Porque la mayoría de nosotras se enamoró del Faraón de ojos amatista y piel dorada...
Historia hecha por mi, con la mayoría de personajes propios, absolutamente nada se apega al anime original, solo es un fanfic para todas las que nos emocionamos co...
Hoy se cumplen 3 años de la muerte de mi padre y 6 de mi madre, pero a pesar de la ausencia de ambos he sabido arreglarmelas incluso viviendo sola, la única familia que ahora me queda es mi abuelo, quien se encarga de los negocios que dejó mi padre, pero vive bastante lejos, aun así soy feliz con lo que me queda...
Esta mañana como cualquier otra me preparo para ir al colegio, mi mejor amigo se asegura llamándome desde temprano, aunque esta vez aun no lo ha hecho, él es un chico bastante popular con las chicas, cada día me pide que no lo deje solo durante las clases y si acaso llego a faltar viene a mi casa de inmediato para quedarse conmigo. Nunca lo he entendido del todo, sus ojos color verde siempre prefiere hundirlos en los libros, su cabello castaño aunque nunca lo suele llevar muy arreglado siempre luce bien, su piel es como el color de la arena dorada de los desiertos, es mucho más alto que yo y en tanto a la edad cumplimos años el mismo día, es un chico bastante listo, no es que no le gusten las chicas, pero como siempre lo dice, prefiere chicas normales, que no estén tras él aunque no tan torpes ni distraidas como suelo serlo yo normalmente, siempre me dice esto con su tono burlon, pero además de ello es tan amable y dulce conmigo al contrario de las demás niñas del colegio, es como un hielo, tenemos tanto en común, incluso un cierto amor por Egipto y su pasado, pero apesar de muchas otras cosas ninguno se siente atraído por el otro, realmente se podría decir que parecemos hermanos y ambos actúamos como si lo fuéramos.
Mientras me dirijo al colegio comienzo a recordar lo que he soñado, me llegan todas esas imágenes como un golpe, me detengo por un momento pues la sensación que me provocan es muy confusa y sin notarlo me he quedado paralizada en medio de la calle, me doy cuenta hasta que el ruido de un auto me despierta de aquel trance. Me asusta tanto que de inmediato me pongo a un lado sobre la acera, sintiendo como los colores suben a mis mejillas, el auto se detiene y de él sale un chico que al mirarme pregunta asustado:
- ¿Oye estas bien?, ¿no te ha pasado nada? - pregunta muy preocupado
- Nn... No, estoy bien, disculpa fui yo quien se quedó a media calle - respondo mientras lo observo
El chico me mira y yo a él, nunca lo había visto antes y sin embargo lleva el mismo uniforme que yo, al asegurarse de que estoy bien, el muchacho cambia su rostro por uno más alegre y lleno de energía
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Me da tanto gusto que estés bien, veo que iremos a la misma escuela, mi nombre es Yugi, mis hermanos y yo te veremos ahí pronto, espero que seamos amigos -
Antes de que pueda decirle mi nombre y agradecerle, el chófer baja y apresura al chico para subir de nuevo, así que se despide y el auto retoma su camino.
Me quedo un poco pensativa y luego continuo también mi camino
Antes de llegar al colegio mi celular suena y al ver quien llama respondo enseguida:
