TREINTA Y DOS

3.8K 601 88
                                    

De vuelta a casa me sentí extraña. No había querido volver, pero Yoongi tiraba de mi muñeca. Me había hecho recoger mis cosas y se había disculpado con las personas que se me habían acercado. No tenía de qué disculparse ¡No había hecho nada más que estar acostada! Yoongi no dijo nada mucho menos yo en el camino a casa. Simplemente no me apetecía.

Solo había aparecido de la nada y me estaba llevando a casa sin ninguna aparente razón. -Me has hecho asustar, Kim Nami. No desaparezcas así de la nada.

Yoongi gruñó repentinamente, borrando todo el silencio que había habido desde la estación hasta casa, como media hora en metro. Realmente no me había dado cuenta que estaba lejos realmente. -¿A caso no puedo estar sola?- le dije. Yoongi estaba sobrereaccionando a algo que no podía ni entender. Solo me había ido de la universidad un rato. ¿A caso es malo saltarse clases? ¡Lo había hecho mil veces! ¿De qué tanto se preocupaba?

-Puedes, pero...- se interrumpió así mismo y cerró la boca, sin decir nada. - me encontré a tu amiga Goeun o así creo que se llama. -Ahora entendía por dónde iba la cosa, finalmente. Goeun había ido a preguntar por mí o simplemente se lo había encontrado de pura casualidad. - Me preguntó por ti como si yo supiera donde estuvieras y cuando le dije que no tenía ni una puta idea dijo que le habías dicho que estarías conmigo. ¿Por qué has mentido? ¿Qué te ha hecho huir así de la universidad? ¿Ha sido ese cabrón otra vez, te está molestando?

Él creía que había huido por Joohyeok y no estaba lejos de la realidad, pero de no haber huido ¿Hubiera pensado en las cosas que hice minutos atrás? No. A veces nuestras acciones desencadenan otras, en este caso, el huir me había hecho caer en cuenta de la realidad. Siempre paraba huyendo. Había huido de Gwangju, de mamá, de Joohyeok... No dejaba de huir de los problemas.

Suspiré. No diría lo que Joohyeok me había dicho. No valía la pena. -Solo quería pensar, no se me ocurrió otra cosa qué decirle a Goeun. Lo siento si te hice preocupar.

Yoongi me examinó el rostro en búsqueda de la verdad en esa mentira. Aunque no fuera del todo mentira, esa había sido la razón, pero no había querido pensar, sino llorar tranquila.

-Te dije que podías contar conmigo, Nami...-Yoongi dijo apaciguadamente. Sabía que no me creía.

-Y contaré contigo, pero no ha sido nada, en serio, Yoongi.

Traté de dar por finalizado el tema, pero Yoongi no cedía. Solo me miraba con incertidumbre. Y eso podía exasperarme, tal vez, un poco. Yoongi apartó la mirada y procedí a seguir caminando hacia casa. Abrí la puerta de la casa principal y esperé a que entrara. Yoongi fácil se quedaba a esperar a su novia que llegase de la universidad, pues, era muy temprano y ni siquiera llegábamos a la hora del almuerzo. -Iré a mi habitación. -dije, quería estar en mi cama. Mis ojos pesaban así que sería mejor que descansara por un momento y antes de darme la vuelta, Yoongi tiró de mi mano.

-Nami... No seas así.

-¿Así cómo?-le dije. Había utilizado un tono de que no le gustaba mi comportamiento.

-Así, irracional. Estás triste y lo muestras como enojo conmigo. Dije que podías contar conmigo y estuviste de acuerdo, me preocupas.

Su tono fue duro. Me estaba riñendo por no contar en ese momento con él, pero no es que era así. Estaba bien, solo un poco cansada. Solo quería dormir sinceramente, pero Yoongi diciendo eso me ponía a la defensiva. -Yoongi estoy bien. Tuve un mal día, pero estoy bien ahora. No tienes por qué protegerme a cada rato.

Le dije. No quería decírselo. Estaba agradecida que él me cuidara, pero a veces me abrumaba que me tomaran como débil. Era débil actualmente, ya lo sabía, no tenía que recordármelo. Su rostro fue lleno de estupefacción. —Te protejo porque me preocupas, Nami. Perdí a mi amigo, no pienso perderte a ti.

El que se acercara a mí, me hizo retroceder. —No metas a Namjoon, Yoongi.

Le pedí. Que haya dicho eso no me había sentado bien ¿Estaba mal para que él creyera que me quería morir? No tenía ganas de morir, no, solo quería volver a ser feliz, quería que Namjoon volviera, pero ¡no me quería morir! ¿Todo este tiempo él había sido así de bueno porque creía que me suicidaría? Sorprendente... —No tengo depresión, Yoongi. Si crees que me quiero suicidar, estás muy equivocado.

—No quise decir eso.

—¡Lo has dicho!— exclamé. Pasé mi mano por el cabello. —No tienes qué preocuparte por eso, Yoongi. Estaré triste, pero no tengo depresión. Soy débil mentalmente, pero no a ese punto. Estoy triste, y es normal. Extraño a mi maldito hermano, extraño a mi novio, extraño mi puta vida antes de su muerte. Extrañar te hace sentir triste. Y eso me pasa. ¡No es que me quiera suicidar! ¿Y no puedo estar sola p-

Yoongi me interrumpió tirando mi brazo, acercándome a él. —No te aferres al pasado, Nami. Puede que ahora no puedas ver el daño, pero te lo hace y lo hará. Deja de pensar en el pasado.

—Suéltame.—Le pedí. Yoongi parecía enojado y harto de mí comportamiento. Yo también lo  estaba apesar que sabía que me equivocaba. Pero era mi rabia la que hablaba. No yo.

—No.— siguió tomándolo con fuerza. Me atrajo mucho más al punto que sentí su cuerpo muy cerca del mío. — suelta todo, Nami. Suelta tu rabia.

—Deja de fingir que me conoces Yoongi. —le grité, me dolía la muñeca. — Solo han sido tres semanas.

—Cuatro. Llevas ya cuatro semanas aquí.

—Da igual. No me conoces del todo Yoongi. Conoces mi lado después de Namjoon. No siempre soy tan condescendiente con la gente, me gusta estar sola. Así que en ese momento realmente quería estar sola. Aislarme para conversar conmigo misma, pero estás interrumpiéndolo. Deja de creer que todo lo que hago está mal. No me conoces.

—Te conozco, Nami. Solo basta unos días para haberte conocido y no me digas esa excusa barata de que conozco el tú después de la muerte de Namjoon. No, sigues siendo la misma niña, tienes esa misma personalidad amable, agradable y risueña del pasado. No siempre estás triste, siempre ayudas a la gente. Ayudas todo el tiempo a la Sra. Jung, a Hoseok.  Siempre estás sonriendo y cuando lo dejas es porque te acuerdas de Namjoon. Noto todo esos cambios, sigues siendo tú, pero te aferras a la época del dolor que te permite no ver tu verdadero yo otra vez.

Sus palabras fueron una daga en mi corazón. Me reclamaba en la cara, tan cerca, que hizo que me quedara más sorprendida que antes. Podía ver sus mejillas y orejas rojas por la rabia. Yoongi siempre me observaba, y no me fijaba. Recordaba muy bien mi yo de 11 años.

—Yo...

—No vuelvas a decir que no me preocupe por ti.—Yoongi clavó su mirada en mi, suavizando su agarré de repente. Había algo raro en sus ojos, que apesar de darme pánico, pues reconocía aquello, me calmó. —me importas mucho. — Yoongi de repente empezó a aproximarse, colocando mi palma en su pecho. Maldición...

Y antes de siquiera decir algo, la puerta se abrió haciendo que ambos miraramos hacia ella. Yoongi soltó mi brazo finalmente y me encogí ante la mirada de Miyeon.

—¿Qué significa esto?— Miyeon parecía furiosa.   Así que antes de oír la respuesta de Yoongi subí las escaleras. Empecé a escuchar sus gritos antes de llegar a mi habitación. ¿Qué mierda había estado apunto de hacer Yoongi?

Screaming + myg + jjk ✔️Where stories live. Discover now