LI: Viaje

30.6K 2.3K 145
                                    

—Tal vez podría sólo hacer el comercial, y volver —le dijo a su hermano, en un tono bajo, deprimente.

—No, ya firmamos con el reality.

—Extraño a los niños, e Ivanna sola no puede.

—Este es tu trabajo, Vicent. No te irás durante meses, como hubiese ocurrido si continuaba con tu carrera como luchador de MMA. Solo son dos semanas, quizás menos.

—No quiero pelear con Ivanna. Anoche no me dejó hablar con Tito, según ella, ya estaba durmiendo.

—¿Y por qué no lo despertó?

—No quiso hacerlo. Sé que el niño habrá estado esperando que lo llamara, o al menos respondiera sus audios.

—¿Intentaste llamarlo esta mañana?

—Sí, pero no respondió. De seguro está ocupada con los trillizos.

—O quizás no tiene ganas de responderte —le dijo tomando su celular—. Espera.

Marcó un número, y luego esperó unos segundos.

—Fi, ¿estás en casa de Ivanna?  ¿Podrías pasarme con Tito?

Escuchó lo que la chica le decía, y no tardó en escuchar la voz del niño.

"—¿Tío Leo?"

—Hola oso come pizza —sonrió el rubio menor—. ¿Sabes quién quiere hablar contigo?

"—No, ¿quien?"

—Tu papá.

"—¡¿Papi?! ¡Sí, pásame con él!

Leo sonrió, y le dio el celular a Vicent, antes de dejarlo hablar a solas.

—Hola hijito, yo también te extraño, mucho, y a tus hermanitos.

"—Papi, ¿Cuándo vuelves? Mami está muy molesta —le contó afligido—. Hoy... Se enojó porque volqué mi vaso de leche. No fue a propósito."

—Pronto —le dijo intentando escucharse tranquilo—. Y tu mamá... Ella sólo está cansada.

"—Sí..."

—¿Qué te gustaría que te lleve? —le preguntó intentando levantarle el ánimo.

-o-o-o-o-

Escuchó ruidos en la puerta de la sala, y rápidamente salió de su cama, dirigiéndose hacia la entrada.

—¿Qué haces aquí? —pronunció sorprendida de verlo allí.

—¿Tienes idea de los miles de dólares que gasté sólo para venir una noche? ¿Qué más debo hacer para que entiendas que me importan mis hijos?

—Estoy cansada, no tengo ganas de hablar contigo —le dijo girándose para marcharse.

—No me interesa, me escucharás de todos modos —pronunció molesto—. Espero que esta haya sido la primera y última vez que me prohibas hablar con mi hijo. Nuestros problemas, o tuyos, porque yo no tengo nada contra ti, no tiene nada que ver con nuestros hijos. Y es mi derecho estar en contacto con ellos.

—¿Por qué no te vas, Vicent? Estábamos bien sin ti.

—¿En serio? ¿Eso crees? porque no es lo mismo que me dijo Thomas. Él se encontraba afligido porque su madre lo retó por una estupidez.

—Si no sabes que pasó, no hables —siseó la castaña—. Estaba jugando con la maldita taza, y le dije que terminaría derramándola.

—Es un niño —pronunció exasperado—. ¿Qué es lo que te pasa? Te pusiste de este modo cuando te dije del trabajo.

—¿A eso le llamas trabajo? —le inquirió con cinismos—. Tú te vas de paseo, dos semanas, ¡Y soy yo quien se debe volver loca para cuidar de cuatro niños!

—Mami, ¿están peleando? —preguntó asustado Tito, asomándose desde la puerta de su habitación.

—No, no hijo —le dijo Vicent rápidamente, caminando hasta él, tomándolo en brazos—. Tu mamá solo levantó un poco la voz.

—¿Te quedarás?

—Sólo esta noche, hijo, mañana debo irme de nuevo, pero son poquitos días —sonrió levemente—. Después iremos los cinco de paseo ¿quieres?

—¡¿A la playa?!

—Sí, podemos ir a la playa —rio bajo—. Pero ahora, es hora de dormir.

—Está bien —murmuró cerrando los ojos, apoyando su mejilla contra el hombro de Vicent.

Y el rubio se encontraba tan molesto, que no sabía como iban a solucionar sus diferencias con Ivanna, por el bien de sus hijos.

...

¿Sugar Daddy?Where stories live. Discover now