Lost ━The 100 |Bellamy Blake

Capítulo 22 | Tu lucha ha terminado

Aquellos pensamientos envolvieron los sueños de Tania durante aquellas solitarias y frías noches. Había avanzado rápido a través de aquellos reconocidos caminos sin que su presencia se hiciera notoria, aunque en el fondo de su enrevesada mente deseaba que la encontraran aquellos guerreros de su pueblo con el fin de no tener que entregarse ella misma, de no volver tras su fallida misión de huida para no acabar con la poca dignidad que poseía. Era duro tener que volver y no dejaba de imaginarse repetidas veces las voces de sus vecinos, rodeándola días tras día, murmurando a las espaldas mientras que su oídio fino distinguía cada palabra pronunciada, cada sentimiento revelado.

Tania movió su cabeza hacia ambos lados para desprenderse de aquellos pensamientos mientras continuaba su marcha. Aquel paisaje monótono ya no le parecía tan cautivador como al principio, solo pensaba en que pocas veces podría introducirse en él como en estos instantes estaba haciendo, libre, libre de ataduras.

Tenía tantos pensamientos contradictorios, cada segundo que pasaba era una idea surcando su mente, cada cual más contraria a la anterior, suspiró ante tal presión y se retiró unas gotas de sudor de la frente, aunque cada día el sol parecía ocultarse antes y el viento corría con más frecuencia, la pesada mochila parecía ser la causante de parte de su calurosa temperatura, sin embargo no quiso desprenderse de ella, sabía que cuando llegaría sus cosas seguirían allí -o por lo menos quiso pensar aquello- pero aquel ligero equipaje -en ocasiones- había sido su fiel acompañante desde que salió, podía resultar una absurdez, pero en estos instantes no lo era, por lo que agarró con fuerza las tiras de esta que recaían en los costados.

Su mente continuaba divagando acerca de numerosas posibilidades, era complicado deshacerse de tales pensamientos por lo que decidió aumentar el ritmo, comenzó a trotar en vez de caminar, esquivando árboles, saltando piedras y raíces enrevesadas, y corrió en vez de trotar, respirando el aire frío y escuchando el latir de su corazón, cada vez con más fuerza. El aire entraba y salía de sus pulmones en instantes mientras que la sensación de cansancio se iba apoderando de cada parte de su cuerpo, de tal manera que continuo así, aquello le impedía pensar con claridad, su mente proyectaba la idea de <Seguir corriendo> <No te pares>. Tras largos minutos Tania se detuvo en seco, había corrido demasiado, quizá no resultaba bueno para la reciente curación de su herida, quizá resultara estúpido correr para olvidar las tantas razones para darse la vuelta e iniciar su proyecto, quizá sus pulmones ardían pidiendo más aire o su corazón latía furioso, quizá todas esas cuestiones hubieran sido suficiente razón para detenerse, pero Tania resultaba impulsiva en demasiadas ocasiones por lo que no fue ninguna de aquellas razones la que la hizo parar. Se olvidó de su herida, de su falta de aire y de su corazón palpitante y fijó su atención en aquel sujeto, aquel sujeto sin vida desplomado en el suelo.

Tania rápidamente se acercó al muchacho, que indiscutiblemente poseía una edad parecida a la de ella. Su rostro estaba cubierto por las marcas que eran características de su pueblo, su cabello desordenado era rubio y los ojos los mantenía abiertos, con una expresión horrorizada Tania enseguida en un gesto delicado se los cerró. En su mano derecha parecía sostener una daga. ¿Qué habría pasado? Pero pronto aquella pregunta quedó resuelta cuando sus ojos se desviaron al pecho ensangrentado del muchacho, no era una herida de daga. Era una herida de bala.

En segundos Tania se puso de pie y observó a ambos lados, aunque el bosque yacía como siempre. ¿Por qué...? Ni siquiera su mente tenía la pregunta. Solo sintió pánico al pensar en gente muerta, más cadáveres que añadir a las listas, sin embargo, mantuvo la calma, su pueblo era suficientemente seguro, se encontraba oculto en una especie de valle a unos kilometro al norte, si no sabías donde se encontraba resultaba casi imposible acceder a él. Además, la seguridad de su tribu era realmente excelente, quizá no en un combate cuerpo a cuerpo, pero si en mantenerse ocultos en la sombra y saber en qué momento atacar. La verdadera cuestión era por qué aquel chico se encontraba tan lejos de casa, resulta extraño estar solo y sobre todo en aquellos tiempos de guerra. ¿Estaría huyendo? Tania lamentó que hubiera acabado así, porque, aunque no le conocía de nada, aquel mismo cuerpo sin vida pudiera haber sido ella. Se agachó de nuevo junto a él y pronunció aquellas palabras.

─Tu lucha a terminado, Yu gonplei ste odon ─ susurró mientras alcanzó su mano inerte durante unos segundos.

Tras aquella rápida despedida, Tania suspiró, porque aquel disparo significaba mucho más que la muerte de aquel terrestre significaba que los celestes estaban en el bosque y si de camino a casa algún skaikru conseguía seguirla, su pueblo estaba acabado, sería el fin.

Bellamy apareció en sus pensamientos ¿Habría vuelto a Arkadia? ¿Y si aquella gente pretendía atacarle por su indirecta traición? De nuevo aquellas prerrogativas que le impedían ver con claridad su camino.

Cerró los ojos con fuerza y apoyó la espalda contra un corpulento tronco y esta vez, al contrario de otras, intentó pensar en algo diferente, no pensó en Bellamy, no pensó en su gemelo, ni en sus padres, ni en su pueblo, centró con todas sus fuerzas y su atención en ella misma, dejando a los demás fuera de su pequeña burbuja y por una vez pensar de manera egoísta en lo que sería mejor para Tania, para Tania Klemore del clan Heikklen.

Abrió los ojos cuando lo tuvo claro. 

Hola ♥ Espero que os haya gustado mucho mucho. Enseguida las cosas se pondrán más emocionantes o no ¿quien sabe? juju 7u7 

Dejar vuestro voto si os gustó y queréis otro capítulo prontito 

Besos 

October♪ (que por cierto ya estamos en octubre, que rápida la vida)