Capítulo 3

1.2K 95 15
                                    

— Y por eso mismo nuestro mundo está envejeciendo...

— Hola padre— Iker, mi padre interrumpió la historia sin importarle mucho el enojo que expresaban las caras de los niños que escuchaban—. Necesitamos que nos ayudes ahora con unos problemas de la cosecha— continuo.

Papa era uno de los jefes de la ladea, todo estaba dividido para que entre ellos fueran figuras importantes pero sin llevar un gran peso de ese modo nada quedaría olvidado y sería más ameno.

— Entiendo, termino y ahora voy — le contesto rodando los ojos mostrándose igual de molesto que los niños que me rodeaban, incluyéndome.

— ¡Arún! — Alex, un niño que estaba cerca de mí levanto la mano para preguntar. Siempre me molesto su voz— ¿Es cierto que este cuento es el motivo por el que nos estamos quedando sin comida y vamos a morir todos? — la mayoría de los niños gritaron aterrizados, para variar había sacado de nuevo el tema, nótese la ironía aunque he de admitir que esa probabilidad me asustaba a pesar de ocultarlo.

— No hagáis caso a este viejo chiflado y a las absurdas historias que se inventa. Nadie va a morir, aquí estamos a salvo — dijo mi padre seguro de lo que decía.

— ¡Es cierta la leyenda! ¡Niño desagradecido! — exclamo indignado mi abuelo.

— ¿Y no se puede hacer nada para que todo sea como antes? —. pregunto de nuevo Alex, quien por primera vez en su vida había hecho una pregunta con sentido común, aunque yo ya sabía la respuesta, el abuelo Arún me  contesto esa pregunta hacía tiempo, en una de nuestras rutinarias excursiones al bosque.

— ¡Por supuesto que sí! — exclamo con entusiasmo mi abuelo al escuchar formular aquella pregunta. Mi padre bajo la cabeza indignado y bufo a regañadientes sin poder creérselo. ME resultaba fascinante como personas tan diferentes podían ser familia. Mi abuelo era imaginativo, una persona abierta e ingeniosa con un aire de sabio por su barba blanca, mientras que mi padre era serio y como él se denominaba "realista y normal" aunque dudo que en un mundo mágico eso sea posible. Rechazaba totalmente el concepto mágico, algunas veces te llegabas a preguntar si alguna vez había sido niño.

— Ya empezamos otra vez — lo escuche murmurar.

— La leyenda dice que alguien, deberá salir de las murallas del reino y atravesar el bosque hasta surcar el mar hasta el continente del oeste, encontrar al brujo Amir entre la cordillera de los abandonados y regresar al volcán Russum protegido por el ogro y mil cosas más que ya explique, para devolver la piedra a su lugar de origen. De este modo el Talismán se encargara de traer la vida devuelta.

— ¡Eso es una estupidez! ¡Pretendes comerle la cabeza a todos! — le acuso mi padre, los niños que estaban a mí alrededor empezaron a asustarse más que con la historia, pero yo ya estaba acostumbrada a sus ataques de ira —. ¡Ya decía yo que ingerir tanto té no podría traerte nada bueno!

— Es relajante— se excuso este. — deberías probarlo, así no estarías tan gruñón y no asustarías a los niños, y no pretendo persuadir a nadie, alguien deberá ir, es hora de que vayas asimilándolo.

— No hará falta porque esa leyenda es una mentira y aquí estamos a salvo.

— ¿Y cómo explicas lo de la comida? Los árboles cada vez están mas oscuros y apagados y la comida no solo escasea, ¡sabe fatal!

— Es solo una mala cosecha nada de lo que alarmarse; tenemos reservas de trigo y cebada para muchos inviernos. Ya nos ha pasado antes. 

En algunas ocasiones era divertido ver como se peleaban para ver quien llevaba la razón. Aunque un pensamiento me llenaba de intriga, ¿Quién sería la persona que tendría que pasar por todo eso? ¿Habría un voluntario entre toda la gente del pueblo siquiera? No conocía a nadie que hubiese salido de aquellas murallas y mucho menos que hubiese visto otro continente. Siempre que le preguntaba a papa, este siempre me decía que eso era imposible y que no pensara más en eso, que el pueblo era seguro. Pero yo quería ver más, poder a aspirar a algo mayor: no tener que casarme y vivir siempre rodeada de la mismas personas que permitían estar aisladas con las escusa de tenerlo todo; ¿Y qué sabían ellas? Nunca habían visto nada mejor con que compararlo.

Mis abuelos fueron quienes me educaron pues mi madre murió cuando era pequeña y mi padre nunca tuvo tiempo. Ellos me decían que yo era mucho más inteligente que el resto de los niños de mi edad, y a pesar de no saberlo poco me importaba, para mi aquello no era una competencia para ver quién era más listo y me preguntaba si alguno de aquellos niños se sentía como yo; incompleta. Desconocía si aquellos sentimientos se debían a las deslumbrantes historias del abuelo que me animaban a buscar más allá de mi poblado. Nunca le hable a nadie sobre esta sensación pero era como si una suave pero débil voz me llamase cada vez que pasaba por la puerta principal del muro diciéndome "vete".

¡Aloha! Aquí os dejo otro capítulo, por si no lo había comentando voy a ser constante, es decir uno o dos capítulos diarios. Espero que os gusten, la historia esta más que terminada pero si os contara los fallos que me he encontrado ( en resumen que ni me acordaba del nombre de algunos personajes) osu, que lío. Igualmente si encontráis algo que no os cuadra comentármelo por favor incluso las faltas ortográficas me serían de gran ayuda. (Nadie es perfecto)

La elegidaWhere stories live. Discover now