Capitulo 8

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Capítulo 8

Emily no se atrevía a decir nada en el auto con Alison cuando iban de camino a su casa a buscar su ropa, que iba decir sabía que por más que se negara en aceptar aquella propuesta Alison no iba a desistir de aceptar un no como respuesta.

Emily miraba a la rubia mientras conducía y podía ver como la rabia afloraba en ella; pero y aun con aquella rabia y con sus mejillas coloradas del enojo, Emily podía seguir diciendo que Alison era la chica más linda de todo el mundo, aun sin su común sonrisa; ella seguía siendo linda.

El frente de la casa fue la vista de las dos por unos minutos y Emily tomo la iniciativa de salir del auto y acercarse a la entrada, pero cuando sintió la puerta de Alison abrirse y detenerla para que no entrara sola pudo sentir como su pecho tenia miles de sensaciones, y eso sucedía cada que Alison tenía un pequeño contacto con ella.

Lo más duro de todo fue cuando la mamá de Emily le decía que no se fuera pero la decisión estaba tomada.

Emily pov:

- ¿Es todo? –me preguntaba Alison sentada en mi cama.

- Si. –dije mirando el cuadro que tenía en mis manos. –ahora si es todo. –suspire.

- Vamos.

Mamá me veía desde la entrada y por mas malos momentos que habíamos tenido últimamente se me encogía el corazón por verla así, era mi madre era lógico que no quisiera verla mal, pero también recordé el capítulo más doloroso para mi donde ella no eligió apoyarme.

- Emmy. –dijo mamá

- No me digas Emmy. –dije seria. –así solo puede llamarme papá

- No te vayas. –pidió una vez más.

- No puedo seguir aquí. –dije con lágrimas en los ojos. –no puedo seguir donde no te importo y no me crees.

- Emily... -ella sabía de lo que hablaba. –eso es algo del pasado y quedo aclarado.

- Ahí está de nuevo. –suspire. –estas culpándome de algo que no tuve culpa. Por un momento pensé que cambiarias respecto a ello.

Mire a Alison que aún tenía su mano sujeta a la mía, asentí indicándole que lo mejor era irme de allí.

Lo diferente que sentía aquel día era que aunque yo tuviera un lugar en casa siempre me sentía sola, el único apoyo que tenía era Toby pero desde que se había ido y con los horarios que tenía era muy difícil siempre estar en contacto.

Esta vez podía mirar a Alison y después de tanto tiempo estando en una situación difícil podía decir con plena seguridad que me sentía segura que podía encontrarme a salvo al saber que tenía alguien como ella a mi lado.

Me senté e inspeccione el lugar una vez más, era como si nunca había estado aquí, era diferente, ahora estaría aquí por un tiempo, y la verdad era que me moría de la vergüenza con Alison, no tenía que colocarse en estas molestias conmigo, ya bien podía yo pagar algo por allí y quedarme.

- Alison. –dije cuando estábamos sentadas en la sala. –esto no será permanente, te prometo que pronto buscare algo donde estar.

- Emily. –ella suspiro un poco. –si te digo que puedes estar aquí es porque no tengo problemas. –puedes acomodar todo en mi habitación, hay espacio en mi closet.

- ¿puedes darme mantas? –le preguntaba.

- ¿para?

- Acomodar todo aquí en el sofá.

- ¿Estás loca?

- No.

- Dormirás conmigo, mi cama es enorme.

No es que no quisiera no estar con ella pero se me hacía difícil todo cuando la tenía cerca de mí, no sabía ya cómo actuar, me ponía de los nervios, y como para no estar así, es que nada más tenía que ver a Alison para sentir que mis piernas fallaban, era divina y era algo que en mí ya era una debilidad.

No quería dañar las cosas, la amistad que tenía con Alison por decirle que al final de todo aunque lo negara para mí a ella no podía verla como solamente mi amiga, no quería aceptarlo pero sí, me moría por Alison, me gustaba y demasiado y que ella tuviera todas estas atenciones conmigo no ayudaba a que este gusto bajara de nivel.

Como podía ahora yo ser capaz de aguantar las ganas de besarle aquellos labios, que los miraba y es entonces cuando pienso <<no sé cómo hice todo este tiempo para aguantarme a no besarla>>, que la mirara a los ojos y no sentir que me derretía, que ella me tocara y me abrazara y yo no sintiera como si estuviese en el cielo.

Porque cuando me pongo a pensar en todo lo que esa hermosa rubia me hace sentir; esta por fuera de cualquier significado que quiera expresar con palabras.

Era un poco tarde y después de acomodar un poco las cosas, me había alistado para dormir, me senté en la cama y mire que Alison no estaba ahí, agarre un libro que traje conmigo y revise algunas citaciones con resaltador que papá me había hecho, lo extrañaba y tenía casi un año y medio sin verlo.

Seguí leyendo mientras esperaba a Alison para darle las buenas noches, pero en una mirada a la pared vi un cuadro de Alison con los niños del café, se veía tan feliz y yo involuntariamente sonreí, ella era tan linda, tan buena, tan atenta a los demás, como quisiera que ella fuera llegado a mi vida antes, solo así me sentiría como me siento ahora, segura.

Debí estar muy presa en mis pensamientos porque sentí una almohada pegarme en mi cara y la risa de Alison.

- ¡oye! –me quejé -¿Qué te pasa?

- Me estabas ignorando. –dijo ella sin más alzando sus hombros. – ¿En qué pensabas?

- <<en ti>> -quise decir. –en nada.

- Vamos Emily a mí no me engañas.

- Estaba recordando algo de mi papá. –dije dejando el libro en la mesita de luz.

- Todo va estar bien Emily. –ella dijo sentándome cerca de mí. –pronto lo veras. –dijo abrazándome.

Y ahí estaba de nuevo ese vuelco en mi pecho, ese sentimiento de un abismo que sentía cada que la tenía en mis brazos, era como estar en una montaña rusa, subir y bajar; mis mejillas ardían; y ahora que la tenía frente a mí con sus manos en mis hombros sonriéndome, ¡Dios! Esa sonrisa iba matarme algún día.

- ­ ¿Dónde estuviste todo este tiempo? –pregunte en un tono bajo, mirándola a los ojos y pude morir de ternura al ver como fruncía el ceño y a la vez sonreía a medio lado con sus mejillas completamente rojas.

- Aquí... -ella susurro y me acaricio la mejilla. –y siempre voy a estar aquí.

- Eso espero. –dije acariciando su cabello. –gracias por tanto Ali. –me atreví a decirle el diminutivo.

- Gracias a ti por aceptar que te ayude, Em. –sonreí y ella hizo lo mismo.

- Me gusta cómo suena eso. –ella sonreía y jugaba con mis manos. –deberías llamarme así para siempre, porque me gusta mucho.

- Y a mí me gustas tú. –dije sin pensar y pude ver la sorpresa en la cara de ella.

La había cagado seguro. 

Where do I belong?  (Emison)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora