|Historia completada| "𝙉𝙤 𝙝𝙖𝙮 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤𝙨 𝙤 𝙢𝙖𝙡𝙤𝙨, 𝘽𝙚𝙡𝙡𝙖𝙢𝙮, 𝙝𝙖𝙮 𝙜𝙪𝙚𝙧𝙧𝙖 𝙤 𝙥𝙖𝙯. 𝙔 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙚𝙣 𝙜𝙪𝙚𝙧𝙧𝙖."
El nuevo canciller y su grupo cercano de guardias han acabado con la vida de trescientos soldados ali...
Las horas habían transcurrido sin apenas notarse, tal vez en algunos momentos Tania había logrado cerrar los ojos durante unos instantes y rozar la conciliación del sueño, pero aquello no había durado demasiado. El fuego se había convertido en pequeñas brasas chirriantes.
Bellamy se movió en incómodo y suspiró. En aquella extraña situación le era imposible contraer el sueño, a pesar de haber dormido en lugares peores y de todas las horas acumuladas sin dormir.
—¿Qué era ese ritual? —dijo Bellamy con la voz ronca en un leve susurró. Le había dado la sensación de que la chica terrestre también permanecía despierta. Aún así la cueva quedó en silencio después del eco de sus palabras.
Bellamy pensó que quizá Tania si estuviese dormida después de todo, o probablemente prefiriera guarda el silencio. Tal vez se arrepintiese de haber sido amable. Él si lo haría.
—Es una tradición de mi pueblo, en señal de paz y perdón —dijo Tania con una voz suave cuando él creyó que ya no iba hablar—. Así podíamos convivir mejor. De entre todos los clanes, somos el más pacífico.
La claridad del inicio del día entró tímidamente cubriendo la oscuridad a un entorno lúgubre. A pesar de los númerosos destellos de sombras, Bellamy observó a la terrestre atentamente. Su posición había cambiado de nuevo y se encontraba sentada sobre la pared. El pelo oscuro le caía trenzado hacia uno de sus laterales. Desvió la mirada a su rostro que poseía restos de tierra, sangre seca y unos símbolos que recordó relacionar con otros terrestres. No distinguió el color de sus ojos, pero si unas voluminosas pestañas, una nariz puntiaguda y unos labios gruesos.
—¿Es una especie de perdón? —preguntó Bellamy mientras se apartaba los mechones rebeldes que caían por su frente. Sabía que el rumbo que la conversación podía alcanzar era peligroso, pero tenía que entenderlo. No le importó si aquella chica le odiase, o empezará hacerlo recordando verdades. Él también se sentía de la misma forma respecto hacia su propia persona—. Hice cosas horribles.
La voz de Bellamy sonó temblorosa, aunque intentó ocultarlo con un carraspeo.
Tania notó un punzón en el pecho e instintivamente tragó saliva. Ella también había hecho cosas de las que se arrepentía y conocía la sensación.
—Tú mismo lo dijiste antes: no todo es tan fácil —repitió aquella frase que horas antes había pronunciado el muchacho cuando se había quedado sin respuestas para las preguntas de ella, aquella frase que englobaba la respuesta de todo, que parecía decir mucho y, sin embargo, no decía nada. Antes de que Bellamy pudiera contradecir lo dicho por la chica, ella elevó los hombros e interrumpió sus palabras—. Deduzco que tienes tu propia guerra que lidiar.
—No me conoces —contestó él rápido para evitar que ella pudiera córtale de nuevo—. ¿Y si yo soy el malo? —preguntó Bellamy levantándose de forma vertiginosa y sentándose sobre el suelo, su pie izquierdo empezó a juguetear con una piedra que había en el suelo.
«Sabía lo que era»
—No hay buenos o malos, Bellamy—dijo pronunciando su nombre por primera vez, miró a las brasas consumidas en donde el fuego había estado revoloteando hacía tan solo unas horas—. Hay guerra o paz —Tras unos segundos añadió—; Y estamos en guerra.
Bellamy suspiró con pesadez y ella sin apartar la mirada habló de nuevo, sin embargo, esta vez de una manera más sincera.
—No dudaste ni un solo segundo en salvarme, en ayudarme a no morir en mitad del bosque. ¿Y si soy la mala?
—Solo guerra o paz —contestó él mismo argumento que Tania había aportado.
Tania apartó la mirada de la estela del fuego y miró al chico. Aquella lección estaba grabada a fuego en su ser. El silencio reinó de nuevo en la cueva, tal vez el mismo silencio de antes, pero de otra forma.
Actualidad
Habían pasado unos minutos después de que Bellamy visitase a Tania en aquellas horribles y traumáticas condiciones, sin embargo, su plan aún tenía lagunas para poder llevarse a cabo. Bellamy continuó dando vueltas a las distintas posibilidades que pasaban por su mente, mientras los destellos de los recuerdos junto a ella iban proyectándose en su cabeza, recuerdos que le ardían en cada parte de su piel, aceleró el paso.
Todas aquellas ocurrencias de Bellamy para lograr socorres a aquella chica finalizaban en un único objetivo; Octavia.
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Hola! Hoy es un capítulo corto.
Os recuerdo que la historia va estar compuesta por los diferentes flash-back de bellamy hasta que logre (o no juju) conseguir la libertad de Tania, el recuerdo y el presente se distinguen mediante las rayitas -- , además intentaré ser especifica en cada momento, si algo no se entiende, díganmelo por comentarios o por donde sea, lo rectificaré con gusto.
Al editarlo estoy cambiando las --- por actualidad.
