Capítulo 8 | No es como tú

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Capítulo 8  No es como tú

Fue el sonido de las pisadas de Bellamy al entrar en la cueva el que despertó a Tania de su estado de sueño. La oscuridad había abandonado la noche hacía varias horas para dar paso al amanecer, Bellamy se había desvelado durante este proceso de iluminación y había decido salir en busca de algo para comer.

Había salido con cautela de la cueva, Tania le había informado el día anterior de la insistencia que los miembros de su clan aportarían a su misión de encontrarla, que aquella zona del bosque no resultaba segura, por eso era necesario la máxima discreción por su parte. Avanzó zigzagueando los diferentes árboles de su alrededor, la sombra que proyectaban era agradable y hacia su camino más ligero. El arma fría del costado rozaba su piel en cada paso, al menos si apareciese algún sujeto no deseado solo tendría que realizar un rápido movimiento para protegerse.

Su memoria le permitió dirigirse hacia los árboles frutales que habían encontrado. Alcanzó aquellos frutos más brillantes y apetitosos hasta que sus brazos impidieron continuar con la recolecta. Sin entretenerse demasiado, continúo su camino hacia la senda del rio para después proseguir en dirección a la cueva.

—Buenos días —saludó Bellamy cuando observó que tras varios pestañeos sus ojos se abrieron. Camino hacia la pared del fondo y depositó la fruta fresca en el suelo para después sentarse con las piernas flexionadas. Bellamy alcanzó una verde manzana y mordió su piel provocando que leves gotas de agua saltasen hacia lugares aleatorios. Tania imitó su gesto y se recolocó con la espalda apoyada en la pared, Bellamy le lanzó una manzana y ella la captó al vuelo —. He traído unas hojas más para la herida, no se cada cuanto hay que cambiarlas, pero hay para varios recambios más.

Tania asintió despacio y después se llevó la manzana a los labios.

—¿Te has encontrado con alguien?

Bellamy indicó que no con un ruido de negación.

—¿Hace mucho que llevas despierto? —preguntó—. Parece mediodía ya.

—Es casi mediodía —indicó Bellamy.

Sus ojos se desviaron a la entrada de la cueva, con la iluminación natural aquel lugar parecía ser otro diferente al de por la noche, sin sombras vibrantes. El espacio parecía haberse reducido desde la primera vez que entraron, hace tan solo un par de días. Como si sus ojos se hubieran acostumbrado a la cueva.

Tania continuó devorando aquella manzana mientras sus pensamientos quedaban perdidos. Al finalizar pensó en desatar la venda para observar algún detalle de evolución, pero le pareció demasiado precipitado por lo que decidió esperar a la llegada de la tarde.

—He estado pensado sobre algún lugar más protegido que esto —comentó haciendo un gesto señalando el lugar. Tania salió de su ensimismamiento para dirigir una mirada hacia el chico, su pelo revuelto parecía ser una característica habitual en él—. Cuando los 100 llegamos a la Tierra hicimos un campamento alrededor de la nave en la que viajamos. El campamento quedó...

—Abrasado —concluyó Tania. Aquella derrota había sido inesperada para ellos, no demasiados tuvieron la suerte de alejarse en batalla con las parcas que había salido de los subsuelos por alguna razón que no tuvo momento de ser analizada. Tania al menos había sobrevivido a aquel asalto. Tania no apartó la mirada del él, habían sido y seguían siendo; tiempos de guerra—. ¿Crees que en la nave estaremos seguros?

Bellamy se encogió ligeramente de hombros. Aquella idea que había surgido durante la mañana no parecía tan mala, al menos se mantendrían alejados de aquella zona. Era cierto que los momentos podrían revivirse, tanto para Bellamy desde el interior del campamento, como para Tania, desde el exterior. Diferentes perspectivas de sufrir daños, pero al fin y al cabo un resultado similar.

Lost ━The 100 |Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now