¿Sugar Daddy?

XI: Pasado -Parte Tres-

Para ustedes 😘❤💕 que pidieron un capítulo más, y que dicen que las "engolosino" jajaja son lo mejor que hay!! 😍😍😘❤💕

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—Estoy embarazada —le dijo, antes de romper en llanto, como una niña pequeña.

Su madre no dijo nada, solo la abrazó, acariciando suavemente su espalda. No la juzgaría, no le reclamaría nada tampoco.

Sabía lo angustioso que podía ser llevar un embarazo no deseado. El tener que dejar sueños atrás, el despedirse de proyectos que tal vez jamás se cumplirían.

Así también como sabía, el amor y fortaleza que podía traer un bebé. La felicidad, el verdadero sentido de la palabra amor. Algo tan puro e incondicional.

—Tranquila, hija —pronunció en un tono suave—. Sabes que yo siempre estaré contigo, apoyándote.

—P-Pero... No sé nada de esto, c-como cuidar a un bebé... N-No e-estoy preparada.

—Nadie tiene un manual de instrucciones para ser buenos padres —sonrió cálidamente—. Aprendes con el tiempo. Y muchos te criticaran tal vez, pero no debes tomarle importancia. Cuando veas a tu hijo, sabrás de lo que hablo.

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—¿Estás bien? Luces molesto.

—Estoy bien —pronunció en un tono seco, vendándose las manos.

—¿Seguro?

—Leo, no me jodas —pronunció alejándose de él—. Lo único que quiero es entrenar.

—Okay... —Murmuró inseguro.

Sabía que su hermano estaba pasando por mucho estrés. Pero el día anterior se lo veía muy bien de ánimo, entusiasmado. Todo lo contrario a ahora.

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Escuchó a sus padres hablar de su embarazo, mientras creían que ella dormía, y se hizo un ovillo en su cama, abrazándose las piernas, sollozando.

Su padre se escuchaba muy molesto, y lo entendía, pero ya no podía hacer nada. Había decidido tener al bebé, y darlo en adopción tampoco era una opción.

Sabía que estaba sola en esto. Vicent estaba completamente descartado, luego de que el bebé naciera, intentaría hablar con él.

Aunque dudaba que el rubio cambiara de opinión realmente.

Ahora tendría que posponer un año sus estudios, hasta que el pequeño naciera. Tendría que vivir en casa de sus padres, no podría trabajar... Sería una carga para ellos.

Se cubrió el rostro con una de sus manos, y lloró angustiada. ¿Por qué había sido tan estúpida?

No tendría que haberse metido con un desconocido. Tendría que haberse cuidado, sabía que no podía confiar en un hombre igual que ella pasado de alcohol. Sabía que tendría que haber tomado la pastilla del día después, sabía... Ya nada importaba de todo lo que sabía, y debió haber hecho, el bebé ya estaba allí.

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Habían pasado varios meses desde que ella se había aparecido en su casa, y desde entonces, luego de echarla, no había sabido más nada de ella.

Miró el techo, deseando realmente que lo hubiera escuchado. Era lo mejor para ambos. Ellos no eran nada, se habían visto un par de veces más, luego de aquella primera vez en la fiesta, pero no tenían nada serio.

Y Vicent, a sus treinta y seis años, y su primer título casi ganado, no quería nada que lo atara.

Ni una mujer, ni mucho menos un niño.

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