Capítulo 9 | Camino de ida

1.3K 88 3
                                    

Capítulo 9 Camino de ida

Tres meses antes

El sol reluciente de los días anteriores había sido intercambiado por las densas nubes que cubrían el cielo, las primeras gotas caían de una manera rítmica sobre los cuerpos en movimientos de ambos jóvenes.

Habían transcurrido tres días desde la decisión de encaminarse hacia la nave de los cien y un día desde la partida de la cueva. La monotonía había crecido de manera abusiva en el inicio de la semana y aquel rasgo no solía ser característicos de ninguno de los dos. Habían dedicado sus esfuerzos en mantenerse ocultos y con la mayor discreción posible. Tania no encontraba demasiado difícil dicho trabajo, estaba acostumbrada a moverse por el bosque sin que su presencia tuviese un significado notorio. La compañía del chico celeste le hacía dudar de los dotes de camuflaje de él y de su destacable falta de entrenamiento, los términos de guerrero le parecían palabras mayores para referirse a su persona. Bellamy sin su arma de fuego no era una amenaza mayor.

En aquellos días extraños Tania agradeció internamente al sanador de su clan por compartir sus habilidades básicas en torno a la medicina, seguramente su pierna estuviese en unas condiciones bastante deplorables si no hubiera sido él. La herida continuaba doliendo y sus pasos estaban llenos de desequilibrios innecesarios que la enfurecían, pero al menos su imagen no parecía haber aumentado a una desagradable infección. Las hojas sanadoras estaban haciendo su función de una manera satisfactoria y eso significó el primer paso para abandonar aquella zona peligrosa de cuevas.

Con una velocidad limitada habían recorrido una distancia lo suficientemente lejos para que la oscuridad inundara el lugar en un par de horas. El viento rebelde removía con furia las ramas de los árboles provocando un pequeño escalofrío en la piel de Tania, aquellos vientos solían indicar el inicio de una tormenta veraniega.

—Se acerca una tormenta —dijo Tania con un suspiro en sus labios—. Además de noche es peligroso continuar, si nos atacan no vemos desde donde.

Bellamy dejó de avanzar y el ambiente nocturno del bosque quedó más relajado sin sus sonoras pisadas. Intentó visualizar la ubicación donde se encontraban, a penas faltaría medio día para llegar a la nave, pero aquello suponía avanzar de noche, además de enfrentarse a la posible tormenta. La zona del bosque este estaba adornada con numerosas cuevas y pasajes subterráneos en los que podrían pasar la noche.

Comenzaron la búsqueda del lugar adecuado hasta que dieron con una pequeña cueva, mucho menos espaciosa que la que habían dejado atrás. Su interior desprendía un olor abundante a humedad, en la pared del fondo un ligero chorro de agua se deslizaba provocando un constante goteo.

Tania se deshizo de su mochila que quedó apoyado sobre la piedra de su lado y de su chaqueta pesada posicionándola de almohada para después recostarse. A pesar del viento no hacía frio en el ambiente, la temperatura era cálida. Bellamy no tardó en imitar su gesto y ambos quedaron tumbados en el suelo. La distancia entre ellos era bastante menor que la que existía en la otra cueva, aun así, todavía había casi dos metros entre su hombro y el de ella.

—¿Has estado en la nave después de la batalla? —preguntó Tania girando su rostro hacia él. En aquella ocasión las palabras habían salido primero de su boca, pero la curiosidad del enemigo que le causaba incontrolables preguntas.

«Antiguo enemigo» pensó Tania en recalcar segundos después.

Bellamy miraba al techó de la cueva irregular cuando asintió con la cabeza. No había sido por asuntos propios sino por circunstancias eventuales que le habían obligado a asistir allí. A pesar de que buenos recuerdos le traían a su mente, también pensamientos difíciles.

Lost ━The 100 |Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now