Capítulo 6

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La luna estaba más brillante que nunca, pero aún así se podía distinguir los primeros rayos del alba. Debía irme cuanto antes, era mejor pasar desapercibida y evitar que mi padre montase un drama.

Decir que había dormido poco más de una hora era mucho. Los nervios me habían impedido descansar, más entre la despedida el abuelo, la organización del viaje y recoger lo necesario, pocas cosas para evitar el peso, el tiempo se había echado encima. Cogí con una mano la brújula, con la otra el mapa del libro y sin más impedimentos me adentre en el espeso follaje sin mirar atrás.

Horas más tarde me encontraba en medio de la nada, solo había árboles y todos parecían iguales, esperaba no haberme perdido. "Y si realmente me he perdido" "Y si todo es una estupidez, un cuento más del abuelo y yo como una estúpida he puesto mi vida en peligro para nada" "¿No habrá bestias salvajes por aquí verdad?" "Si papa me viera estaría de vuelta a casa en menos tiempo del que habría llegado hasta aquí, eso que no te quepa la menor duda, ¿Se habrá dado cuenta de que no estoy allí? Posiblemente tenga a todos locos en este momento"

Pensar en papa me hizo poner las cosas en su sitio, en cómo estaban y lo cerrado que era para estas cosas. Él con sus "cosas de adulto" como las llamaba nos había puesto en esta situación a todos, no podía caer en sus redes.

"No, estas bien, los dragones existen, el volcán existe y el ogro también. Papa no te va a encerrar como si fueras un pájaro" Me dije a mi misma. "Destruiría antes la jaula"

Me tranquilice y pare a descansar, llevaba caminando desde hacía rato y tenía hambre seguro que por eso deliraba, cogí una manzana de mi mochila y la mordí disfrutando el sabor.

***

Anochecía sobre las nueve, pero no estaba segura sobre si parar o no, ni sobre encender una hoguera. Comenzaba hacer frío pero no deseaba que supieran mi posición y ya había escuchado un par de veces un extraño sonido, pero en ningún momento había visto nada y eso me inquietaba. 

Una hora más tarde aproximadamente, se me hizo imposible seguir caminando. Los pies me dolían y estaba helada, ni la capa de pelo de ciervo me servía y mucho menos mis guantes y gorro de conejo. Además de todo eso, era incapaz de reconocer el camino que seguía ni de leer el mapa o la brújula al no haber luz, por lo que no me quedo más remedio que recostarme sobre las raíces de un árbol abrazada de una manta que llevaba en la mochila, para mi desgracia seguía siendo tan testaruda como para no encender un fuego. Finalmente conseguí dormirme tras que una oleada de calor suave me invadiera.

¡Aloha! De nuevo les deseo que hayan pasado una dulce lectura, por si están interesados en saber más acerca de esta obra o ya mi vida personal, aquí les dejo mi instagram: Angelsetfree_

La elegidaWhere stories live. Discover now