XLII: Diagnóstico

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—Hola Vicent —saludó el médico dándole la mano al rubio—. Ivanna, que bueno volver a verte.

—Hola —sonrió dándole la mano.

—Supongo que sus gemelos ya han nacido.

—Trillizos —pronunció orgulloso Vicent—. Detrás de los niños, había una hermosa y pequeña niña.

—Que sorprendente noticia, felicidades a ambos.

—Muchas gracias —dijeron al unisón.

—Bueno, a lo nuestro. He visto la tomografía que te han realizado hace dos semanas. ¿Cómo te sientes Vicent?

—Bien, ya no tengo dolores de cabeza, y... Ya no me siento irritable como antes, creo que mi personalidad ha vuelto a ser la de antes. Incluso, me parece que me siento muy pacífico —reconoció sonriendo.

—Es bueno escucharlo, pero eso se debe a los fármacos que haz estado tomando. He hablado con el equipo médico que tratamos tu caso, y hemos llegado a conclusión de que es momento de disminuir las dosis.

—¿Pero por qué? Yo me siento bien así. No quiero volver a ser el tipo de hace unos meses atrás.

—Y no lo serás, Vicent. Debes confiar en ti, y sobre todo, aprender a controlarte. Continuar con el tratamiento farmacológico, sólo te generará una dependencia.

—Prefiero eso, a volver a ser un tipo violento. Tengo cuatro hijos pequeños, no quiero ser un peligro para ellos.

—No lo serás, debes creer en ti, y mantener el control. Además, tu comportamiento violento, en gran medida se debe al tumor que tienes.

—Dijo que vio mi tomografía, ¿Qué vio?

—Seré honesto contigo.

Ivanna observó el ceño fruncido del médico, y supo que algo no estaba bien.

—El tumor solo ha disminuido dos milímetros, lo cual significa que aún no es apto para ser operado.

—Pero... He hecho todo lo que me han dicho —pronunció afligido—. ¿Por qué no ha funcionado?

—Ningún tratamiento es cien por ciento efectivo, muchos pacientes no responder de la misma manera.

—No puedo creerlo —murmuró mirando hacia abajo.

La castaña lo observó con pesar, y tomó su mano, la cual Vicent la sujetó con fuerza.

—Doctor, ¿Qué más se puede hacer? Vicent es un hombre joven aún, tiene cuatro niños que lo necesitan en casa. No bajaremos los brazos, intentaremos hasta el último procedimiento. Agotaremos todas las posibilidades.

—Que bueno oír eso —le dijo a Ivanna—. Existe un procedimiento llamado Gamma Knife, se trata de la utilización de radiacion gamma localizada, para tratar tumores que se encuentran a nivel cerebral y del cuello. Es una técnica relativamente nueva, pero con un rango de efectividad del noventa por ciento en los casos tratados.

—Quiero intentarlo —pronunció decidido el rubio—. Aunque las probabilidades de exito sean baja, lo intentaré igual.

-o-o-o-o-

—Muy bien, ahora escribe tu nombre —le dijo con una sonrisa cálida a su hijo mayor.

—Papi, ¿Tengo abuelos?

—Sí, los papás de tu mamá.

—¿Y tú? ¿No tienes papás?

—No lo sé —sonrió—. Cuando tenía tu edad, una pareja muy buena, me adoptó.  Sus nombres eran Alexandra y Marco Von Preusser. Años después, adoptaron también al tío Leo.

—¿Y qué pasó? —preguntó curioso, olvidándose por completo el dibujo de su familia que estaba haciendo.

—Alexandra enfermó, le dio una enfermedad muy fea llamada cáncer —recordó con tristeza—. Y aunque luchó como una guerrera, no pudo ganar. Y un día veinte de abril, finalmente dejó de sufrir.

—Pobrecita.

—Sí, es una enfermedad muy fea.

—¿Y tú papá?

—Marco murió un año antes que tú nacieras, ya era muy viejito —sonrió con nostalgia.

—Oh, entonces estás solito papi.

—Claro que no —sonrió alborotando su cabello lacio y rubio—. Los tengo a ti y a tus hermanitos, y a tu tío Leo.

—Y a mami —sonrió Tito—. No te olvides de mami.

...

¿Sugar Daddy?Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang