, 1

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Ahora es mi turno, jeje. Yo pensè en la palabra casita, la primera que me vino a la cabeza. Iba a subir la escena de Saris, pero entendí que ayer no quisiese conectarse por problemas personales y...  he decidido escribir el mio primero, para que os animeis :)

Al pensar en casita le siguieron playa, mar, noche y oscuridad. Cuando pensé en el mar me acordé de lo bonitos que son los atardeceres en mis playas españolas. Las echo de menos jiji. Aunque después, se me ocurrió algo totalmente distinto.

Esto va por mi León ( Un ángel que se fue demasiado pronto) y por mi Saris, que el pasado 5 cumplirían 11 meses juntos. Espero que os guste.(Los signos que hay en el texto son los que consigo poner con el movil, perdòn)

<< -- ¿Te gusta?

-- ¿Qué es todo esto?

-- Nuestra nueva vida >>

Espero que esta nueva vida sea para siempre. Las sábanas de la cama me llegan a la altura del pecho, y aún así, una brisa acaricia mis pies. No hay ni rastro de él, y eso me asusta. Tanto mi vestido de novia como su medicación están perfectamente colocadas sobre una silla de mimbre. Pero ni rastro de su ropa. Alguien asoma la cabeza por la ventana, y mis reflejos me mandan a taparme mejor. Más tarde descubro que estamos en mitad de la nada, y que el único que podía estar allí ahora, era Paul. Sonrío sin pretenderlo

-- ¿Sabes por qué elegí un 10 de agosto para nuestra boda? -- Pregunta, risueño, y yo levanto la cabeza para verlo mejor.

-- Ésta es la noche de San Lorenzo... -- Reflexiono, sin haberme dado cuenta antes de esto. Él solo asiente. -- ¿Desde aquí se verá la lluvia de estrellas?

Aparenta mirar el cielo para poder saberlo, y pone los ojos en blanco.

-- Supongo que... -- Un par de sábanas se mueven lejos de la cama, y vuelan rápidamente hasta que chocan con la pared que hay debajo de la ventana. Antes de que acabe, mis labios ya estás sobre los suyos. Se curvan mostrando una sonrisa de felicidad.

-- Sabías que deseaba verlas alguna vez, ¿Verdad? -- Pareció algo embobado por mis ojos -- Creía que te hacías el tonto por que no querías ir conmigo.

Pestañea y vuelve a la realidad, para reirse de mi.

-- Tiras indirectas de pena, cielo. -- Dice, escondiendo mis mejillas entre sus suaves manos. -- ¿De verdad has llegado a creerte que nunca te llevaría a verlas? -- Deja un pequeño beso en mi frente, con sus ojos cerrados -- Anda, ven fuera conmigo. Caerán pronto.

Dicho esto, se aleja de mi para perderse entre los árboles que rodean la cabaña. No sé que quiere que me ponga. Ni siquiera sabía a donde ibamos. Acabo poniendome mi vestido de novia otra vez, y saltando por la ventana, que no tiene más de medio metro de altura. Por suerte, tenía unos zapatos de repuesto y no tuve que usar los de tacón.

Aún así, me tropiezo con cada piedra o raiz de árbol que encuentro en el camino. La voz de Paul, es lo único que me indica que no estoy perdida. Me adentro en la oscuridad de la noche sin tomar en cuenta que ahora si sabré lo que era tropezarme de verdad.

De un momento a otro, la voz de Paul se pierde en la distancia. Y no vuelvo a oirla. Trato de mantener la calma, pero no lo consigo. Lo único que se oyen son pequeñas lechuzas en la copa de algunos árboles. Cosa que ambienta el bosque en una película de terror en estado puro. Justo las que odio.

-- ¿Paul? ¿Estás escondido, no? -- Tiro de mi vestido cuando se engancha en unos árboles. Si no aparece pronto, acabaré desnuda a este paso. -- Paul por favor, esto no tiene gracia.

Esa maldita lechuza sigue cantando a lo lejos y ni rastro de èl. Las luces de los coches que pasan por la carretera, justo al lado, es lo único que ilumina el bosque. Si esto es una broma, Paul se las verà conmigo cuando lo encuentre. Miro de nuevo a todos lados. Cambio de planes. Me abrazaré a él con fuerza si es que acabo encontrandolo.

Algo de cristal se rompe contra el tronco de los árboles, a lo lejos. Y el grito que se escucha después, me hace temblar.

-- ¡No, sangre no!

Paul le teme a la sangre. No la soporta. Le dan mareos. Pierde el conocimiento por un rato. Y si a eso le sumamos que estamos en-mitad-de-ninguna-parte, pues se crea una perfecta escena de película de terror. Si, esto sigue. Y yo sigo odiandolas.

-- ¿Te has echo daño? ¿ Estás bien? ¿Cariño?

Nadie contesta. Y tengo un único deseo. Disparar a lo que sea que se escuche en este momento. Esa lechuza es diabólica.

Al ver que ha dejado de hablar otra vez, me asusto de verdad. No tengo ni idea de donde estoy pisando, y el tul de mi vestido está totalmente rasgado. Caigo varias veces, pero vuelvo a levantarme. Juraría que Paul estaba gritando a mi derecha... ¿O era al frente?

-- ¡Paul, por dios! Esto no tiene gracia. -- Me echo a llorar como una loca mientras sigo corriendo. Un foco se enciende justo delante. Más tarde me doy cuenta de que solo es el coche de alguien que ha venido a ver la lluvia de estrellas también. Intento caminar hacia la luz, y en ese recorrido, me doy cuenta del estado de mi ropa. Mi precioso vestido de novia tiene pinta del vestido de la novia cadáver, y el maquillaje que corrió por mis mejillas estaba empezando a gotear sobre mi pecho. Dejo de moverme cuando las luces se apagan, y alguien dice "Mira, ahí están"

Hasta la lechuza se ha callado para observar las estrellas. Miro al cielo, y ahí están. Empezando en ninguna parte para perderse segundos después a mi derecha. "Al menos las estás viendo", dice mi mente, para tratar de consolarme. Pero mis lágrimas no me dejan verlas bien. Lo único que quiero  ver es a Paul. Nada más.

Unos brazos rodean mi fina cintura y pronto tengo un enorme cuerpo pegado al mio. Me asusto cuando una de esas manos está llena de sangre, y se dedica a manchar mi vestido. Me quedo en shock un segundo, pensando.¿Eso no era una de las cosas que daba mala suerte?

Espero a que caiga la última estrella antes de girarme. Tiene una enorme sonrisa cosida a los labios y no parece dolido. Ni mareado. Frunzo el ceño, furiosa.

-- Siento haberte asustado. Deben tirar menos basura por este bosque.

-- ¿Te has hecho daño? -- Mi expresión se suaviza cuando veo que no ha sido solo un farol.-- ¿Quieres ir a casa?

-- No, tranquila. Solo fue un pequeño corte. Intenté no mirarlo para que no... ¿Has estado llorando?

Genial. Las luces de aquel coche han vuelto a encenderse y ve mi cara de zombie que tengo. Asustado y confuso, se lleva todo mi maquillaje en sus dedos, acariciando mis mejillas para limpiarlas.

-- Prometeme que no vas a volver a llorar nunca. Por favor. -- Trata de respirar, pero ya no puede. Sus ojos se oscurecen. -- Perdóname, ¿Si? Soy idiota.

-- No digas eso. Tú no... ¡Aún no acabaron! -- Grito, animada. Él se da la vuelta y mira el cielo. No se cómo, pero están empezando a caer otra vez. Él se rie cuando nota mi felicidad. -- Son tan bonitas...

-- Amo tu bipolaridad, ¿Sabes? -- Dice, dandome la espalda.Yo solo me abrazo a su cintura y allí, escondida tras su espalda, aunque no acabo de ver bien las estrellas, estoy feliz. Por que una aún más enorme tapa a todas las demás.

"Y yo te amo a ti, tonto"

Espero que os guste. Realmente parece difícil, pero después dices "Vaya, y con una sola palabra..." Es un reto que merece la pena ser probado. Yo os espero en la proxima escena. Me despido y...

Hasta la próxima!

El Juego de la inspiraciónWhere stories live. Discover now