SEIS

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DEBIDO A TI ME ESTOY DESTRUYENDO

Sus palabras llenas de curiosidad hicieron un enorme hueco dentro de mi corazón, en aquel lugar donde creía que nadie podría quitar los candados al dolor que tenía tan guardado. Con solo el mencionar el nombre de Namjoon me había hecho querer lagrimear. ¿Cómo él lo conocía? ¿Cómo me conocía? – ¿Eres tú, no? ¡Estás tan idéntica de cómo recordaba! ¿No te acuerdas de mí, el chico del piano? – El tal Min Yoongi no podía ver que mientras más se acercaba, más dolor tenía. Definitivamente me debía conocer de algún lado, pero nunca había conocido a alguien con apellido Min. Nunca en mi vida, pero de repente su nombre de pila sí. Yoongi, sí, Namjoon mencionaba a un tal Yoongi hacía muchos años atrás, incluso le llegué a ver. Era un niño regordete con los ojos sumamente pequeños, cabello lacio y corto, y pálido como el papel. Era todo lo contrario a la persona que estaba en mi delante, pero cuando se quitó aquel sombrero pescador pude reconocer esos ojos pequeños. ¡Era el mismo Yoongi de hacía unos años!

– ¿Tu apellido no era Lee?– le pregunté. Recordaba que fuese Lee Yoongi. No Min Yoongi. Lee Yoongi era un niño regordete que asistía a las mismas clases de piano de Namjoon. Lo sabía porque Namjoon siempre decía que había alguien que era mucho mejor que él por primera vez en su vida, exceptuándome. Yo no había necesitado clases de piano tal como Namjoon, pero en su lugar, tomaba clases de matemática. ¡Lo odiaba! pero cada uno debía mejorar en sus puntos débiles. Namjoon le encantaba todo conforme a la música, pero no podía tocar si quiera el triángulo sin que este sonara horrible. Recordaba, inclusive, que Yoongi fue a casa en una ocasión y tocó el piano para mí, descubriendo que era realmente bueno, pero tenía una mala actitud hacia el piano. Tuve que hacerle amar al piano de a pocos, pues le odiaba porque le hacía acordar a su verdadera madre, una pianista también, quien había muerto en un incendio cuando él tenía solo siete años. Su padre les había abandonado, así que desde ese entonces estuvo solo hasta que la familia Lee lo adoptó dos años después. No sabía quiénes eran los Lee, pero parecía una buena familia para él. En algún momento de nuestros 11 años, él había desaparecido de nuestras vidas. Nunca supe más de él, pero Namjoon le recordaba de vez en cuando, pues Yoongi había influenciado un poco en su vida.

–Entonces sí eres Kim Nami. – Afirmó Yoongi. Era obvio, pero asentí. – Cambié de apellido cuando me volvieron a adoptar. Una completa mierda. En fin, ¿dónde está Namjoon? No lo veo hace tres años.

¿Tres años? Me pregunté a mi misma. ¿Se habían visto hace tres años cuando teníamos 16? No sabía de eso. Sin embargo no supe qué responder. ¿Cómo respondería que la persona por la que me preguntaba estaba muerta hace cinco meses aproximadamente? ¿Cómo podía fingir que no existía tal persona cuando alguien sabía de su existencia? Evitaba tocar el tema de mi familia con las personas, al menos me había funcionado por una semana, pero ahora él aparecía y mencionaba el gran causante de mi dolor ¿Cómo podía mirar y decirle: Ya no está, Yoongi? Por otro lado, no recordaba que Yoongi fuese así de parlanchín ¿Debía ser porque me "conocía" de hace años?

Pues recordaba que él había sido tan gélido como el hielo al conocerlo, que no fue hasta semanas después –y gracias al piano– que por fin pudimos congeniar muy bien. No sabía que había sido adoptado otra vez, pues Namjoon nunca lo mencionó, solo dijo que Yoongi se había marchado al verano siguiente de conocerle. En ese preciso momento deseé que Yoongi fuera gélido y me ignorara, pero no sería así, así que me encogí de hombros. –Me has asustado de muerte– le dije, evitando dicha pregunta. Huyendo prácticamente, quizá lo vería seguido así que sabía que no tendría escapatoria, pero en ese momento no quería responderle– Ya es tarde, me debo ir y me has hecho perder preciados minutos. Luego podemos tener una charla ¡En serio, voy apurada!

Fue la primera excusa que se me vino, así que caminé luego de darle una sonrisa muy falsa que esperaba que no captara y me metí a la casa. Pude escuchar despedirse de la Sra. Kang y también pedir disculpas por el alboroto. Eran ocho años que no le veía aproximadamente, y él parecía recordar mi rostro. Quizá mantenía contacto con Namjoon todo ese tiempo, pues había dicho que se habían visto tres años atrás, así que en algún momento pudo haber visto alguna foto de mí, o solo lo supuso por el parecido claro. Tomé mi bolso cuando escuché la puerta cerrarse. Ahí venía de vuelta. Bien, tú puedes Nami, puedes salir de esta sin explicaciones.

– ¿Por qué te has mudado a Seúl? ¿Namjoon también está aquí?

Sabía que haría esas preguntas, pero hice una mueca. Otra excusa más– ¿Estarás hasta la noche? Si te encuentro, prometo responderte todo con detalle, Yoongi, realmente debo irme.

Mentira. Yoongi me miró directamente, como si supiera que algo iba mal, pero asintió, empecé a caminar hasta salir a la casa. Por alguna razón quise llorar, pero no precisamente del dolor.

*

Todos lucían agradables hasta el momento, pero cuando un chico llamado Dong Young, uno de cara pequeña y fina y cabello rojo, me dijo para salir junto con otros compañeros a un restaurante para celebrar nuestro primer día de clase me negué. En el pasado hubiera dicho que sí, pues la primera semana de clase era muy importante para encontrar amigos, pero yo no quería eso, no, quería estar sola por el momento. Quizá más adelante, cuando viese como eran todos, podría considerar en tener un amigo, hasta ese entonces todos serían conocidos. Además evitaba cuestionarios, pues el fin de aquella cena que habían propuesto era para conocernos, por ende, sacarían en cualquier momento, por mi descuido, el dialecto de Gwangju, y comenzaría la ronda de preguntas. Hasta el momento, no pensaba contar nada. Solo decir que era de Gwangju, que tenía 19 años, que vivía en una casa compartida con otras estudiantes y que tenía novio. Era mi resumen. Quizá preguntarían también por la razón por la que estudiaba música. Y una de las razones era Namjoon, cuando dijo hacía unos años, específicamente cuando teníamos 15, que siguiera lo que realmente me apasionara y no lo que nuestros padres querían. Namjoon amaba los negocios, así que ellos estaban contentos con él, en cambio conmigo, no. Querían que estudie abogacía, pues era muy buena con los argumentos y la memorización, pero no obedecí. Namjoon, aquel día en la que me rebelé contra ellos, me sonrió con mucho gusto y dijo: Esa es mi hermanita, estoy orgulloso de ti. Namjoon era mi motivo principal por la que estudiaba música, de lo contrario, estudiaría otra cosa y quizá mi vida sería peor de lo que ya era.

Caminé de vuelta escuchando Right here waiting de Richard Marx. Jungkook me la había recomendado esa misma mañana, pero por fin la había podido escuchar. Había visto incluso la letra, aquella que había hecho que mi corazón sintiera un leve dolor y también ternura. Dolor porque era una canción triste, y tal como decía el título de la canción, él estaría ahí esperando por mí; Ternura, porque Jungkook era muy detallista. ¿Cuánto le había tomado encontrar una canción así? Quizá no mucho, quizá bastante, no lo sabía, pero ese detalle era suficiente para llamarle y caminar con su voz en mis oídos hasta llegar a casa. Aquello hizo, que al menos, olvidara un poco el drama que se avecinaría. Pues cuando abrí la puerta, encontré a todos en la sala, riéndose, incluyendo Min Yoongi, quien tenía una sonrisa que se le podían ver sus dientes pequeñitos. Parecía un niño, tal como recordaba. Saludé sin dejar de conversar con Jungkook, es más solo le escuchaba, pues los nervios habían aparecido.

– ¿Qué tal tu primer día de clases, Nami?– La Sra. Jung me preguntó, así que volteé a mirarla. En ese preciso momento Jungkook dijo que llamaría después. Maldije, pero no podía aplazar más la mentira. –

–Me fue muy bien. – Admití– todos son muy agradables– o así habían sido por lo poco que les había tratado.

– ¿Conversabas con tu novio?– Hoseok preguntó. Me acerqué un poco más así que asentí– Por cierto, Yoongi nos contó lo que pasó. No sabía que ustedes se conocían.

–Nos conocimos hace años– le dije, dándole una mirada al mencionado. Esperaba que no haya mencionado el hecho de cómo y por quién nos conocíamos.

–Pensé que eras hija única, nunca mencionaste que tenías un hermano gemelo. Debe ser muy guapo– Yongsun comentó. Entonces sentí un fuerte nudo en mi garganta. De repente la expresión de la Sra. Jung cambió. Pude notarlo. Ella lo sabía así que antes de responder, pues había dudado, ella se me adelantó.

– ¿Quieres cenar, Nam? – me preguntó, así que asentí. – Ven, acompáñame.

Entonces solo di una sonrisa suave y miré a Yoongi, otra vez la sospecha en sus ojos. Sabía que él empezaba a sospechar que algo iba mal con Namjoon, pero no imaginaba cuán malo era.

Screaming + myg + jjk ✔️Where stories live. Discover now