Screaming + myg + jjk ✔️

VEINTICUATRO

El cielo estaba de un color rosa pastel. Era un hermoso atardecer a simple vista, tanto que aproveché en tomar una foto mientras esperaba a Yoongi que saliera de su estudio. Miré a la foto apreciando lo bello que se veía. Era extraño que existiera ese tipo de atardecer en invierno, normalmente oscurecía rápido e inapreciable, pero en ese preciso momento, podía incluso ver a las aves moverse por el cielo. Algo también extraño era no recordar ver aves durante el invierno en Gwangju, a excepción de las palomas que caminaban por el suelo. ¿Alguien ha visto alguna? Y cuando justamente trataba de hacer memoria, la puerta del estudio se abrió. De ahí salía la alumna de Yoongi, que había vuelto por unos minutos, y luego él.

Observé a Yoongi despedirse de la muchacha de cabello naranja y ondulado antes que se acercara a mí. —¿Entonces te decidiste? — preguntó. Me había dado la opción de escoger qué comer esa noche, pero realmente no había pensado mucho con los audífonos puestos a todo volumen y con aquel paisaje, ahora a mi espalda, que había. Aún podía escucharle un poco bajo, por lo que me quité rápidamente solo uno de ellos. Era buena leyendo los labios también, así que eso ayudaba bastante aunque lo haya entendido.

—¡Sí! ¡Pizza!— le dije, realmente hacía mucho que no comía Pizza. La última vez habíamos comido olla caliente  junto con los demás. Hacía mucho no comía comida rápida, así que pizza era mi mejor opción.

—Qué cliché, las chicas siempre quieren comer pizza con sus amigos, pero si fueran sus novios... Buscarían algo dietético— Yoongi dijo. Le miré horrorizada. No siempre era así. Con Jungkook no era así, con él hasta me embarraba los dedos con grasa por pollo frito o papas.

—No siempre es así. Con mi novio como hasta con los dedos.

—Es porque ya tienes tiempo con él. Ya se acostumbró. Pero en cambio, si fuera yo tu futuro novio y esta una primera cita hubieras escogido otra cosa  ¿No? — atacó. Fruncí el ceño. Aunque si lo decía así, tenía razón, la primera cita con Jungkook habíamos ido a comer pasta. Oh rayos. Tenía razón.

—Pero...—quise dar una excusa, pero me quedé en silencio. Obviamente en aquella vez quería impresionar a Jungkook. No iba a hacer el ridículo comiendo comida rápida sabiendo lo torpe que era y lo fácil que sería ensuciarme.

—¿Pero qué?— dijo. Podía ver su risa de victoria. —¿Estoy en lo cierto, verdad?

—Sí. —admití. El maldito tenía razón en eso. Aunque quizá eso no se aplicaría para todas las mujeres, por supuesto, pero para la mayoría talvez. —Eso significa que no te veo como posible novio.

Quise molestarle. Él me miró serio. —¿Y? Igual no dejaré a mi novia.

Su tono de horror me causó una sonrisa. —Ni yo a mi novio por ti.

—Eso dices ahora...— susurró un poco alto ocasionando que lo miré con la ceja levantada. No sé en qué momento habíamos empezado a caminar, pero la conversación era bastante interesante por alguna razón. —Es decir, todas caen.

—pero ¡Qué ego tan grande tienes! Ahora ya sé porque no creciste más. Algo tenías que tener grande — me empecé a burlar de  él. Sabía que se iba a cabrear fácilmente. Sin embargo se empezó a reír.

—Ego es lo menos que tengo grande. Tengo algo más —dijo con un tono tan sarcástico al punto que entendí  su referencia.  Mis mejillas ardieron. Por más que estaba rodeada de hombres gracias a Joonie y un novio, no estaba acostumbrada al doble sentido. No con ciertas personas

—¡Yoongi!

Me quejé mientras sentía mi rostro ponerse rojo. Toqué mis mejillas. Efectivamente, ardían. Llegamos a la puerta y Yoongi empezó a deslizar su tarjeta en ella. —¿¡Qué!? Es la verdad, además tú mencionaste que me masturbaba, no te hagas la santa.