Capítulo 22

878 91 12
                                    

Narra Zaid

He despertado con la inquietud de visitar el templo de Anubis y también con el deseo de ir solo, siento que algo muy dentro de mi lo pidiera con mucha insistencia.
Se lo he mencionado a Atem en cuanto tuve la oportunidad.

- ¿Estas seguro de que no quieres que te acompañemos?, ¿o al menos yo? - pregunta extrañado

- Siento que este viaje debo hacerlo solo, siempre estás a mi lado pero..., no sé como explicarlo realmente, quizá haya algo ahí para mi y por esa razón debo ir solo -

Atem me mira, me sonríe y sostiene una de mis manos mientras ambos permanecemos sentados a la mesa de su despacho

- Tienes razón, siempre estamos juntos en todo, es complicado pensar en cuantos momentos hemos vivido muy aparte del otro, pero me preocupa que algo pueda pasarte durante el viaje, el templo esta un poco distante a comparación de los demás, pero si es tu deseo ir solo, lo respetaré, lo único que puedo o me queda por desearte es que tengas un buen viaje Zaid -

Le devuelvo la sonrisa a Atem, y le agradezco que me permita ir solo

- Sé que estaré bien, tengo que volver para asegurarme de que estés haciendo bien tu trabajo sin mi -

Ambos reímos y me da una ligera palmada en la espalda

- Solo ten cuidado, yo sé que volverás -

Continuamos con nuestro trabajo y al término de éste, nos dirigimos a la sala del trono, ya que hay algunas cosas que Atem debe resolver personalmente con algunos súbditos del pueblo, mientras tanto mi deber es permanecer a su lado.

Después nos encaminamos a la ciudad, visitaremos a un hombre que era ladrón, Atem lo liberó bajo la condición de un cambio radical de su modo de vida, Atem confiaría en su palabra y si él no lo hacía, sería ejecutado inmediatamente. Sin embargo el hombre ahora tiene una vida diferente, vive tranquilo y tiene una familia tmbn. Luego de ello, Atem visita a los niños del bajo Egipto, que es donde residen aquellos que tienen una situación más escasa para vivir, apesar de trabajar en ello, Atem se asegura principalmente de que los niños tengan qué comer diariamente, habla con la gente y entre todos proponen ideas para que ellos se vean menos afectados lo antes posible.
Según leí en algunos textos antiguos, los faraones anteriores no debían preocuparse por la gente del bajo Egipto, ya que de alguna manera los dioses los habrían puesto en este lugar, como si fuera su castigo, sin embargo y apesar de saberlo, a Atem le preocupa toda su gente, hay ciertas reglas que él prefiere no seguir, siempre ha dicho y ha creído que algunas cosas están mal hechas y mal escritas en esos viejos pergaminos, tal es el caso como el hecho de permanecer al lado de ___ y enamorarse el uno al otro, recibió la advertencia de Anubis y Thoth y el simplemente los ignoró, solo deseo que esto no traiga consigo graves consecuencias sobre todo para ellos dos.

Cuando Atem por fin termina con un día más de trabajo, caminamos de vuelta al palacio, siempre nos ha gustado hacerlo, la gente está acostumbrada a vernos por las calles, al pasar, nos saludan como si fuéramos amigos de todos ellos, es una sensación completamente agradable.

- ¿sabes ya lo que llevarás para tu viaje?, ¿cuanto tiempo estarás ausente? - pregunta Atem mientras caminamos de vuelta

- solo llevare lo necesario, algo en que escribir, un par de bolsas de agua sobre todo, algo que pueda comer y algo que me cubra del sol y en todo caso de una posible tormenta de arena, he considerado al menos un día o dos -

- ¿Tienes ya previsto cuando te irás? - vuelve preguntar

- Mañana, al amanecer, espero que no te cause algún inconveniente mi viaje tan repentino - respondo a mi amigo

Entre Dioses, Demonios Y Hombres (Atem y tu) (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora