Capítulo 28

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Narra Anubis

Apesar del largo tiempo que ha pasado desde nuestra ausencia, el palacio no ha cambiado casi nada...

Aun con toda la fuerza de esos sentimientos que ambos creyeron tener, están atacándose entre sí, lastimándose sin importar el daño que provoquen en sus corazones, es como si nunca se hubieran amado y toda una vida se hubieran odiado, ¿qué lleva a los hombres a actuar de esta manera? ¿Por qué se destruyen entre sí?...

Subo al tejado del palacio para concentrarme en mi ataque, desde aquí la podré alcanzar, ya que se encuentra suspendida en el aire en lo más alto del palacio, puedo sentir una energía muy diferente en todo el lugar, es causada por Atem, o al menos eso parece.

Observo detalladamente a ___ y veo su mirada sin expresión, pareciera que su alma y su corazón han sido vaciadas.
Genero un golpe lo suficientemente fuerte para derribarla, sin embargo a pesar del daño que le he causado, no me presta atención, su único objetivo está en destruir el palacio y quizá también al joven Faraón.

Vuelvo al lado de Zaid, evitando a Atem:

- Zaid, tienes que convencer a Atem para que invoque a ___ -

- Anubis, él no me escuchará, no ahora que ___ ataca el palacio y estando del lado enemigo. -

- Tienes que intentarlo Zaid, si continuo atacandola, podría destruirla y ninguno de nosotros sabemos realmente que es lo que su pérdida podría causar, además hay tanto que quiero decirle, quiero que también mi hermana me recuerde -

Zaid me mira preocupado y vuelve la vista a la entrada del palacio, observa al joven Faraón y los ataques de ___, que no cesan.

- Haré todo lo que pueda Anubis -

Y de inmediato se va

Salgo de nuevo y subo a la cornisa del palacio observando la reacción de Atem ante la petición de Zaid

- Majestad, tengo una idea que podría funcionar -

- ¡Ahora no Zaid!, no es momento para tonterías hay que defender el palacio -

- Pero esto podría cambiar las cosas -

- ¡Dije basta Zaid, no quiero saberlo! -

- Atem escúchame porfavor -

De pronto el joven Faraón ordena a un guardia llevarse a Zaid lejos de él.

Su actitud me genera muchas preguntas, no pareciera ser el joven príncipe que conocí.

Observo como se llevan a Zaid mientras este grita:

- ¡Di el conjuro, tal vez algo pueda cambiar, tal vez así puedas salvarla... O detenerla! -

Se queda pensativo un instante y enseguida, de él una tenue luz se desprende, entre susurros completa el conjuro y la reacción que toma ___ es impresionante, suelta un fuerte grito de agonía, pareciera el rugir de un león, una luz dorada se desprende de los brazaletes de sus manos y lleva estas a su cabeza, pareciera confundida, aturdida... Mira a Atem y de sus mejillas manchadas de sangre y polvo, resbalan un par de lágrimas, se ve tan agotada que sin más desaparece su transformación, pierde el conocimiento y comienza a caer al vacío, intento ir por ella pero un golpe me alcanza y me hace volver al lugar en el que estaba, al mirar de nuevo veo a Neftis acercarse a ___ para recogerla junto con el tío de Atem e irse tras crear una inmensa tormenta de arena.

Todo vuelve a calmarse ahora, las nubes que cubrían por completo el cielo nocturno comienzan a desaparecer y una vez más la luna llena ilumina la destrucción que mi hermana ha causado.

- Espérame porfavor hermana, iré por ti -

Miro al joven Faraón desde mi lugar en la cornisa y éste cae sobre sus rodillas soltándose en un lamento, arranca de su pecho lo que parece un valioso recuerdo e intenta arrojarlo lo más lejos que puede, pero lo conserva entre sus manos

- Perdoname... Por favor perdoname ___, te falle, le falle a todos... Zaid tenía razón... Por mi culpa cause que te fueras... - Dice mientras observa entre sus manos una perla que llevaba sobre su pecho

Siento el dolor de su corazón y a la vez una confusión constante que le impide pensar correctamente en qué hacer.

Vuelve dentro del palacio y bajo para seguirlo, ya adentro y habiendo calmado un poco las cosas, Atem comienza un nuevo trabajo, reconstruir el palacio y los lugares que mi hermana destruyó a su paso.

Una larga noche comienza con el ir y venir del joven Faraón.

Al siguiente día, hacia la tarde lo miro sentarse sobre su trono cansado y preocupado, se ve tan demacrado, enseguida Zaid se acerca a él mientras los escucho desde detrás de una de las columnas que sostienen el palacio

- Majestad, ya esta todo listo para que a partir de la primera hora de mañana, los arquitectos comiencen a trabajar en las estructuras dañadas del palacio y la ciudad -

- Está bien Zaid, puedes retirarte a descansar -

- Majestad... Hay otra cosa que deseo hacerle saber -

Atem lo mira sin ninguna expresión

- Después de todo lo ocurrido, doy por hecho que usted no irá en busca de ninguno de los causantes de la destrucción de su hogar, por lo que le pido que busque a un remplazo para mi, ya que seré yo quien los busque y trairé de vuelta a la señorita ___ - Atem se levanta de su silla pero no le da tiempo de decir nada por que Zaid continúa:

- Me iré en cuanto amanezca, estoy consciente de que mis servicios pueden o no ser requeridos pero en mi ausencia alguien más apto para este trabajo deberá remplazarme, no estoy pidiendo su permiso Majestad, este es mi deseo, deseo ir en busca de quien nunca tuvo que marcharse de nuestro lado, mucho menos de esta manera, enmendaré los errores que mi Faraón cometió -

- Si acaso vuelves con ella o sin ella, considera que serás castigado, lo que ha hecho ___, es traición al Faraón y a su pueblo, por lo que si ambos vuelven serán ejecutados de inmediato, no me tentaré el corazón ni por ser quienes fuimos en el pasado para cambiar de opinión, espero que estés consciente de ello Zaid -

Zaid aprieta los puños pero aun así continúa

- Le pido mi señor, que la vida de ___ sea perdonada  ya que ella no es como nosotros, le pido que me permita liberarla, eliminar el conjuro que los une aún y hasta entonces podrá tomar mi vida a cambio de nuestros errores, ella podría ser o no una parte importante de los dioses, permítame devolverla a su templo, no creo que nuestro Faraón quiera ganarse el rencor de los dioses por tomar su vida también -

Atem pareciera tomárselo enserio y pensarlo:

- Darás tu vida a cambio de la traición de una diosa, ¿esa es tu oferta?, es como lo entiendo, solo hasta que encuentres una manera de liberarnos  a ambos del conjuro -

- Sí Majestad, ha entendido bien -

- Haz lo que te plazca mientras vuelvas a cumplir con tu palabra ante el Faraón -

- Sí, Majestad -

Y sin más Zaid da la vuelta y se marcha a su habitación, mientras me quedo un poco más y miro a Atem bajar de su trono y salir al balcón

Entre Dioses, Demonios Y Hombres (Atem y tu) (Completa) Where stories live. Discover now