Capítulo 34

562 55 5
                                    


Narra Zaid

Apesar de todo lo ocurrido, el ambiente dentro del palacio a cambiado, la definitiva ausencia de Denna ha traído de vuelta a mucha gente que trabajaba en el palacio, en cuanto a los padres de Denna, al enterarse de su muerte, sufrieron bastante, era evidente que así sería pero de algo estaban seguros, Atem la habría protegido hasta el final y eso les hacía sentir más tranquilos. No se les dijo mucho sobre la verdad, mi amigo inventó algunas cosas para evitar perjudicar tanto a ___, o al menos eso creo...

Denna no era una persona que mucha gente apreciara, sus desplantes su egoísmo, su desaprobación ante todo y todos, su ausencia es realmente notable ahora, aún después de todo.

Sin embargo el dolor de Atem no se debe a la pérdida de Denna, si no a los actos que ___ cometió, no me imagino lo que mi amigo debe estar sintiendo o pensando con todo esto, pero esta completamente decidido a encontrarla antes de que ayude a nuestros enemigos a abrir la tumba de Apofis, para ello llegaremos antes al lugar, Atem me ha dicho que Thoth le hizo mención de que yo podría restaurar el árbol de las memorias, al hacerlo podré buscar entre los recuerdos que guarda y encontrar la ubicación de la tumba, luego de ello nos dirigiremos ahí lo más pronto posible.

- ¿Atem?, ¿te encuentras bien? - pregunto mientras entro a su habitación, lo veo con la mirada perdida y fija en lo más alejado de sus dominios, esta de pie, recargado sobre el balcón de su habitación, su rostro refleja cierta tristeza, aunque desde el incidente con Denna intenta ocultarlo y es algo que aún no comprendo.

- ¿Atem? - vuelvo a llamarlo, pero no responde me acerco lo suficiente para tocar sus hombros

Enseguida voltea y me mira, en sus labios se dibuja casi una cálida sonrisa y en su mirada se hace notorio el desdén de sus emociones

- Lo siento Zaid, no te escuché - responde con una voz apagada

- Vengo a informarte Atem, que ya los arquitectos trabajan en la restauración del palacio, yo me haré cargo de la parte que fue destruida en los jardines sobretodo en el árbol de las memorias -

- Esta bien Zaid... -

- Atem quiero que vengas conmigo -

Tomo una de sus muñecas para llevarlo conmigo, hacerlo que salga de ese lugar de su cabeza donde esta hundiéndose, pero sin querer, al tomarlo, pongo un poco de fuerza y siento quebrarse el brazalete que surgió de la unión de ___ y Atem, lo suelto inmediatamente y lo miro

- Desde hace unos días, su energía y su poder están perdiendo fuerza, esta no es la primera vez que comienza a romperse, algunos pedazos los he guardado pero no se que pasará si termina por quebrarse... - al hablar es más notoria su tristeza.

Me duele tanto verlo de esta manera, tan destrozado.

- Atem, vamos a encontrarla y traerla de vuelta, eso te lo aseguro -

- Sé que lo haremos Zaid, pero y si ella decide no volver, cometí tantos errores que dudo que los dioses puedan perdonarme, sobre todo ella, por todo lo que hice -

- No te precipites y tampoco te castigues quedandote aquí viendo pasar los días, haremos todo lo que esté a nuestro alcance y más, si es necesario -

Ambos salimos de la habitación y nos acercamos a los jardines, me detengo frente al lugar donde crecía el árbol, sinceramente no se exactamente que es lo que tengo que hacer para hacerlo crecer de nuevo, sin embargo improviso y pongo mis manos sobre la tierra es extraño pero siento el débil palpitar de un corazón, cierro los ojos y los latidos acompañan una suave voz que me invita a hacer algo un poco inusual. Me pongo de pie de nuevo y miro a Atem, me acerco a él y extiendo mi mano

- Necesito la daga de plata que nuestro padre te obsequió hace un par de años -

Sin decir nada me hace entrega de ella, aunque me mira extrañado por lo que haré.

Vuelvo al lugar donde crecía el árbol me arrodillo y con la daga abro una de mis heridas para hacerla sangrar de nuevo y que esta caiga sobre la tierra, al caer, observó que se absorbe rápidamente como si la tierra tuviera sed, después algo brota del suelo un pequeño brote débil y pálido, acaricio las pequeñas hojas manchándolas de sangre y comienza a crecer de manera apresurada, no lo suelto aunque empiezo a sentirme débil siento como parte de mi sangre y mi energía es absorbida por el árbol para crecer nuevamente aun más bello que antes.

Siento que en cualquier momento podría desvanecerme sin embargo, Atem se acerca a mi y me sonríe mientras me mira preocupado y me sostiene por los hombros.

Después de verlo restaurado, sus raíces se enredan dulcemente en mis manos me provoca una sensación bastante pacífica, cierro los ojos, una vez más respiro profundamente y miles de imágenes comienzan a llenar mi cabeza. Sin dudarlo me doy cuenta al primer instante que se trata de los recuerdos del reino siendo gobernado por los dioses, comienzo a indagar para averiguar la ubicación de Apofis,
enterrado como el más valioso secreto, me cuesta encontrar el lugar al que fue condenado a dormir eternamente a causa del todo el daño que logró entonces.

Después de un largo, tedioso y cansado rato logro encontrar algo que nos puede servir de mucha ayuda.
Existen dos obeliscos a la entrada de la ciudad, en su interior existen dos mapas que al unirlos revelan la ubicación exacta de la tumba de Apofis, el mismo Ra fue quien los guardó en ese lugar y solo el sol de medio día nos ayudará a abrir una pequeña puerta que se esconde entre sus paredes. Rápidamente corremos al lugar, aún sabiendo que se acerca el medio día y que quizá perdamos la oportunidad de llegar, Atem toma su caballo y lo hace llevarnos lo más pronto posible, para llegar ahí hay que atravesar la ciudad entera, ambos obeliscos son muy antiguos y siempre han estado a la entrada de todo Egipto.

Al llegar, una especie de escalofrío me abraza junto con esa sensación de angustia que he tenido desde que todo esto comenzó.

Narra Atem.

Siento una extraña fuerza proceder del brazalete aún cuando esta quebrado, estando aquí de pie mirando los obeliscos, esaisma fuerza me invita a acercarme más y poner mi palma sobre uno la energía comienza a desprenderse del brazalete a tal grado que comienza a temblar amenazando con romperse y desaparecer

- Si esto me guía de nuevo a tu lado, está bien - digo en voz baja mientras veo a Zaid tocar el otro obelisco y observar como de él se expande una suave luz que comienza a envolvernos, mueve la arena como si hubiera una tormenta sobre nosotros, gira rápidamente y sobre el aire se forma un mapa con la arena, que nos revela el lugar exacto al que debemos ir y al menos tardaremos unos par de días en llegar ahí. Miro a Zaid quién al mismo tiempo me dice:

- Ya he memorizado el mapa Atem -

Su mirada llena de confianza me da tranquilidad, ambos soltamos lo que s obeliscos y volvemos al palacio para prepararnos para el viaje que nos espera.

Tan solo espera un poco más ___, llegaré por ti.

Entre Dioses, Demonios Y Hombres (Atem y tu) (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora