CAPITULO 9

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Capítulo 9

Alison Pov:

Me volvería loca, estoy segura de eso, o creo que ya lo estoy, era el último día de semestre, y es cuando más estresada me sentía; los últimos exámenes y la falta de sueño me tenía mal, creo que lo único que me mantenía en pie era el café, bendito café.

Estábamos a mitad de año lo que tenía como significado una de las cosas más anheladas, vacaciones.

En todo este tiempo todo había cambiado, y no era para mal, aunque difícil la universidad iba muy bien, me esforzaba mucho por ser una de las mejores; me entregaba mucho aunque muchas veces quería desistir por el cansancio que mantenía pero siempre me ayudaban a entender que todo al final valía la pena, mi madre, Jasón cuando me llamaba e incluso Hanna.

Emily estaba aún viviendo conmigo porque aunque muchas veces me había dicho en los dos meses que había estado quedándose conmigo cada que tenía oportunidad me decia que había encontrado un piso para alquilar yo me negaba rotundamente a que eso sucediera, no quería que se fuera.

Nos habíamos vuelto incluso más cercanas, y aunque ella muchas veces se abstuviera a estar conmigo muy cerca siempre hablábamos de nuestras cosas como amigas de toda la vida; ella tenía planes de comenzar a estudiar después del verano; y yo sabía muy bien que si se iba a alquilar un piso el dinero no le alcanzaría para nada.

Desde aquel día que Emily me confeso <<a mí me gustas tú>> me pidió perdón casi 30 veces en un minuto y aunque no conteste nada en ese momento no quería decir que yo estaba enojada con ella, cuando me dijo aquello sentí que mi mundo se dio un vuelco y volvió al lugar que estaba, jamás imagine que Emily pudiera decirme algo así, o que ella se fijaría en alguien como yo; o que a ella le gustaran las chicas, al fin y al cabo yo apenas estaba descubriendo aquello en mí, jamás me imaginaba esto, que una mujer me gustara, porque en las muy pocas relaciones que había tenido que creo que la mayoría no eran para nada serias siempre fue con chicos, porque si porqué iba a negar lo que ya no se puede.

Me gustaba Emily, me gustaba y demasiado.

Había notado que Emily cuando sentía que hacia algo mal con alguien trataba de estar lo menos cerca, aquella noche la mire y sin decir nada solo de sus labios escuchaba salir <<perdón... perdón... perdón.>> y aunque yo trataba de decirle que todo estaba bien y que no tenía nada de que disculparse, me miro con sus ojos fundidos en lágrimas y agarro el libro que hacía unos minutos había dejado a un lado y solo salió de la habitación y fue hasta la sala, por más que luche para que volviera a la cama no quiso, sentía que yo la odiaría y por más que no quisiera por un momento me reí de aquello.

No me puedo imaginar a una persona odiando a Emily.

Veía la puerta de la universidad muy lejos, al fin había terminado todos los exámenes, aria corría como loca a su auto y yo solo reía, aunque no nos íbamos juntas ella sabía que le recriminaría que no me esperara para al menos despedirnos allí, de camino a casa, y al café... solo podía pensar en Emily. Quería pensar que no estaba loca porque ¿no lo estoy, cierto?

Me pasaba que algunas veces en las noches me despertaba para ir a la cocina por leche o un vaso con agua y la veía ahí, incomoda; ese maldito sofá le iba a ocasionar problemas en su espalda; pero la veía linda; completamente relajada como si nada le pasara, como si olvidara lo que siempre estaba atormentándola; pero al punto al que siempre llegaba era que quedaba completamente hipnotizada por sus labios, ahora sí puedo decir que estoy loca porque cada que los miraba en mi mente decia que ellos me llamaban; siempre me reía de mi pensamiento tan idiota pero es que como no pensar en tocarlos; me moría por hacerlo y creo que en cualquiera de los días que eso sucediera no aguantaría más.

Entre al café y me encontré a Hanna hablando en la barra entretenida con Emily, pero lo que más llamó mi atención fue que la charla más que una conversación normal era como si Hann consolara a Emily.

Emily me miro y seco una lagrima, Hanna la miro con pena y simplemente apretó una de sus manos, bueno ahora si estaba preocupada.

- ¿Qué pasa? -llegue y no me importo saludar.

- Nada. –dijo Emily.

- No mientas. –me enojé. –porque siempre mientes y ocultas todo. –suspire y la mire, sus ojos estaban de nuevo formándose lágrimas.

- Ali. –sentí la voz de Hanna. –cálmate un poco. –me pidió. –Emily no necesita regaños ahora.

- Pero. –trate de contradecirle.

- Pero nada. –dijo seria. –Emily puede irse a descansar ¿Verdad? Yo hare su trabajo hoy. –dijo sin oportunidad de dejarme decir nada.

Para que decir que estaba concentrada en el trabajo de hoy cuando no era así, Hanna solo me miraba cuando atendía un cliente y así fue hasta el último minuto antes de cerrar.

Mire el reloj una vez más aquel día, y no veía el momento en que llegara la hora de cerrar, suspire más de una vez aquella tarde, lo único que yo quería hacer era ir con Emily y sacarle así sea a las malas lo que tenía, me enojaba que ella siempre se guardaba todo cuando sabía que podía contar conmigo siempre pero ella decidía no decirme nada, siempre la miraba y sabía que algo estaba molestándole, cuando miraba alguna noticia que no era muy buena o veía una escena en la calle o en el café con algunos padres le colocaba mal y yo no era ciega para no notarlo.

Quería saber que pasaba, no podía soportar tenerla al lado, sufriendo y yo sin saber nada porque ella simplemente se cerraba.

- Ali. –sentí la voz de Hanna. –tienes que entender a Emily.

- ¿entender?; ¿Entender, qué? No puedo entenderla cuando ella no me dice que tiene Hanna. –suspiraba y miraba abajo. – ¿acaso, ella no confía en mí?

- Si lo hace Ali. –Hanna suspiraba ahora. –ella te quiere. –decia sonriendo. –pero no está preparada para contarte eso que tanto le molesta. –Hanna se puso de pie y miro a la salida. –el taxi llego por mí. –me dio un beso en la frente. –y ahora hazme el favor de besar rápido a Emily, porque no voy a soportar que se coman con la mirada todos los turnos en los horarios.

- Hanna...

- No soy estúpida Alison, además ya sé que le gustas, y a ti ella. –Hanna agarro su bolso. –no sé por qué las mujeres somos tan complicadas.

Subía con cuidado de no hacer ruido, tal vez Emily estaba dormida o simplemente quería descansar; estaba todo en silencio, la televisión de la sala prendida con muy poco volumen y encontré a Emily en el sofá mirando a la televisión pero obviamente no le estaba prestando atención, solo miraba y su mirada estaba completamente perdida, no se dio cuenta ni siquiera de cuando llegue y pude ver unas cuantas lagrimas caer por sus mejillas.

Estaba de nuevo mal y yo ya no soportaba verla así, necesitaba saber lo que le sucedía, necesitaba saberlo porque quería ayudarla, quería brindarle mi apoyo.

- Emily. –dije sentándome en la mitad del sofá. –ya no puedo seguir viéndote así.

- Entonces no me mires. –contesto sin ganas.

- ¿Qué pasa? –acaricie su hombro y sentí que se tensó. –Emily, soy yo, Ali. –dije cuando su mirada se veía asustada.

- No me toques así. –soltó bajito mientras quitaba mi mano de su hombro.

- Em... -suspire. –no te hare daño. –me quite de donde estaba sentada y me arrodille frente a ella. –quiero ayudarte, o saber qué te pasa, no soporto ver que estas mal y no saber por qué estas así.

- Es mejor que no sepas. –decia ella mientras subía mas la manta que tenía encima.

- Vamos. –dije suave. –hoy duermes en la cama; no creas que voy a dejarte sola en la sala. 

Where do I belong?  (Emison)Where stories live. Discover now