Capitulo 15

916 76 3
                                    

Narra Atem

Han pasado más de 2 días, ___ y Zaid no han despertado, cuando vi q Zaid se desvanecía cerca de la sala de trono, corrí a él.

- ___, ve con ella -

Fue lo último q dijo antes de quedar inconsciente.

Cuando la encontré estaba recuperándose como si hubiera peleado con alguien, a excepción de una herida q más bn es parecida a una marca q recuerdo haberla visto en el templo de Anubis.
Quizá deba viajar a ese lugar, pero siendo faraón no encuentro el tiempo para hacerlo, sin embargo esto es aún más importante, podría ser que la vida de ambos este en peligro, además las dudas q tengo respecto al poder invocar a ___ en sueños, quisiera saber si hay respuesta a ello.

...

He tenido q viajar solo entre grandes tormentas de arena dejando a los sacerdotes a cargo, apenas puedo avanzar y esto comienza a ser desesperante, no ver absolutamente nada más q arena.
He tenido q dejar q mi caballo vuelva para no ponerlo en peligro, el viaje se está haciendo cada vez más complicado.

Después de varias horas de viaje por fin veo a lo lejos el templo de Anubis, se acerca la noche y junto a ella el inmenso frío del desierto.

Me apresuro a entrar al templo y al pasar por debajo del umbral de la entrada se encienden las antorchas que iluminan poco a poco los pasillos principales del mismo

Camino reconociendo el lugar y observo q las paredes estan cubiertas de arañazos y golpes, al ver a detalle algunos de estos me invade una enorme sensación de temor.

Por fin llego a la pared q ___ abrió como si fuera una puerta, me acerco a ella y al rozarla con mis manos un aire tibio sale de ella mientras se abre, comienzo a adentrarme por el pasillo q entonces deja a la vista, al llegar a la habitación de Anubis noto q algo a pasado.

- quien esta ahí? - pregunta una voz imperativa pero a la vez con pocas ganas, ya sin mucha fuerza

- gran señor Anubis, soy yo, Atem - respondo mientras me adentro a la habitación buscándolo

Un largo silencio aparece, me incomoda un poco y decido preguntar

- que ha pasado aquí? -

Cominzan a escucharse murmullos por todos lados y la habitación cambia completamente.

Aparezco de repente a la orilla de un peñasco apenas noto q si doy un paso más podría caer, retrocedo y miro el profundo y oscuro vacío de aquella montaña donde he venido a parar, siento un poco de vértigo, al rededor la inmensa e inquietante niebla aparece, tan espesa q apenas puedo notar de entre ella unos enormes ojos que me observan, escucho una respiración bastante cerca y al fondo del peñasco unos gritos, pero apenas perseptibles.

- Anubis, estas aquí? - pregunto mirando esos ojos q no se mueven de su lugar

- Si, aquí estoy y te he traído al inframundo -

Una larga mano se estira hacia mí y sacude suavemente la niebla q me impide verlo completamente, hecho esto, alzo más la vista pues su figura es aún mas grande e imponente de lo q recordaba, podría matarme o quizá devorarme si así lo quisiera, pero pese a ello se nota decaído y débil

- porq me has traído aquí? - pregunto confundido

- te he traído aqui joven faraón pues desde tu última visita con la diosa, han estado sucediendo una serie de acontecimientos que creí poder evitar, sin embargo mi fuerza se agota y mi templo decae, si se llegara a destruir, las almas de todos los que mueren vagaran sin sentido por el mundo y los vivos no conviven con los muertos, no es una ley natural, al parecer de alguna manera alguien esta invocando a todos estas almas sin registrar desde algún lugar lejos de aquí para crear algo terriblemente maligno, al no poder tener un registro de todos los q mueren en el libro de oro negro, estos salen del templo con facilidad y se vuelven espíritus malignos que podrian atacar a las personas y robar su energía hasta matarlas, muchas almas ya han salido y las han hecho atacar mi templo, tambn se q ya han atacado a los humanos pues muchos de ellos han venido hasta aqui trayendo ofrendas y regalos para ayudarlos a sanar, sin embargo no hay mucho que yo pueda hacer sin el libro de oro negro y tu joven faraón, tu espíritu fuerte y tu valentía podrían devolverlo al templo -

Su mirada transmite dolor, parece más q agotado, entonces pregunto

- mis amigos, ___ y Zaid, fueron atacados hace unos días no han despertado desde entonces pero han sido los únicos en el palacio, hay una posibilidad q ellos tambn fueran atacados por estas almas malignas? -

- no todos los humanos pueden ser atacados, solo aquellos q poseen un don especial, o un corazón único, esto les da más energía a esas almas, ___ es una diosa pero tiene una parte humana y puede q ella este aun más en peligro, por ser lo q es, Zaid quién tambn he notado hay algo único en él, quizá tanto tiempo siendo amigos te ha evitado verlo, pero Zaid ha nacido para ser sacerdote y no consejero, su poder es capaz de purificar cualquier energía maligna como esta, sin embargo él no lo sabe y por ignorar tal poder ha sido atacado -

- ¿porque a mi no me han hecho daño esas almas? - pregunto

Da un largo suspiro q parece llenarlo de cansancio, me observa y se acerca a la orilla del peñasco, abre y entre cierra la mirada para continuar.

- lo q te diré joven faraón no es algo agradable de escuchar, el libro de oro negro fue robado hace 200 años por lo tanto el nombre de aquelllos q han muerto desde entonces, no han sido escritos... Joven faraón el alma de tu padre a salido del templo y a vuelto al palacio, el amor q sentía hacia ti, aun prevalece tan fuerte como si viviera, esto mismo lo llevó de vuelta para protegerte aunq eso signifique q en algún momento se convierta en un alma maligna y no habrá entonces nada q hacer, su alma será destruida y jamás habrá encontrado el descanso, tu padre aun permanece cerca de ti por lo q nada te hará daño pero cada vez q intenten atacarte ese amor se acabará y se volverá un alma destructiva, para los humanos lo único q puedo hacer es poner sobre ellos un conjuro con el cual su energía será robada solo de a poco, no es suficiente y el tiempo corre, el libro debe ser devuelto y en esta posición no puedo dejar el templo, debo impedir cuanto se pueda -

Todo lo q ha dicho Anubis, mi padre no ha descansado y no puedo dejar q se convierta en algo maligno, la marca q llevan ___ y Zaid son del conjuro q ha mencionado, no podría perdonarme que mi padre continue vagando o se convierta en un alma destructiva.

- Bien, entonces que debo hacer? - le pregunto de forma determinante

Anubis me mira unos segundos y continúa

- deberás pasar al lado prohibido de la biblioteca del palacio, ahí encontrarás un punto de partida, solo tienes 5 días para encontrarlo si no lo logras Zaid y ___ morirán y el alma de tu padre se perderá. Los espíritus que ahí habitan, son energías q podrían herirte, no te dañaran siempre y cuando lleves esto contigo -

Anubis arranca un pedazo de tela de sus ropas y me la da

- guárdalo y asegúrate de llevarlo contigo, esto te dejara entrar a ese lugar, los dioses vivimos ahí y fuimos nosotros quienes escribimos las primeras historias en los muros, no lo pierdas o podrías morir -

Tomo el pedazo de tela azul celeste q me da y lo guardo entre mi ropa

- Joven faraón, cierra los ojos, confío en q puedas hacerlo, por favor no dejes q ___ muera. -

Hago lo que me pide, siento un aire frío recorrer mi cuerpo y al abrir de nuevo los ojos me encuentro en mi habitación, miro a la ventana pues el ruido q hay afuera me sorprende y me extraña tambn, una lluvia torrencial comienza a caer sobre el reino.

Entre Dioses, Demonios Y Hombres (Atem y tu) (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora