CUARENTA Y SIETE

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Veía la sangre seca sobre mi palma y camiseta de color blanco. La arena me ensuciaba, más no dejaba de llorar. Había huido de esa casa y llegado al único lugar donde me podía calmar tras esos pleitos. Cerré los ojos con fuerza sollozando y susurrando: lo siento, Namjoon.

Papá había sostenido mi brazo inclusive con fuerza para evitar que clavara más a fondo la cuchilla, tirándola de golpe hacia el suelo, mientras me abrazaba diciendo que él no iba a permitir que alguien me hiciera daño. Sin embargo, aquella señora no parecía comprender con nada. Ella me quería muerta, porque se había acercado con rapidez tomando de mi cabello, haciéndome chillar mientras que papá alejaba su brazo y me cubría, pero ella inclusive golpeó a papá. Papá nunca haría nada para levantarle el respeto, él nunca posaría una mano en ella por rabia. Pero yo sí, así que en mi miedo, le grité: No me vuelvas a tocar  y lancé una cachetada a mi creadora. El silencio fue sepulcral ante mi hecho. Mi mano ardía y no solo por el golpe sino de culpa. ¿Cuán inestable estaba para golpear incluso a mi madre?  Y entonces huí, huí apesar que papá gritaba que no me fuera, que aguardara, más no podía. Ya no podía volver a esa casa.

Le había fallado a Eunmi. Aún ni siquiera había tocado su tema, pero sabía que si lo hacía mamá me iba a odiar mucho más por oponerme a que ella tenga la tenencia del menor. Mamá tenía contactos, podia buscar un buen abogado para hundir a Eunmi incluso con hechos de que ella no está capacitada para ser madre, pues no llegaba ni a los 18 años y apenas cursaba su último año de preparatoria. Pondría como excusa que un embarazo adolescente es muy problemático y que ella podía mantener a su nieto. Era capaz. Por eso debía hablar de ese tema cuando mamá y yo hubiéramos limpiado asperezas. ¡Y eso era tan difícil! Yo quería ver crecer al pequeño mini Namjoon que crecía dentro de ella, aunque no supiese que género era. Sin embargo, Jimin había dicho que Minah llegó ahí para cuidarla en esa etapa, y  que si las cosas empeoraban, se iría con Minah a  Ilsan para que su tía la cuidase. Así de miedo tenían de mamá.

Las flores estaban percudidas, pero estaban ahí. Acaricié las flores que olían muy mal y las destrocé, haciendo que cada pétalo percudido cayera a la tierra al igual que mis lágrimas.

—Namjoon, traté de ser fuerte, traté de ser normal una vez más...  Creí que lo estaba haciendo bien. —Le dije, arrancando un pétalo. Necesitaba sacar todo mi remordimiento. —Pero era solo una mentira más. Nunca he estado bien desde que te fuiste. Los pleitos, los golpes... todo empeoró desde que te fuiste, porque ya no había quien me defendiera. Ya no estabas tú que me abrazaba y me besaba la frente diciendo que hacía bien y que mamá comprendería. ¿Cuando lo hará, Namjoon? Ha pasado casi un año desde aquel pleito, Joon, y ella no parece comprender. —Hice referencia al pleito cuando se enteró que había estado ahorrando para pagarme la colegiatura y estudiar música. Incluso ya había aprobado el examen de ingreso, pero el examen de becas aún estaba en espera por los resultados. Al haberse enterado, no hizo más que encerrarme en la habitación y golpearme al punto que cortó mi piel en mis piernas, la sangre corría y no podía defenderme. Hasta qué Namjoon abrió la puerta, pues recién llegaba de impartir clases y  había detenido a mamá de pegarme más. Me encontré bañada de sangre aquel verano. Gritos y más gritos. Fue el momento en el que tuve mi primer grieta. Mi madre. Namjoon me defendió, me calmó e inclusivo me sacó de esa casa para ir por un helado, el cual no quería, pero que terminé comiendo .

Ten—dijo, estirándome su helado aún dentro de su paquete —Póntelo en la mejilla sino Jungkook se dará cuenta. Nami, no voy a dejar que mamá te vuelva a tocar.

Él lo prometió, pero mamá buscaba que estuviese sola para que me recriminara, lanzándome cachetadas y yo aguantando todo. Namjoon era mi salvación, cuando iba a su cuarto y lloraba, él solo me abrazaba hasta que me dormía. Namjoon hacía que esa grieta no se extendiera, hasta que murió. Aquella grieta creció facturando más mi vaso. Los golpes volvieron con mayor intensidad, sumándose la culpa de que Namjoon había muerto por aquel favor.

Una grieta. Dos grietas. ¿Cuanto más demoraría en destruirse ese vaso?

—Joonie. Le hago daño a todos. Te hice daño a ti, a mamá, a Jungkook. Lo amo, pero él... Él no merece a una persona que solo piensa en morir cuando está sola. No merece que yo esté con él. —le dije, dejando el pétalo caer sobre mi jean. —Lo amo ¿Lo sabes? Lo amo tanto que duele. Comprendo su inseguridad, porque de haber sido contrario el caso, Jungkook se hubiera alejado de aquella persona por la que tengo miedo. Él hubiera hecho lo mismo; y lo hice. Me alejé de Yoongi, pero... Joon, necesitaba a Yoongi también. Yoongi es... —Hipeé. —Yoongi es un buen chico, tú lo sabes. Él solo me hacía sentir cercana a ti sin tener que llorar. Me enseñó tus canciones, tu lado que no conocía. ¿Namjoon, a caso tú también sufrías en silencio? Lo siento si no me di cuenta.

Las lágrimas seguían cayendo. —Yo no podía dejar ir así a Yoongi, pero tanto como él y yo lo hicimos, nos alejamos. Decidí quedarme del lado de Jungkook, calmado su inseguridad y desconfianza en mí, pero sabía que estaba mal, que él estaba mal. ¿Qué más podía hacer? Amo a Jungkook con todo mi alma y eso no parecía ser suficiente para nada. Mi amor no llegaba a él, así que decidí ser egoísta y dejarle libre. Él no merece esto ¿No? Le amo con toda mi alma, pero sabemos que estábamos al borde del abismo, esperando que uno dijera que quería terminar. Lo hice yo, le dije que quería acabar. Y él estuvo de acuerdo finalmente. Saltamos al precipicio, Namjoon. Saltamos.

Mi tercera grieta estaba ahí. El vaso estaba a punto de estallar.

Clavé mi rostro en mis rodillas, llorando con fuerza. Necesitaba que Namjoon saliera y me abrazara, que dijera que todo pasaría, que todo estaría bien a la mañana siguiente. Que mi relación con Jungkook tenía salvación, pero no podía dejar de pensar que no era así. No lo había. Y si lo había, llegaría luego.

No sé cuánto tiempo lloré, pero sentía mis ojos pesados y la cabeza me dolía por el esfuerzo. La zona entre mis cejas estaba sensible y dolía terrible. En dolor no se iba, pero no era nada comparado con el dolor interno que tenía. Sin embargo solo me detuve cuando alcé la mirada al escuchar pasos.

Su cabello brillando con la luz de aquella mañana, su figura lúgubre como los colores de su ropa. Y como si fuera un resorte, me levanté,  y antes que dijera algo, me envolvió con gran fuerza, haciendo que las lágrimas acumuladas volvieran con fuerza. Apreté su camiseta y enterré mi rostro en su cuello, mojándolo.

—No me sueltes por favor.

Le rogué. A pesar que teníamos mucho que hablar, no me inmuté a pedirle aquello.

—No lo haré, Nami. No lo haré.

Entonces sosteniéndome duro de él, agradecí que al menos Min Yoongi, apesar de todo, estuviese ahí, siendo una vez más mi superhéroe.





Siento que finalmente fake love describe la relación de Nami y JK aunque haya sido un amor puro.

Ajsbdusbejjdd.

Yo no sé qué espera bangtan para sacar la versión balada porque esa canción es gold 💕

Y les traje esto porque sentí que quedaron muy en shock con el último capítulo.

Ahora sí, hasta la fecha acordada 😂

Screaming + myg + jjk ✔️Where stories live. Discover now