Capítulo 32 | Hacer o no hacer

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El cielo se mantenía oscuro cuando Tania reconoció los alrededores. Debían faltar aproximadamente un par de horas para que el primer rayo de luz hiciera su aparición aquella fría mañana. El camino había sido silencioso, el trotar constante del caballo se había convertido en un sonido relajante, en un sonido de huida de los problemas que dejaban atrás, por lo que cuanto más lo escuchará, más lejos se mantenían de Arkadia, aquel peso liberado reconfortaba a Tania.

Durante el trayecto habían parado en un par de ocasiones para descansar, aunque las inseguridades les hacían volver al camino pronto para inciar su marcha de nuevo. Las palabras eran escasas, algo había pasado en Arkadia que Tania desconocía, y ese pensamiento revoloteó en su mente durante todo el camino.

A lo lejos, mezclado con el ruido que ellos mismo provocaban al avanzar, el rió fluía fervientemente, aquella sensación la hizo sentirse agradable con el ambiente y por unos breves instantes, le causó la seguridad que necesitaba sentir. Tras unos minutos el trote del caballo fue disminuyendo hasta que dejó de oírse, Tania levantó la vista del suelo verde y fijó la mirada a su alrededor. Aquel hueco tan familiar de la pared se mantenía intacto a los recuerdos de la chica, tuvo miedo durante una milésima de segundo a moverse de la cálida piel del animal, por si aquella situación no era más que un gélido y maravilloso sueño en el suelo de aquella horripilante habitación. Bellamy fue el primero en bajarse y con un ágil movimiento se posicionó en el suelo, sus ojos quedaron conectados al instante de que sus miradas se cruzasen. El chico tendió su mano a Tania que no tardó en ser correspondida y con dificultades a causa de las numerosas heridas extendidas a lo largo de su cuerpo, Tania logró que el contacto de sus pies con la tierra fuera una realidad, tras deslizarse por el peludo lomo del caballo que tanto había contribuido en aquella huida magistral.
Nada más situarse a la altura del muchacho, Tania sintió la presión de unos brazos alrededor de su cuerpo, la respiración acelerada de Bellamy se entremezcló con la de ella que durante los primeros segundos se quedó estática, hasta que deslizó los suyos por la cintura de él. El dolor no importaba en ese momento, aquella transmisión de sentimientos era lo que ambos necesitaban para poder continuar. El abrazo se intensificó y Bellamy dejó escapar un suspiro, el labio de Tania temblaba apoyado en el pecho del chico. Ambos mantuvieron los ojos cerrados en aquel calmado ambiente hasta que Bellamy rompió el silencio después de posicionar un delicado beso en el pelo de ella.
—Ahora estamos a salvo —susurró deslizando su dedo índice por su mejilla.
Tania no dijo nada. No estaba absolutamente convencida de que la afirmación de Bellamy fuera cierta, de todos modos, deseó desde lo más profundo de su ser, que aquello fuera verdad.
El silencio llegó de nuevo a su conversación, aquella inesperada y dolorosa experiencia había provocado la huida de las palabras.
Bellamy pensó que para su mayor seguridad, el caballo no podía ser atado afuera del lugar en donde se encontraban por lo que decidieron tomar la decisión más sencilla.
—¿Crees que estará bien? —preguntó ella acariciando su lomo. Había cogido cariño al animal después de todo. Bellamy asintió con la cabeza.
—Estoy seguro. —dijo mostrando una sonrisa de medio lado.
Tras un susurrado "gracias" y una palmada, el caballo salió corriendo hacia su futuro más cercano. Tania observó el camino por donde había salido y no despegó la vista hasta que el sonido del trotar se perdió en la profundidad del bosque. Bellamy agarró la mano de ella y juntos entraron a la cueva, una vez más.
—Será mejor que vaya a buscar leña —dijo él —Hace bastante frío.
En circunstancias diferentes, Tania hubiera insistido en ir ella, odiaba no hacer las cosas por ella misma, pero una vez más, las heridas impedían a Tania moverse con libertad. Bellamy desapareció y Tania se quedó sola en la cueva con sus numerosos pensamientos, ¿Ahora que iba a pasar? No podían quedarse eternamente en aquel lugar siniestro. No sabían si aquella gente iba a perseguirlos hasta que dieran con sus cuerpos, e incluso no sabía si su pueblo también iba a causar más problemas de los que ya había ocasionado. Aunque una cosa si tenía clara y era que después del calvario que había vivido durante los últimos días, su manera de pensar cambió relativamente. No iba a retorcer su mente en busca de una solución, necesitaba pararse a respirar y vivir aquel momento que le tocaba. En aquellas circunstancias, inevitablemente se preguntaba si haber escapado de su pueblo aquel día habría merecido la pena, si volvería repetir las mismas acciones hasta el día de hoy o sencillamente limitarse a dejarse llevar en aquel lugar de su infancia.
Dejó caer todo su peso contra la fría pared, como tantas veces había hecho y se despojó de las prendas que causaban incomodidad. Dejó a la vista la cicatriz del muslo y fijó su mirada en ella, rozó con su dedo el relieve de está y dejó escapar un suspiró, sus ojos se cerraron y su mente proyectó aquella secuencia de imágenes que podían haber extinguido su vida, deslizó su mano con lentitud hacia la parte superior de su pierna y sintió el resquemor de una herida más reciente, de nuevo, nuevas imágenes surcaron su mente y su semblante reflejó una desagradable mueca.
Cuando abrió los ojos su corazón latía desbocado, enseguida visualizaron la figura de Bellamy que en ese instante se integraba a la cueva cargando palos de diferentes tamaños.
—¿Estas bien? —preguntó dejando la leña a una lado de la cueva y avanzando hacia ella. Tania asintió con la cabeza. —Te he traído esto —dijo él sacando unas hojas del bolsillo lateral de sus pantalones. Ella las reconoció al instante. Gracias a ellas la herida de su pierna había sido curada.
—La historia se repite —comentó ella corrigiendo su postura y dejando que Bellamy se posicionara a su lado para curarle las heridas. Bellamy asintió y posicionó un ligero beso en su mejilla. La primera hoja rozó la herida de la pierna y ella apretó su puño.
—Lo siento. —dijo él. Ella le sonrió de medio lado e hizo un gesto con la mano retándole importancia. Bellamy miró sus ojos. —No solo por esto, por todo Tania. Por mi culpa has tenido que vivir todo eso. No me lo voy a perdonar nunca.
Tania posicionó su mano sobre la mejilla de él.
—No quiero que digas eso. No es tu culpa. Sencillamente son circunstancias ajenas a nuestros actos, ni tu ni nadie podía saber que iba a pasar esto. A veces las cosas suceden porque si, sin una causa justificada. —Tania hablaba a una gran velocidad mientras Bellamy negaba con la cabeza.
—Tania, por mi culpa saliste de tu pueblo. Yo ayudé a matar a tus padres, no merecí tu perdón, ni merezco el de nadie. —Una lagrima se deslizó por su rostro. —Absolutamente todos mis actos tienen consecuencias nefastas, joder. Ha muerto Lincon, Tania. Se ha sacrificado para salvar a su pueblo como un buen lider. —dijo con un sollozo. —Octavia está destrozada y dudo sinceramente que todo vuelva a reiniciarse entre nosotros. La gente de mi alredor muere y sufre. Siento que todo es culpa mía, que mis decisiones no coinciden con las soluciones de la realidad.
Tania suspiró profundamente.
—No te voy a mentir, Bell. —dijo con tonalidad suave —Has tomado malas decisiones en tu vida, y estas han tenido y tendrán consecuencias en tu futuro. Pero todo el mundo hace las cosas mal, Bellamy, soy una guerrera nata, he matado a gente. Las cosas no siempre funcionan como creemos, las acciones van al son de las circunstancias, y existen circunstancias limite que nos hacen estallar al borde del abismo. Hoy has salvado a mucho terrestres, y puede que en el pasado te equivocaras con nosotros, pero la diferencia está en el cambio. No te martirices por lo que has hecho o lo que has dejado de hacer, sino que piensa en todo lo que puedes hacer y no hacer en el futuro.
Dicho aquello Tania pasó sus brazos por el cuello de él y apretó con fuerza su cuerpo con el suyo, Bellamy correspondió el gesto con rapidez.
No hizo falta agregar nada más porque la unión de ambos hizo que las palabras sobrevolaran las paredes de aquella lúgubre cueva.

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Holaa, espero que os haya gustado y siento la tardanza. Queda tan poco para el final, creo que está entre un capítulo y el epílogo, pero ya se verá.
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Mills

Lost ━The 100 |Bellamy BlakeWhere stories live. Discover now